Revisión en Italia de la figura de D'Annunzio en el 50º aniversario de su muerte
Los festejos en honor del 50º aniversario de la muerte de Gabriele d'Annunzio se inician mañana en Paseara (Italia), su ciudad natal. El poeta-soldado "dio fondo a todas las posibilidades de la literatura" al haber sido novelista, poeta lírico, narrativo, político y social, autor trágico, prosista de memoria y diarísta, como acaba de escribir G. Bárberi Squarotti, quien subraya que D'Annunzio "tuvo fe en el valor absoluto de la literatura".
El poeta abrucés, que ha sido comparado en literatura a un Leonardo da Vinci por su "globalidad", va a ser, sin embargo, motivo de dura polémica durante las celebraciones del medio siglo de su muerte, que se cumplió ayer martes.
Vuelve a saltar sobre el tapete el agudo problema de si el gran poeta y soldado de Fiume fue un precursor del fascismo de Benito Mussolini, como afirma su mejor biógrafo, Paolo Alatri, o bien, al revés, como prefiere Renzo de Felice, que abrirá mañana las celebraciones en Pescara un "anti-Mussolini", más aún el "inventor del 68".
Se desempolva ahora la afirmación de Lenin de que D'Annunzio era "el único revolucionario de Italia" tras la guerra mundial y que el mismo líder comunista Antonio Granisci había buscado un encuentro con el poeta.
Raíz derechista
En realidad, aun quienes no ponen en tela de juicio la "raíz derechista" de D'Annunzio piensan que en. su literatura se hallaban los gérmenes de la nueva revolución de mayo de 1968, hecha de .espíritu de fiesta", confianza absoluta de poder cambiar el mundo con las propias fuerzas, libertad sexual, experimentación de nuevas formas literarias y culturales y difusión del consumo de drogas.Algunos, como acaba de hacer Paolo Mieli en Il Corriere de lla Sera, piensan que baste leer los escritos de Toni Negri y de Franco Piperno, los líderes de Autonomía Obrera y de Poder Obrero, para darse cuenta de quiénes son hoy los verdadero herederos del poeta-soldado, una especie de superhombre y de héroe fallido, que, como los impulsores del 68, quería llevar la poesía al poder y que de algún modo fue, como los futuros revolucionarios de la transgresión permanente, una mezcla explosiva de derechismo teñido de izquierdismo, antigualitario, aristócrata y cultor de la violencia.
Al poeta y prosista Gabriele d'Annunzio le hubiese quizá gustado la afirmación tan discutida del ideólogo Toni Negri de que el terrorismo es el alba de la revolución".
De cualquier modo, no cabe duda de que la obra de D'Annunzio quiso ser "sublime, total y ejemplar", como los sueños de todos los revolucionarios, derechistas o izquierdistas de la historia.
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