Niños argentinos
El editorial de EL PAÍS del domingo 10 de enero titulado Niños de Argentina, si bien no me cabe duda que ha sido escrito con la mejor intención, contiene, sin embargo, algunas imprecisiones y errores de apreciación sobre la situación política del Cono Sur, que quisiera comentar:1. Señala el editorial: "... todos los horrores desvelados por el informe Sábato, titulado Nunca jamás (en realidad, se titula Nunca más), no parecen haber bastado para inmunizar la conciencia ciudadana de nuevas aventuras castrenses". A este respecto, creo que con esta afirmación no se hace justicia a un fenómeno nuevo y esperanzador que se vive en la sociedad argentina, consistente precisamente en lo contrario de lo que el editorialista señala, es decir, que por primera vez la ciudadanía ha tomado conciencia cabal del valor de la democracia como sistema de convivencia.
Como ejemplo claro de ello está la gigantesca y multitudinaria repulsa a la sublevación del coronel Aldo Rico en Semana Santa. Pero es que, además, quien hoy visite Argentina, recorra sus calles, hable con su gente -como he tenido ocasión de hacer recientemente-, puede palpar un ánimo nuevo, una firme conciencia de que nunca más la solución militar será vista como tal ni aceptada ni compartida. Otra cosa es que -por la fuerza- los militares puedan imponerse a la sociedad como en el pasado. Ellos tienen las armas, no el pueblo. Pero no debe confundirse esta posibilidad o las concesiones hechas por las autoridades civiles con que la ciudadanía esté dispuesta ahora a aceptarlo o compartirlo.
2. Respecto a Chile, el editorial hace una afirmación absolutamente objetable. Dice: "... muy probablemente, el general Pinochet ganará limpiamentey sin necesidad de truco las próximas elecciones generales chilenas".
En primer lugar, en Chile el Gobie
,jmo militar no tiene previstas elecciones generales, que supondrían pluralidad de opciones de candidatos, de libre acceso a la Prensa, etcétera, tal como sucede en los países democráticos. Lo que se avecina es un mecanismo de la legalidad del régimen, según el cual el pueblo chileno será consultado en plebiscito sobre un candidato único -que probablemente será Pinochet propuesto por la Junta Militar. Es decir, un mecanismo creado para asegurar la continuidad del régimen y la sucesión del general.
En segundo lugar, afirmar que el general Augusto Pinochet probablemente ganará limpiamente es desconocer completamente lo que ocurre en Chile, las múltiples violaciones de los derechos humanos, la intimidación a los ciudadanos para que voten sí en el plebiscito, la campaña de Prensa del régimen que monopoliza la televisión, la desinformación y las dificultades administrativas creadas para que los chilenos se inscriban en los registros electorales o para la formación de partidos políticos. Todo ello no es precisamente un proceso limpio previo al plebiscito y coarta lasposibilidades de la oposición de llevar adelante una campaña por el no. (Esto sin contar con que las encuestas objetivas hoy no le asignan más del 20%. de la intención de voto).
3. Señala, por último, el editorial que "la democracia, mal que nos pese, no es tremendamente popular en el Cono Sur". Se equivoca completamente. La democracia es tremendamente popular en el Cono Sur. El pueblo es profundamente democrático, es decir, las grandes mayorías.
Hay países, como Chile o Uruguay, de una tradición democrática más que centenaria. Otros viven hoy la democracia a pesar de todas las crisis. ¿No es sugerente que hoy existan -como nunca antes- regímenes democráticos en prácticamente todos los países latinoamericanos? ¿No es eso popularidad?-
Director de la Fundación CIPIE (Centro de Investigaciones y Promoción Iberoamérica-Europa). Madrid.
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