Los editores españoles buscan el mercado hispano en EE UU
Los libreros de EE UU se reunieron del 24 al 27 de mayo en Nueva Orleans, capital de la antigua provincia española de Luisiana. Los editores españoles tuvieron una amplia representación en busca del mercado hispano. La muestra anual de la Asociación de Libreros Norteamericanos (ABA), a la que asistieron en esta ocasión unos 15.000 profesionales del libro, se realiza cada año desde 1900, y es la oportunidad que tienen los editores de mostrar sus fondos y planes de edición a los clientes diseminados por un inmenso mercado: Estados Unidos.
Esta vez, en Nueva Orleans se presentaron 1.300 exhibidores, en un despliegue de promoción multimillonario, donde los libreros son el objeto de la fiesta.Por sexto año consecutivo, los editores españoles estuvieron presentes, con un magnífico pabellón colectivo organizado por la Federación de Gremios de Editores de España, con el patrocinio del INLE (Instituto Nacional del Libro Español) y la Dirección del Libro del Ministerio de Cultura. El pabellón ocupaba un amplio y muy bien situado espacio y estaba dividido en dos partes: una muestra de tipo general, donde se exponía en conjunto el sector editorial español, y otra parte especialmente dispuesta para las editoriales que estuvieron físicamente presentes, a través de alguno de sus directivos o funcionarios: Sopena, Planeta, Edaf, Alianza, Alfaguara, Anaya, Timun Mas, Orbis, Blume, Parramón, Salvat, Plaza & Janes y Susaeta, entre otras.
Todos tratan de vender en el mercado estadounidense que, según cifras oficiales, consta de 20 millones de hispanohablantes, pero que podría llegar a 39 millones considerando los residentes no legalizados.
El ingreso medio del hispano en EE UU es de tres millones de pesetas al año, solamente un 30% menos que el ingreso medio norteamericanos. Un simple cálculo permite conocer la magnitud de un mercado tan disputado.
Las experiencias son muy variadas. Jesús Mosterín, de Salvat, comenta que la sede que ha instalado en Miami está llevando a cabo una experiencia interesante: vende obras a través de promociones por televisión. El fondo de Salvat no es nuevo en Estados Unidos, y los libreros reconocen su prestigio desde hace años.
Contactos con distribuidores
Para Federico Virgili, de Editorial Planeta, esta feria sirve para tomar contacto con nuevos distribuidores, que luego venderán a la enorme red bibliotecaria de Estados Unidos.El sello del grupo que más vende aquí es Seix Barral, por la cantidad de autores españoles y latinoamericanos que tiene. Virgili considera que puede vender un millón de dólares al año en Estados Unidos, cifra que justifica su presencia en la ABA y también en el ALA, la exhibición de los bibliotecarios que se realizará el mes próximo en Nueva York.
Jaime Brull, secretario ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores y responsable del pabellón español, es ya muy conocido en este tipo de ferias. A él acuden editores y libreros de los más diversos países con consultas de todo tipo. Según Brull, los libros más buscados son los infantiles, y después la literatura española e hispanoamericana. Manifestó que este año se agregó otro atractivo para la presencia de España: los contactos con colegas y clientes de América Latina.
Tanto Argentina como España (ambos con pabellones colectivos), estuvieron presentes con una veintena de profesionales cada uno. Brull mantuvo reuniones preparatorias de Liber 86 con argentinos y mexicanos y con muchos editores norteamericanos.
"Hay un buen interés por Liber 86", manifestó Brull. "Esperamos este año una fuerte presencia norteamericana. Tendremos un pabellón colectivo organizado por el USIA (Agencia de Información de Estados Unidos), y otro por el Boston Publishing Group". Los latinoamericanos insistieron ante Brull, señalando la imposición del impuesto sobre el valor añadido (IVA) al libro como un problema que puede afectar seriamente al comercio del libro entre España y América.
Un buen ejemplo de las posibilidades para el editor español es el caso del editor José María Parramón, que desde hace varios años ha sabido encontrar la forma de vender en Estados Unidos, mucho más allá del mercado del idioma español.
Parramón tiene un sistema de condiciones y coproducciones por el cual contrata sus obras con editores norteamericanos, que hacen la traducción y ponen su sello, pero manteniendo el copyright y la impresión de la obra en Barcelona. Sus libros infantiles compiten en Estados Unidos con cualquier libro norteamericano, y los resultados son buenos. La serie Los cinco sentidos, ilustrada por María Rius, en tiradas de 20.000 ejemplares, lleva vendidos más de medio millón de ejemplares. El gran libro de la pintura al óleo, que produce para la prestigiosa editorial Watson & Gutpill, superó los 20.000 ejemplares.
Babelia
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