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Reportaje:

Paralelo 38

Clima de enfrentamiento entre las dos Coreas con los Juegos Olímpicos del año próximo como fondo

El puente de no retorno es el último paso en la zona desmilitarizada (ZDM) que divide las dos Coreas desde el final de la guerra civil (1950-1953). Una franja de demarcación en el paralelo 38 de cuatro kilómetros de ancho por 243 de largo -de un extremo a otro de la península del noreste asiático- sirve de freno para impedir escaramuzas de una guerra que arrojó un saldo de tres millones de muertos y que para muchos coreanos todavía no ha terminado. Un clima bélico se respira estos días, tras las especulaciones de que Corea del Norte estaba detrás del accidente de un avión de las líneas aéreas coreanas (KA), con 115 personas a bordo, el 29 de noviembre.

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A dicho clima contribuye la creencia de que el vecino de Pyongyang, la capital de la República Popular Democrática de Corea, terminará por no acudir a los Juegos Olímpicos de Seúl, el próximo septiembre.Panmunjón, a medio centenar de kilómetros al norte de Seúl, es una ciudad tampón, nacida como consecuencia de la firma del acuerdo de armisticio suscrito el 27 de septiembre de 1953 por el Norte y el Sur, representado éste por su aliado en la contienda, Estados Unidos. Desde entonces hasta hoy, a lo largo de esa demarcación se han producido numerosos incidentes, en los que hubo en muchos casos muertos.

El último de esos incidentes ocurrió el pasado 21 de noviembre, en el puesto fronterizo de Cholon, en donde un soldado surcoreano resultó herido por disparos norcoreanos. Pyongyang acusó a Seúl de iniciar el fuego, y éste, al régimen comunista, de pretender intervenir en el actual proceso electoral de Corea del Sur y de obstaculizar la celebración de los Juegos Olímpicos. Aquí, en Panmunjón, las dos Coreas se recuerdan día a día que viven sólo una tregua, la más prolongada de la historia militar moderna, pero también una de las más volátiles.

"El incidente de noviembre ocurrió lejos de este lugar, y no existe una especial tensión por ello. únicamente hay órdenes de reforzar las medidas de seguridad en la ZDM por temor a que Corea del Norte realice una campaña de acciones para impedir la celebración de los Juegos Olímpicos", dice un soldado norteamericano que sirve de guía a un grupo de periodistas que visita Panmunjón.

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Un total de 90.000 turistas visitó el año pasado del lado surcoreano, por sólo 10.000 del lado norcoreano, el área de seguridad conjunta, denominada también el pueblo de la tregua, el punto central que separa en dos los países. En este enclave de 800 metros figuran, entre otros complejos, la famosa sala de conferencias donde se firmó el armisticio, y se reúnen ambas partes para resolver problemas políticos, militares o económicos de poca trascendencia, o presentar pro puestas de apertura de negociaciones más serias.

Allí también se encuentran con alguna periodicidad, derivada de violaciones graves del alto el fuego, la comisión de cuatro naciones neutrales supervisoras del armisticio (Suecia y Suiza por parte del mando de las Naciones Unidas, y Estados Unidos, que vigila la frontera sur, y Checoslovaquia y Polonia, del lado norte).

Dos soldados norcoreanos montan guardia a escasos metros de uno surcoreano y otro norteamericano, junto a la pequeña sala donde una delegación etíope está siendo en esos momentos informada, del lado de Corea del Norte, de las características- del recinto. Un joven guardia rojo (en realidad, viste uniforme verde oliva) clava una mirada glacial, muy cinematográfica, en los periodistas occidentales para crear un clima de tal vez exagerada tensión. "A veces, nos provocan con insultos", cuenta un mastodóntico e infantil soldado norteamericano.

Lo paradójico de esta historia es que Panmunjón es un lugar muy restringido para los propios surcoreanos, que sólo pueden visitarlo en grupo y. después de haber conseguido un certificado de buena conducta por parte de la policía. "El régimen tiene terror a que a alguno se le ocurra pasarse al norte; sería una bofetada para el orgullo nacional y un golpe bajo para su filosofía anticomunista", declara un funcionario asignado al mando conjunto de fuerzas estadounidenses y surcoreanas, cuyo cuartel general se encuentra en pleno centro de Seúl.

Presencia de EE UU

El mando conjunto existe como tal desde 1978. Antes, la vigilancia militar de la parte sur de la península corría a cargo sólo de EE UU. Los norteamericanos, que tienen en Corea del Sur más de un centenar de bases en el territorio y unos 41.500 soldados, tienen mando por encima de los surcoreanos en la estructura de las fuerzas combinadas. El general Louis Menestrey, jefe de los dos ejércitos conjuntos, declaró días atrás que la posibilidad de que el mando pase a manos surcoreanas es verosímil, pero no especificó cuándo.

El candidato oficialista en las elecciones presidenciales surcoreanas del próximo día 16, Roh Tae Woo, ha prometido vagamente que tratará de revisar la estructura del mando combinado de fuerzas, pero ni Roh ni la oposición cuestionan la presencia militar norteamericana al sur del paralelo 38. "El Ejército norteamericano debe permanecer como policía de vigilancia por razones estratégicas", dice un portavoz de Kim Young Sam, el líder del opositor Partido para la Reunificación Democrática (PRD) y aspirante a la presidencia de la República de Corea. También Kim Dae Jung, el otro candidato opositor y presidente del Partido para la Paz y la Democracia (PPD), dijo recientemente que si es elegido reforzará las relaciones con EE UU sobre la base del mutuo respeto.

Un millón de soldados a una y otra parte de la ZDM se estima que vigila día a día el armisticio de la desconfianza entre dos naciones que no se reconocen como tal y que buscan de maneras diferentes la reunificación. "A mí me gustaría visitar el Norte. Creo que es muy bonito. Conocer cómo vive un pueblo al que considero hermano", dice un empleado de una firma de alquiler de automóviles. La guerra dejó separadas a muchas familias. Se estima en más de cinco millones el número de surcoreanos que tienen familia en el Norte.

Los contactos familiares constituyen uno de los objetivos perseguidos por las dos partes como un primer paso hacia el deshielo. En 1983, una campaña organizada por el Ente Estatal de

Paralelo 38

Radio y Televisión Surcoreana (KBS) hizo posible que 9.952 familias se reunieran entre un selecto ramillete de escogidos. Entre ellos figuraba el obispo de Wonju, monseñor Daniel Thi, que cuenta con tristeza que su hermana, residente en el Norte, no le reconoció.

Armas nucleares tácticas

Aun cuando Estados Unidos se mantiene en la línea de no confirmar ni desmentir el tema, hay armas nucleares tácticas en territorio surcoreano -entre ellas, minas de demolición atómicas-, se cree que desplegadas al sur de la ZDM, lejos de la zona fronteriza, por temor a provocar un incidente serio. Corea del Norte exige precisamente el desmantelamienlo de fuerzas convencionales y atómicas extranjeras de la península para el inicio de negociaciones de paz. El régimen de Kim II Sung, el gran líder instalado por la Unión Soviética en el Norte al término de la II Guerra Mundial, ha propuesto la apertura de conversaciones tripartitas (Norte, Sur y Estados Unidos) a partir del próximo marzo, una vez quede completado el proceso electoral de Corea del Sur con las elecciones presidenciales y las legislativas.

Corea del Norte, abrumada por una crisis económica grave que le ha llevado a declarar la suspensión unilateral del pago de su deuda externa -estimada en 1.000 millones de dólares-, está dispuesta a reducir su Ejército de 880.000 a 100.000 soldados en un período de entre cinco y 10 años, según la última postura expuesta recientemente por el primer ministro norcoreano, Li Gun Mo, a un periodista norteamericano que visitó el pasado septiembre el Norte. Corea del Norte, con 20 millones de habitantes, invierte un 24% en su presupuesto de defensa, frente al 7%. que gasta su vecino del Sur, con 42 millones de habitantes y 600.000 soldados.

Li Gun Mo y otros miembros del régimen comunista más cerrado del mundo dijeron al periodista norteamericano Selig Harrison que las presiones económicas van a obligar a que Pyongyang reduzca el presupuesto militar y busque un rápido influjo de tecnología occidental para impulsar una economía muy debilitada y que depende exclusivamente de la Unión Soviética. El informador norteamericano encontró en sus contactos una gran flexibilidad por parte del Gobierno comunista a la hora de negociar con el Sur y el deseo de que la península se reunifique en una confederación con dos regímenes distintos.

EE accidente del avión de la KA volvió a crear un clima de guerra fría entre los dos países, especialmente en el Sur, donde el candidato oficialista, Roh Tae Woo, acusó a Kim Young Sam y a Kim Dae Jung de no ser conscientes de la amenaza que representa el vecino del Norte. Desde entonces, el tema de las relaciones intercoreanas ha pasado a segundo plano en la campaña electoral. En cualquier caso, al margen de las heridas que cause este nuevo episodio de hostilidades o el posible boicoteo a los Juegos Olímpicos de Seúl, los analistas surcoreanos. sostienen que las relaciones entre las dos partes se convertirán en un tema inaplazable en los próximos años, sobre todo si la oposición democrática consigue vencer en las elecciones del día 16.

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