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ECOLOGÍA

El 'Sirius' intenta evitar hoy en alta mar la incineración de tóxicos

Berna González Harbour

ENVIADA ESPECIALEl Sirius, de la organización ecologista Greenpeace, se dirigía ayer al punto designado en el mar del Norte para la quema de residuos tóxicos en busca del Volcanus II y del Vesta, dos barcos destinados a la incineración oceánica. Tras la operación exitosa del sábado -el Sirius logró interceptar al Vesta y hacerle regresar a puerto-, el buque ecologista se dispone hoy a impedir la quema de las 3.000 y 1.000 toneladas de residuos que transportan, respectivamente.

El primer encuentro entre el Volcanus II y el Sirius se produjo en la madrugada de ayer. El Sirius, con 22 tripulantes a bordo, se encontraba en el delta del Westerschelde, esperando la salida del Volcanus II, procedente de Amberes. Tal y como estaba previsto -Greenpeace goza de una importante infraestructura y de una red de contactos que le permite conocer los detalles sobre los barcos blanco de sus acciones-, el buque incinerador se cruzó con el Sirius hacia la medianoche. El intercambio de avisos fue determinante: el Sirius iluminó al Volcanus II con un potente reflector, a lo que éste respondió empuñando las mangueras de que está equipado el barco para repeler cualquier intento de abordaje.

Después de los respectivos saludos, cada uno emprendió su camino rumbo a la llamada zona de quema, en mitad del mar. del Norte, a 60 millas de la costa holandesa. El Sirius, directo hacía ese punto; el Volcanus II, dando un rodeo por aguas belgas, para evitar la acción de Greenpeace, que prefiere no entrar en dichas aguas, ya que ha sido perseguida en numerosas ocasiones por la justicia de este país. El Vesta, por su parte, partió una vez que oscureció.

Simpatía holandesa

Al contrario que con las autoridades belgas, Greenpeace goza de la simpatía de la policía holandesa. Ésta, según los miembros de la organización, se limita a hacer el mínimo obligatorio en caso de que alguien solicite su intervención, y su trato para con los ecologistas es amable. En la larga jornada del sábado, los policías, llamados por la tripulación del Vesta, no obligaron a los activistas a descender de la chimenea del barco, sino que solicitaron el regreso del propio Vesta al puerto, donde los aprehendieron, para dejarles libres una hora después. El equipo del Sirius tiene previsto llevar a cabo la acción de abordaje e intercepción de la quema de residuos. A bordo de este barco hay una gran expectación por lo peligroso de la operación. Además de la niebla, que dificulta la visión, la tripulación del Volcanus II es conocida por la violencia empleada en otras ocasiones para evitar las intercepciones. Es el más grande de los que realizan esta práctica y va cargado con al menos 3.000 toneladas de residuos tóxicos, que, según los portavoces de Greenpeace, son suficientes para destruir y contaminar irreversiblemente el área del mar del Norte en caso de un escape accidental.

El Sirius, por otro lado, contactó el sábado pon el Mobydick, uno de los siete barcos de Greenpeace, que levó anclas en Leith, al norte de Escocia, en dirección hacia el mar del Norte, para unirse a la expedición.

Andy Booth, coordinador de esta campaña, emitió ayer el comunicado de esta organización con respecto a la acción contra el Volcanus II. "A menos que nosotros lo impidamos, el Volcanus II va a quemar y soltar en la atmósfera un cóctel de sustancias peligrosas... Los ministros del Medio Ambiente de todos los Estados del mar del Norte son culpables por igual de permitir a este barco dañar criminalmente el medio ambiente marino".

Estas acciones forman parte de la campaña que Greenpeace ha organizado para combatir la contaminación del mar del Norte, que recibe el nombre de Cambia la marea. Desde la pasada semana y hasta noviembre, el Sirius pretende interceptar a los buques incineradores marítimos, para terminar con una práctica iniciada hace 22 años como solución provisional, pero que ha perdurado a lo largo de este tiempo. La compañía holandesa Servicios de Combustión Oceánica (OCS), propietaria del Volcanus II, está intentando, a pesar de las prohibiciones, extender e institucionalizar la incineración marítima.

Concretamente el Gobierno español ha autorizado a la compañía OCS para que su buque Volcanus II incinere residuos tóxicos procedentes de la industria española frente a la costa cantábrica el próximo mes de octubre.

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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