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LIBIA Y LA EXTREMA DERECHA ESPAÑOLA

El Gobierno "no contempla en este momento" la ruptura total de relaciones diplomáticas con Libia

El ministro de Cultura y portavoz del Gobierno, Javier Solana, aseguró ayer que el Gobierno "no contempla en este momento la posibilidad de romper relaciones diplomáticas con Libia". El Gobierno, tras anunciar que el diplomático tibio Saed Mohamed Alsalam Esmaiel debía abandonar España antes de la medianoche de ayer, accedió a que éste se marchara esta mañana, después de anunciarle que a las cero horas de hoy dejaba de gozar de su estatuto de inmunidad como diplomático, en aplicación del Convenio de Viena de 1962. Saed Mohamed Alsalam tenía previsto volar a Trípoli, vía Casablanca, en un vuelo de Iberia que sale de Madrid a las 8.45 de hoy. Javier Solana afirmó que ningún otro militar español está implicado en esta operación.

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Por otra parte, fuentes diplomáticas españolas informaron ayer que se había dado un plazo de 24 horas para abandonar España a Ramadán Mohamed Ruheim, diplomático de la Embajada libia en Madrid, cuya expulsión se dictó el pasado 25 de abril. Ramadán Mohamed Ruheim tenía de plazo para marcharse hasta el próximo 22 de mayo. Sin embargo, las declaraciones públicas hechas recientemente por él, en las que desafió al Gobierno español a probar su intervención en actividades terroristas, animaron al Gabinete a adelantar su marcha. Ramadán Mohamed Ruheim tenía previsto marcharse hoy en el mismo avión que Saed Mohamed Alsalam.Fuentes diplomáticas españolas comentaban ayer que las declaraciones públicas del diplomático libio expulsado el 25 de abril Ramadán Mohamed Ruheini -quien había intervenido el pasado 6 de mayo en una cena organizada por la Asociación de Amistad Yamahiria Hispano-Árabe-Libia y tenía comprometidas nuevas comparecencias en diferentes lugares de España- impulsaron a ejecutar en pocas horas la expulsión de Saed Mohamed Alsalam.

Ayer al mediodía, en su intervención ante los periodistas, el portavoz del Gobierno, Javier Solana, tras afirmar que ¡lo estaba prevista la ruptura de relaciones diplomáticas entre España y Libia, repitió con deliberada intención las palabras "en este momento" para matizar su afirmación.

Sólo un militar implicado

Solana anunció ayer -en la conferencia de prensa que sigue a los consejos de ministros- la expulsión del encargado de asuntos culturales de la Oficina Popular (embajada) libia en Madrid, Saed Mohamed Alsalam Esmaiel, y la detención del coronel de Caballería Carlos Meer de Ribera. Los contactos del jefe militar con el diplomático libio, que concluyeron en una entrevista con el líder de ese país, Muammar el Gaddafi, estaban encaminados a la obtención de dinero "para la formación de un nuevo grupo de extrema derecha en España", según Solana.El portavoz gubernamental negó que hubiera otros representantes del Ejército español tras esta operación. "No hay, ninguna otra persona militar implicada y, según los datos que tenemos, el coronel Meer pretendía recabar apoyos, fundamentalmente económicos, de Libia para actividades de extrema derecha y para la creación de un nuevo grupo en Espadia de este signo". A la pregunta de si había conocimiento de una trama civil tras ello, respondió: "No tenemos más datos, pero la investigación está abierta".

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Javier Solana dio como segura la existencia de relaciones entre Libia y grupos extremistas españoles: "El régimen libio está dando apoyo a actividades de extrema derecha y de extrema izquierda".

El portavoz relató los hechos guiándose por la nota oficial emanada horas antes de su oficina de información. "Los servicios de seguridad del Estado descubrieron una reunión en Madrid el pasado mes de enero, en la que estuvieron presentes el coronel Meer y el diplomático libio, aunque las pruebas definitivas no las hemos obtenido hasta hace cuatro o cinco días", dijo. El Gobierno opina que estos contactos no han dado los frutos que se perseguían: "No parece que se hayan materializado en nada".

Solana, tras informar que el coronel Carlos Meer había ingresado en la prisión militar de Alcalá de Henares, recordó que el proceso que se le había abierto seguiría .por la vía militar". El coronel Meer ingresó en la prisión militar, donde quedó en situación de incomunicado, por orden del juez titular del Juzgado militar número 1 de Madrid, Jesús Valenciano Almoyna.

"El Gobierno ha actuado cuando tenía pruebas concluyentes, no como Libia, que ha expulsado indiscriminadamente a trabajadores españoles", dijo. El ministro no ocultó que estos sucesos "tendrían alguna repercusión" en el proyecto de estos trabajadores españoles, que conflaban en volver a trabajar en Libia.

Los libios piden prórroga

El director general de Política Exterior para África y,Asia del Ministerio español de Asuntos Exteriores, Jorge Dezcallar, recibió ayer, a las 10.20, en su despacho del palacio de Santa Cruz al encargado de negocios de Libia en Madrid, Ahmed Nakaa, a quien le comunicó que Saed Mohamed Alsalam debía abandonar España antes de la media noche.A última hora de la mañana de ayer, la Oficina Popular libia en Madrid solicitó al Ministerio español de Asuntos Exteriores, un plazo más largo para dilatar la marcha de Saed Mohamed Alsalam. La diplomacia española se negó a ampliar el plazo. Todavía a media tarde de ayer, funcionarios libios afirmaron a este periódico que Saed Mohamed Alsalam no iba a marcharse hasta hoy.

Medios oficiales españoles anunciaban sobre las seis delatarde de ayer que funcionarios del Cuerpo Superior de Policía marchaban hacia la Oficina Popular de Libia para escoltar al diplomático al aeropuerto o seguirlo si es que abandonaba su sede diplomática para ocultarse en algún lugar. La Policía tenía previsto pasar toda la noche vigilando la embajada.

Por otro lado, medios oficiales señalaron ayer que Libia se había negado a colaborar con la Justicia española, acogiéndose a la inmunidad diplomática del funcionario de la embajada expulsado.

Fuentes diplomáticas españolas afirmaban la resolución del Gobierno español de aplicar al pie de la letra los dos primeros párrafos del artículo 9 del Convenio de Viena de 1962, que rige las actividades e inmunidades diplomáticas y consulares. El segundo párrafo de ese artículo afirma que, una vez acabado el plazo dado por un Gobierno a un diplomático extranjero para abandonar el país y si éste se niega a ser expulsado, pierde sus inmunidades.

Finalmente, ayer por la tarde, un alto cargo de Exteriores dijo a representantes de la Embajada libia en Madrid que el Gobierno iba a estudiar la petición de retrasar la marcha de los diplomáticos expulsados. No obstante, subrayó que, a partir de las cero horas de hoy, de acuerdo con el Convenio de Viena, el Gobierno dejaba de considerarlos diplomáticos.

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