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Los líderes de la 'contra' llegan a Managua para hablar de paz haciendo el signo de la victoria

Toda la plana mayor de la contra, triunfa¡ y haciendo el signo de la victoria, entró en Managua en la noche del viernes (madrugada de ayer en España) por vez primera en más de siete años de guerra para proseguir las negociaciones de paz acordadas en Sapoá, en el momento psicológico sin duda más difícil para el Gobierno sandinista desde el inicio de la revolución. "Esto es realpolitik", repetía a su llegada el líder de la Resistencia Nicaragüense (RN), Adolfo Calero, en alusión a la política de realismo que iniciara Willy Brandt hace más de una década.Las autoridades de Managua trataron de contrarrestar el golpe propagandístico que representaba para la población la presencia rebelde, emitiendo constantes avisos radiofónicos que insistían en la importancia de que se cumplan, por encima de todo, los acuerdos de paz y acusaban a Estados Unidos de pretender boicotearlos.

Unas 2.000 personas, convocadas por los Comités de Defensa Sandinista, se congregaban desde las primeras horas de la tarde de¡ viernes en una polvorienta explanada situada a unos cuatro kilómetros del hotel donde fue alojada la delegación de 45 contras que llegó a Managua y que sirve de marco para la reunión.

El camino hasta Managua

Los concentrados decidieron permanecer en vigilia hasta que terminen las conversaciones, para "apoyar los esfuerzos de paz del Gobierno revolucionario y repudiar la presencia de mercenarios y somocistas". La cita debe finalizar, en principio, a última hora de la noche de hoy (madrugada del lunes en España), pero no se excluye que pueda prolongarse hasta el lunes.

La expedición rebelde llegó con más de cuatro horas de retraso, debido a un fallo técnico del avión de línea regular en el que viajaban desde San José de Costa Rica. Al pie de la escalerilla fue recibida por miembros de la seguridad nicaragüense y de la Embajada costarricense. En el interior del aeropuerto se habían congregado alrededor de dos centenares de personas que gritaban "viva la Resistencia" y entonaban luego el himno nacional Entre ellas destacaban Violeta Chamorro, propietaria del opositor diario La Prensa, que los contras tienen previsto editar durante su estancia aquí, así como dos funcionarios de la Embajada norteamericana en Managua.

Conscientes de la presencia de medio millar de informadores, que se abalanzaron sobre ellos tan pronto fueron abiertas las pueirtas del avión, los dirigentes rebeldes no dejaron escapar el momento y lo utilizaron hasta el máximo, sabedores de que las autoridades no se lo impedirían. "Es un triunfo político para nosotros. Hemos abierto el camino hasta Managua desde las montañas", declaraba sonriente Alfredo César . Junto a él y Calero, que estaban ausentes de la capital desde 1982, arribaban también los otros tres miembros del directorio nacional de la RN, Arístides Sánchez, Pedro Joaquín Chamorro y Azucena Ferrey.Ésta descendió del avión en primer lugar, con una bandera nicaragüense extendida, y fue la más agresiva en las manifestaciones: "Vengo con la misma obligación con la que salí, con el deber de continuar luchando con el pueblo para liberarlo de cualquier tipo de dictadura. No vamos a descansar hasta ver al Frente Sandinista fuera del poder".

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La noche era estrellada y la contra tenía muy bien estudiada toda la pasada fraseología triunfalista del régimen de Managua. "No se han caído las estrellas", declaraba Calero, rememorando las palabras, hoy un tanto patéticas, pronunciadas hace tiempo por el comandante Tomás Borge, quien aseguró tiempo atrás que las estrellas desaparecerían, los ríos se secarían y los peces se ahogarían antes que permitir la entrada en Managua de los insurgentes. Alfredo César se hacía una fotografía en la pista apuntando el dedo al cielo.

GIobalizar las negociaciones

"En estos tres días de negociaciones podemos iniciar el proceso de paz, pero difícilmente culminarlo", declaró Calero desde la ventanilla del microbús en donde-fue acomodada la contra. El dirigente rebelde dijo que la propuesta de ellos es "paz y libertad", y reiteró que están dispuestos a volver al combate si no tiene éxito el actual proceso negociador. La cúpula de la RN hizo hincapié en que insistirán en globalizar las negociaciones de paz y no limitarlas exclusivamente a la concertación del alto el fuego definitivo. Uno de los objetivos prioritarios, según César, es abordar la cuestión de separar el Estado del Frente Sandinista. Calero confirmó que se entrevistarán con miembros de la Conferencia Episcopal y dijo que sería un "tremendo error" si el Gobierno no les permite reunirse con fuerzas políticas y empresariales.

"Lo más importante aquí es conseguir la paz ya, y por nuestra parte venimos decididos a trabajar las horas y días que sean hasta que se firme el cese el fuego definitivo" declaró, por su parte, el ministro de Defensa y jefe de la delegación sandinista, general Humberto Ortega, antes del inicio de las conversaciones, que en realidad no comenzaron hasta ayer por la mañana.

El presidente Ortega dijo que la paz depende de la voluntad de los rebeldes de que cumplan lo pactado en Sapoá, pero afirmó también que "mientras exista la política agresiva del imperialismo siempre está el peligro de la invasión". El ministro afirmó que todo el proceso negociador es una victoria estratégica en los frentes militar, político y diplomático para el sandinismo, y denunció a la Administración de Reagan y a la CIA de sabotear los acuerdos de Sapoá logrando entorpecer el desarrollo del calendario de paz.

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