Torrente Ballester, doctor 'honoris causa' por Santiago
El novelista Gonzalo Torrente Ballester se definió a sí mismo como irónico y ambiguo en el curso del acto en el que fue investido, ayer, doctor honoris causa por la universidad de Santiago de Compostela. La ironía y la ambigüedad, explicó, son cualidades del pensamiento y del sentimiento "que no recibí de la vida ni de los libros, porque crecí y me crié en un mundo que pronto me reveló que no era más que fachada y que detrás no había más que miseria individual y desorden moral".
En un discurso en gallego, el narrador ferrolano hizo un análisis de su vida y de su obra, y para explicar "por qué estoy aquí y por qué estoy tranquilo". "Soy el escritor gallego de este siglo que más páginas narrativas dedicó a esta tierra y a todo lo que en la palabra tierra se resume", dijo Torrente."Este montón de libros escritos por un hombre que recibió aquí las líneas maestras de su personalidad humana y cultural son lo que hoy vengo a ofreceros como justificación personal y homenaje a la que siempre tuve por mi casa, esta universidad en la que nos encontramos", dijo Torrente Ballester en otro momento. Señaló también que durante medio siglo de escritura se ha dedicado a jugar con las palabras y con las imágenes.
En Fonseca
El acto se desarrolló en el salón noble del palacio de Fonseca, con la asistencia del presidente de la Xunta de Galicia, Fernando González Laxe; el presidente del parlamento autonómico, Tomás Pérez Vidal; los rectores de las universidades de Salamanca, Julio Fermoso, y de Santiago, Carlos Pajares, y el delegado del gobierno, Domingo García Sabell.El padrino del nuevo doctor honoris causa, Darío Villanueva, decano de filología, facultad que presentó la propuesta, recordó que Gonzalo Torrente Ballester completa con Camilo José Cela y Alvaro Cunqueiro el trío de escritores investidos con el mismo honor por la facultad de filología. Los tres escritores nacieron en Galicia.
Villanueva hizo un análisis de la obra de Torrente Ballester, desde Javier Mariño, la primera obra, escrita en Santiago de Compostela en 1942, hasta el reconocimiento internacional con La saga fuga de J.B. y Los gozos y las sombras.
El ceremonial se ajustó a la tradición, con la imposición del birrete azul celeste de la facultad de filología.
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