Los amigos ultraderechistas de Gaddafi
"A Libia raro es el año que no voy tres veces". Esta expresión es una de las que utilizó en 1977 el periodista Fernando Latorre, que se autocalificó de ultranazi, para referirse a sus relaciones con Muaminar el Gaddafi. Su amistad con el lider libio, de la que se jactaba constantemente en público, fue también una de las razones por las que Latorre se convirtió en 1979 al islamismo y se rebautizó con el nombre de Abdesalan Murad.Latorre y Julio Merino, otro conocido periodista de la ultraderecha, iniciaron una aventura editorial a principios de 1978 que culminó con lo que ellos denominaron compra de la totafidad de las acciones del periódico El Imparcial. Domingo López Alonso, accionista mayoritario hasta entonces, vendió sus acciones a Jorge Rodríguez de San José, que se constituyó en presidente; a Máximo Garrido, que quedó como consejero delegado, y a Julio Merino y Fernendo Latorre, que pasaron a ocupar los cargos de director y subdirector de la publicación, respectivamente. No se llegó a saber cuáles fueron las participaciones de los nuevos socios en la empresa. El desembolso que debían hacer los nuevos propietarios era de 225 millones de pesetas.
En el verano de 1978 se publicó en algunas revistas el rumor de un supuesto viaje de los dos responsables de la dirección de El Imparcial a Libia. Según esas informaciones, llevaron a Gaddafi una colección del periódico, encuadernada en piel. Todos daban por hecho que el lider libio les había prometido apoyo económico.
El periódico, sin embargo, salió al paso de estos rumores y dijo que no habían recibido dinero de nadie, que el diario era libre e independiente. Lo que estaba claro es que Fernando Latorre era amigo personal de Gaddafi -al menos era su obsesión el decirlo- y que sentía por él una gran admiración. Latorre figuraba también como director y propietario del semanario Mundo Árabe, que apoyaba la causa libia.
No se ha podido demostrar que Latorre y Merino consiguieran el dinero, pero lo cierto es que ambos no habían cumplido, un año más tarde, sus obligaciones de pagar cuando debían los plazos de las acciones que habían comprado. En junio de 1979 las acciones de El Imparcial volvieron a manos de su fundador, Domingo López Alonso, y julio Merino y Fernando Latorre fueron destituidos. Posteriormente, ambos tuvieron responsabilidades directivas en el Heraldo Español.
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