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Pugna entre camaradas de armas

Divisiones en la Junta Militar chilena sobre la pretensión de Pinochet de sucederse a sí mismo

El principal obstáculo para que el general Augusto Pinochet cumpla sus deseos de sucederse a sí "sino por otros ocho años a partir de 1989 se encuentra hoy entre los propios hombres de armas mucho más que en la valiente aunque atomizada oposición chilena..Pinochet necesita, para ser candidato único a un plebiscito presidencial que debe realizarse ese año, la unanimidad de los comandantes en jefe de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, más la del director general de la policía. El dictador tiene asegurado el apoyo del Ejército de Tierra, ya que él es el jefe de ese arma, pero los jefes de la Marina, almirante José Toribio Merino, y de la Fuerza Áerea, general Fernando Matthei, han declarado recientemente que el candidato único debe ser un civil. El jefe de la policía, general Rodolfo Stange, no se ha pronunciado aún.

Por ahora, Pinochet juega al misterio y se reserva el momento oportuno para anunciar su candidatura. Con una mezcla de socarronería y cinismo, ha declarado que está en campaña electoral desde el mismo 11 de septiembre de 1973, el día del golpe que derribó al Gobierno constitucional de Salvador Allende.

Las cartas del dictador

Pero no cabe duda en Chile de que Pinochet está jugando todas sus cartas para sucederse a sí mismo. Es claro el tinte electoralista de sus últimos discursos y el Gobierno ha movilizado todos sus recursos para asegurar su perpetuación. Lo que más preocupa ahora al general son las declaraciones de sus compañeros de armas.

Al regreso de su viaje a Europa, Matthei declaró que "falta más de un año" para designar el candidato, y "no es conveniente que en estos momentos autoridades del Gobierno estén ya señalando rumbos. Nos dejan descolocados a los miembros de la Junta, y eso no es aceptable".

El llamamiento de Matthei para cortar el asunto fracasó. Al día siguiente, el ministro de Defensa, vicealmirante Patricio Carvajal, declaró que Pinochet es el candidato ideal. Por si había dudas, Carvajal insistió el domingo siguiente en una carta en El Mercurio: "En los nueve años que he servido en el Gabinete ministerial he podido apreciaímuy de cerca la labor que, con misticismo y vocación de estadista, ha realizado Su Excelencia para el bien de Chile, y creo que es legítimo expresar mi anhelo de que pueda, constitucionalmente, prolongar su mandato".

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La carta del ministro Carvajal resulta especialmente significativa, porque insistió en su propuesta después de las declaraciones de dos níiembros de la Junta, Merino y Matthei, a favor de la candidatura de un civil. Merino, en. unas declaraciones a la BBC de Londres (radiotelevisión estatal británica), pintó casi un retrato robot del candidato: civil, de centro-derecha, de 52 o 53 años, valiente, capaz de asegurar la transición a la democracia y de continuar la política del régimen actual. El almirante, el único superviviente, con Pinochet, de la Junta original que dio. el golpe, dijo que no creía "que Pinochet se postule como candidato o solicite su postulación" y que hay "no sólo uno, sino varios hombres que pueden cumplir los requisitos" que'se han puesto. "O sea, un civil a secas".

Un civil

Al día siguiente de las declaraciones de Merino, Matthei saltó de nuevo a la palestra en apoyo a las opiniones de su compañero en la Junta y declaró que también él considera que el candidato ideal sería un civil. "Las fuerzas armadas", dijo, "no deben estar involucradas en el proceso. No deben serjuez.y parte. Quien sea, debe presentarse de civil, y las fuerzas armadas son garantes del proceso y no parte del proceso".

Estas palabras de Matthei tienen especial significado por la definición que hacen del papel de las fuerzas armadas, que aceptarían muchos en la oposición, y sobre todo por la frase "debe presentarse de civil". Esto parece encerrar un claro mensaje de que si Pinochet decide presentarse deberá previamente abandonar su puesto de comandante en jefe de las fuerzas armadas. Resulta difícil imaginar que esta posibilidad entre en los cálculos deláctual inquilino de La Moneda, que, aún si renunciara a presentarse como candidato, dificilmente dejará su posición de hombre fuerte en las fuerzas armadas como centinela de que todo queda atado y bien atado.

Campaña contra Matthei

Está en pleno desarrollo en Chile una sorda campaña de desprestigio personal del general Fernando Matthei, el jefe de la Fuerza Aérea; uno de los escasos jefes militares partidarios del diálogo con la oposición. Parece como si hubiese fuerzas en la sombra interesadas en colocarlo en una situación que propicie su salida de la Junta de Gobierno.El pasado 4 dejunio apareció en los ecos de sociedad del diario El Mercurio una nota que decía: "En la maternidad de la Clínica Alemana ha nacido Jorge Fernando, hijo de Fernando M. Aubel y Eliana Hernández de M. Aubel". La inicial M. y el apellido Aubel responden a Matthei, y el anuncio hace referencia a un hijo nacido fuera del matrimonio del general, casado con Elda Fornet, según se comenta en medios bien informados en Santiago. Una relación adúltera, y encima con un hijo, puede costarle a Matthei su puesto en la Junta.

Para los partidarios de la candidatura de Pínochet sería muy útil que Matthei, el general que quiere unas fuerzas armadas no sometidas al veredicto de un plebiscito y prefiere un candidato civil, saliera de escena, aunque sea sobre la base de una campaña basada en una situación personal.

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