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Waldheim conocía las atrocidades nazis en Yugoslavia

La entrega al Gobierno austriaco del informe de la comisión de historiadores que ha investigado la actuación de Kurt Waldheim durante la II Guerra Mundial se convirtió ayer en un enorme escándalo al surgir noticias de que el Ministerio de Asuntos Exteriores austriaco, había obligado a retirar frases especialmente comprometedoras para el presidente. Esta información fue negada por medios oficiales. Según el informe, no existen pruebas fiables de una implicación directa de Waldheim en crímenes de guerra en los Balcanes, pero sí confirma que Waldheim era un oficial perfectamente informado sobre las medidas represivas aplicadas por los alemanes contra la población civil en Yugoslavia, lo que demuestra que mintió reiteradas veces sobre su pasado.

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Evitando frases comprometedoras

El informe, de más de 200 páginas, elaborado por la comisión en más de cinco meses de investigaciones es mucho más crítico de lo que en principio esperaba el Gobierno, debido especialmente al hallazgo de diversos documentos durante la pasada semana a raíz de las investigaciones en archivos yugoslavos provocadas por la publicación en el semanario alemán Der Spiegel de la copia de un telegrama que implica al presidente en deportaciones de civiles.Durante todo el día fue patente una gran tensión en los medios oficiales de Viena. Por la mañana se reunieron los dos jefes de los partidos que forman la coalición gubernamental, el canciller socialista Franz Vranitzky, y el ministro de Asuntos Exteriores, el conservador Alois Mock. El canciller recibió el informe después de continuos aplazamientos a lo largo de la tarde. Poco después declaró ante la televisión austriaca que le colma de preocupación que el informe contenga considerables críticas a la actuación de Waldheim durante la II Guerra Mundial.

El presidente Waldheim se había negado a recibir a la comisión antes de que ésta entregara el informe al jefe del Gobierno. Ésto, que se interpreta como un intento del presidente por obligar al Gobierno a implicarse en las decisiones a tomar, cualquiera que éstas sean, llevó a un cambio de programa y gran confusión. El canciller Vranitzky ha mantenído hasta ahora una absoluta neutralidad en el caso y no ha prestado mayor apoyo al presidente que el estrictamente constitucional. La caída de Wadheim, podría provocar una grave crisis de gobierno y convertirse en crisis de Estado. El mandatario insistió anoche que el informe no le inducía revisar su postura de mantenerse en el cargo. A preguntas insistentes de la televisión, Waldheim declaró que no iba a dimitir y agregó: "En bien de este país utilizaré mi gran experiencia internacional"

"Este pequeño país no es puede permitir presidentes que no estén en armonía con la verdad", comentó el ex canciller socialista Bruno Kreisky. "Naciones mucho más grandes hicieron cesar a presidentes, elegidos también por grandes mayorías, por no decir la verdad", agregó en alusión al ex presidente norteamericano Richard Nixon.

Waldheim fue informado a las ocho de la tarde por los seis miembros de la comisión, tras diversas informaciones que sugerían que el malestar del presidente ante las conclusiones era tal que se negaba a recibir a sus integrantes.

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Falta de pruebas fiables

La documentación presentada al Gobierno expresa la falta de pruebas fiables de una implicación directa y culpabilidad de Waldheim en crímenes de guerra en los Balcanes y considera no probadas las acusaciones hechas por Estados Unidos para prohibir al jefe del Estado austriaco la entrada en territorio norteamericano. Confirma, sin embargo, que Waldheim era un oficial perfectamente informado sobre las medidas militares y represivas aplicadas por los alemanes en Yugoslavia, tales como los fusilamientos de civiles, las deportaciones de judíos y las acciones de represalia. No sólo estaba informado de las cuestones estratégicas y tácticas, sino también de acciones radicalmente contrarias al derecho internacional.Unas frases del texto final en el que se descalifica moralmente a Waldheim, al señalar que otros oficiales en la misma situación pidieron y consiguieron ser trasladados para no verse obligados a participar, aunque fuera desde oficinas y escritorios, en operaciones de castigo contra la población, fueron eliminadas por presiones del ministro de Asuntos Exteriores, Mock, el artífice y gran responsable de la candidatura de Waldheim al puesto que éste ocupa, según insistentes informaciones que circulaban ayer en Viena. El actual jefe de Estado podía, sin riesgo personal alguno, haberse apartado del escenario de las sangrientas acciones del Ejército alemán en Yugoslavia.

En un comunicado hecho público ayer, el Ministerio de Asuntos Exteriores indica que "la comisión se extralimitó en sus funciones al hacer juicio sobre moral y carácter que no corresponden al mandato otorgado a la comisión y por tanto absolutamente inadmisible. Según Mock, la comisión sólo debía establecer si existían pruebas de crímenes o no. En caso de confirmarse que la comisión accedió a retirar las conclusiones más críticas por presiones de Mock, se produciría un escándalo dentro del escándalo Waldheim, que afectaría a todos. La comisión quedaría devaluada y desprestigiados profesionalmente sus miembros, el Gobierno confirmaría los temores expresados en algunos medios occidentales a que una comisión pagada por él acabaría sometida a presiones del Partido Democristiano y Waldheim no podría esperar una rehabilitación ante la comunidad internacional.

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