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HOMENAJE AL POETA CATALÁN

Foix fue enterrado ayer en el cementerio del barrio barcelonés donde nació

Los restos mortales del poeta J. V. Foix descansan desde ayer junto a los de sus padres y su hermana en el cementerio del barrio barcelonés en el que nació, Sarriá, donde fueron inhumados poco antes de las cinco de la tarde bajo una fuerte lluvia. Poco antes, en la cercana iglesia parroquial del barrio, se había celebrado un funeral córpore insepulto presidido por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, y al que asistieron numerosas personalidades del mundo de la política, las letras, las artes y las ciencias.

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El acto religioso, que dio comienzo poco después de las cuatro de la tarde, fue oficiado por el párroco Felip Casanyas, quien, en una breve homilía pronunciada antes de la lectura evangélica, señaló que "no es hora de analizar el cristianismo del senyor Foix", nombre con el que era conocido en el barrio. Hizo referencia poco después a que el poeta, dos años antes, había hablado por aquel mismo micrófono con motivo de la muerte de un familiar, recitando los últimos versos de su poema Si jo fos marxant a Prades, que Casanyas recordó.Por expresa voluntad de Foix, un grupo de antiguos miembros de la Escolanía de Montserrat entonó fragmentos de la Misa de Difuntos gregoriana.

Al acto asistieron unas 1.500 personas que llenaron por completo la iglesia. Entre ellas se encontraban, aparte del presidente Pujol y del alcalde Maragall, el presidente del Parlamento de Cataluña, Miquel Coll Alentorn; el delegado del Gobierno, Francesc Martí Jusmet; el presidente de la Diputación de Barcelona, Antoni Dalmau; el gobernador civil, Ferran Cardenal; y numerosas personalidades de la política, las letras y las artes, así como del ámbito universitario. Pero también se dieron cita para dar su último adiós al poeta numerosos vecinos y hasta algunos alumnos de las escuelas del barrio, que testimoniaron con su presencia la estima de que era objeto Foix en ese rincón de la zona alta de la ciudad.

Por la mañana, numerosas personas se habían acercado a uno de los dos establecimientos de pastelería que la familia Foix tiene en Sarriá y que permanecían cerrados. Pese a su avanzada edad, su desaparición ha sido recibida con sorpresa por parte de quienes solían visitarle o simplemente verle pasear.

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