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50 AÑOS DESPUÉS

Tres poetas inauguran en Valencia el Congreso de Intelectuales

Octavio Paz y Stephen Spender subrayan la abundancia de 'expertos' frente a 'escritores'

Los participantes en el II Congreso de Escritores Antifascistas, durante la guerra civil, lucharon por el derecho a expresarse en libertad, dijo el poeta inglés Stephen Spender, pero luego muchos se alinearon con fuerzas políticas más o menos predecibles. Spender fue, junto con Octavio Paz y Juan Gil-Albert, uno de los tres poetas veteranos del congreso de la guerra que presidieron la inauguración ayer en Valencia del Congreso Internacional de Intelectuales y Artistas; en él, 200 participantes de todo el mundo han de debatir esta semana el compromiso del intelectual en nuestro tiempo. Rafael Alberti excusó el viernes su asistencia por razones que no han quedado claras.

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Stephen Spender subrayó que la convocatoria del congreso alude sobre todo al futuro, más que al pasado. ("La reflexión crítica sobre el pasado sólo cobra sentido si se abre al porvenir", dice la convocatoria). Spender subrayó que, a diferencia del encuentro del 37, cuando la mayor parte de los participantes eran poetas, en el actual se corre el riesgo de un exceso de expertos en los debates. Mencionó por ejemplo que, en la mesa redonda del miércoles 17, sobre modernidad y posmodernidad, está prevista sobre todo la asistencia de arquitectos. Spender reivindicó al intelectual al viejo estilo, que opina de su mundo, tipo Bertrand Russell, y añoró su presencia.En una rueda de prensa posterior, Octavio Paz dijo que esta superioridad numérica de sociólogos frente a poetas es un síntoma de nuestro tiempo, al igual que el hecho de que prefieran para reunirse, como en la Edad Media, la universidad al café. "Yo prefiero la calle", dijo.

La inclemencia

"Mi estancia aquí, hoy, me sobrepasa y me turba", dijo en la inauguración el poeta Juan Gil-Albert, también veterano del encuentro de 1937, aplaudido tras su discurso con un calor que no se debía sólo a sus palabras.

"La inclemencia de lo que he vivido se me remueve como una pesadilla", añadió Gil-Albert como prólogo a un texto en el que habló de la predestinación de la escritura; la vejez, que ha pasado de ser "una fase de la vida a una fatalidad totalizadora"; y la fragilidad del futuro debido a "la invención satánica de la bomba" y el consiguiente peligro nuclear. La amenaza de holocausto fue también contabilizada. por Octavio Paz.

"Me parece lamentable que: haya palabras oficiosas y palabras oficiales", dijo Paz en una rueda de prensa por la tarde, cuando se le preguntó su opinión sobre la supuesta negativa de algunos invitados -no confirmada oficialmente- a asistir al congreso a causa de la presencia destacada del poeta mexicano.

El encuentro de hace 50 años, en el que la República recogió la solidaridad de los pueblos "a través de sus voces más autorizadas", supuso una victoria de la razón, que por entonces se encontraba "cada vez más lejana", dijo ayer el alcalde en funciones de Valencia, Ricard Pérez Casado en la sesión inaugural. "El germen de la discordia aguarda en cada alacena dispuesto a invadimos", añadió. "Hemos de presentarle batalla con la cultura. Hoy, como entonces, cultura es libertad".

Joan Lerma, presidente en funciones de la Generalitat Valenciana, organizadora del encuentro, indicó que no se ha pretendido sólo "conmemorar el más civil de los episodios de la guerra civil".

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