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1.000 millones de personas vieron el homenaje a Mandela

La mayoría de los participantes se mostró comedida en sus críticas al 'apartheid'

Mil millones de personas, en más de 50 países, presenciaron ayer el concierto homenaje que músicos de todo el mundo rindieron en el estadio de Wembley al líder negro surafricano Nelson Mandela, quien, a punto de cumplir 70 años, lleva casi 26 encarcelado por luchar contra el régimen racista de Pretoria. Salvo excepciones, presentadores y artistas mostraron un refrenado comedimiento en sus condenas del apartheid. John Carlisle, el parlamentario conservador que ha instigado las críticas contra la retransmisión del concierto, ha exigido la dimisión de los responsables de la BBC por permitir que tales manifestaciones salieran al aire.

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"Deben rodar cabezas"

La decisión de la BBC de ofrecer el concierto provocó sarpullidos entre los parlamentarios conservadores más próximos a Suráfrica y protestas por parte de Pretoria. Los productores del programa no hicieron aparentemente nada por desmontar la aguda vertiente política del recital y por las ondas salieron las condenas de los artistas contra el apartheid.Estos pronunciamientos fueron, en la mayoría de los casos, comedidos, sin por ello dejar de ser firmes, y evidenciaron un interés por no crear problemas adicionales en Suráfrica a la BBC, cuya presencia en aquél país está ahora en peligro. No obstante, también hubo quien aludió repetidamente al "terrorismo del Gobierno de Suráfrica" o al "cáncer del apartheid' en medio de la satisfacción de las más de 70.000 personas que presenciaron el concierto en directo.

Un cielo encapotado y un día fresco no hicieron mella en el festivo ambiente de Wembley, en el que los comentarios realizados desde el escenario encontraron un extraordinario eco, con miles de voces gritando . ¡Ya está bien!" de cárcel para Mandela o preguntando " ¿Cuanto más?" va a seguir en prisión.

Eran respuestas políticas a un concierto planteado como un acontecimiento político, aunque sobre el terreno no podían verse pancartas de protesta contra la situación en Suráfrica ni de solidaridad con Mandela, un desconocido para muchos de los asistentes. Con el recital se pretendía extender el conocimiento sobre la personalidad de Mandela y estimular el interés por lo que ocurre en el cono sur africano, a lo que, sin duda, contribuirá el éxito artístico obtenido.

Estrellas del pop y del rock como Sting, Simple Minds, Dire Straits o Withney Houston compartieron las tablas durante diez horas con grupos formados por artistas africanos o por aborígenes australianos o con creadores perseguidos por Pretoria como Miriam Makeba o Hugh Masekela. Stevie Wonder adaptó la letra del popular I just call to say I love you al 70 cumpleaños de Mandela y dijo: "Hasta que no seas libre, no hay hombre, mujer o niño, del color que sea, que sea libre". La actuación de Wonder, quien cantó a pesar de que le robaron un disco de ordenador necesario para su intervención, evidenció el esmero puesto en la organización del concierto.

La puesta en escena fue impecable, con una gran cartel -Nelson Mandela, 70 cumpleaños- recordando el motivo de la reunión y gigantescos paneles con motivos africanos decorando el escenario, flanqueado por dos pantallas gigantes. Gente del mundo del cine como Richard Gere o Richard Attenborough, director de Grita libertad, hicieron ocasionalmente de presentadores.

Todos los artistas hicieron alusiones a Suráfrica y a Mandela, algunos cantando temas que directamente tenían al preso de Pollsmoor como protagonista y otros reclamando con su música la libertad de todos los presos, mientras un tercer grupo ofrecía sus canciones de siempre como homenaje a Mandela.

No todos los cantantes que intervinieron lo hicieron con una profunda conciencia política. Ahmed Kathrada, uno de los condenados con Mandela a cadena perpetua, envió un mensaje en el que decía: "...todos los ojos están pendientes del gran concierto de Wembley. ¡Qué suerte teneis!¡Lo que yo daría por escuchar a Whitney Houston!", pero la norteamericana declaró antes de salir al escenario que su presencia en Londres no era debida "tanto al énfasis en una situación política como un homenaje de cumpleaños", aunque sobre el escenario aludió a Mandela y a sus "hermanos y hermanas de Suráfrica".

Harry Belafonte, cantante de calipso y en la actualidad embajador cultural de las Naciones Unidas, introdujo el concierto presentado a Mandela, de quien leyó un mensaje, como 'el líder del pueblo negro oprimido de Suráfrica", un hombre que es «símbolo de la lucha contra el cruel e injusto sistema del apartheid'.

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