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La entrevista sí realizada con Di Benedetto

Carta de un lector desde Buenos Aires. Luis Gondra nos envía recortes publicados en el diario argentino La Razón, donde se ponen en entredicho informaciones publicadas en el suplemento de Libros de EL PAÍS sobre una entrevista con el escritor Antonio di Benedetto. Las críticas están firmadas por la columnista de libros de La Razón, Cristina Mucci, quien el 4 de marzo reproducía parte de las declaraciones que Di Benedetto hizo a Carlos Iriart para EL PAÍS (véase EL PAÍS del 20 de febrero (le 1986), donde se transcribía la desilusión moral que le causó su primer reencuentro con las calles de Buenos Aires y con muchos argentinos después del exilio y la última dictadura militar. La periodista, al reproducir parte de la entrevista, terminaba su escrito con una apostilla: "Es la segunda vez en un mes que el suplemento de EL PAÍS dedica un importante espacio a dar una imagen no demasiado gratificante de los argentinos y no exactamente durante la época del proceso (el primero fue en la nota dedicada a Héctor Bianciotti que comentamos hace unas semanas)". La entrevista fue realizada en París por Soledad Gallego-Díaz (véase EL PAÍS de 30 de enero de 1986).Cristina Mucci, el 11 de marzo, volvía sobre el tema al publicar una carta de Antonio di Benedetto en la que él decía textualmente sobre la entrevista que publicó este periódico: "Luego de hacer referencia a supuestas manifestaciones mías recogidas por EL PAÍS de Madrid (supuestas porque hace más de un año que dejé España -si fui a España a finales de 1984 se debió a una invitación de la Real Academia, sin que en mi trayecto visitara el mencionado diario- y supuestas también porque creo no haber conocido nunca al periodista Carlos Iriart, y, por consiguiente, mal pude haberle hecho declaraciones)".

Según Carlos Iriart, la entrevista existió en el mes de noviembre, coincidiendo con la invitación de la Real Academia, a propuesta de Ezequiel Méndez, relaciones públicas de Alianza Editorial, editora de Di Benedetto. Méndez y el fotógrafo de EL PAÍS Bernardo Pérez fueron testigos de la entrevista realizada en el hotel Plaza. Se grabaron las declaraciones y existe la transcripción. También estaba presente el director de la Gaceta del Libro, Mariano Navarro, quien lo había entrevistado anteriormente, pero que manifestó su deseo de seguir escuchando las declaraciones del escritor.

El editor del suplemento de Libros de EL PAÍS, Luis Bassets, nos explica que el único problema que planteó la entrevista es que, efectivamente, se publicó cuatro meses después de haberse celebrado, por lo que es posible que Di Benedetto no recordara la entrevista con precisión.

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Las ediciones de Andalucía y Valencia

El rasado mes de marzo EL PAÍS puso en marcha en las comunidades andaluza y valenciana dos nuevas ediciones del periódico, con páginas especiales que recogen con mayor amplitud no sólo las noticias que se producen de inmediato en las distintas zonas, sino también aquellas informaciones de carácter general -carteleras de cine o farmacias- de las capitales que componen dichas comunidades. Un lector de Sevilla se queja: "Como andaluz, me siento engañado con la ¿edición? andaluza. ¿Usted cree de verdad eso? Si hasta los anuncios son de Madrid. Y si ponen anuncios, ¿es que no hay noticias? Además, algunas de las noticias salieron el día antes en otros periódicos sevillanos. Más que edición andaluza parece casi sevillana. Almería, dígaselo a los redactores, existe, y Jaén, y Granada, y Huelva, pongo por caso. ¿No puede haber opinión andaluza, editoriales (¡con la de tela que habría que cortar aquí!), deportes, toros?". Y termina su crítica: "Hacéis la edición a costa de suprimirnos a los andaluces, y supongo que a valencianos también, el chiste de Romeu". Ha habido otras protestas en parecido sentido, pero, a juicio de la gerencia de EL PAÍS, el resultado de la operación ha sido en su conjunto bien acogido por los lectores, que han aumentado ya en varios míles en ambas comunidades autónomas.

El delegado de EL PAÍS en Andalucía, Sebastián García, sefíala: "Nunca hemos intentado hacer un periódico distinto del que se hacía, sino precisamente dar más espacio a las noticias andaluzas. Es el mismo periódico nacional, con unas páginas especiales de la región, y por tanto, lo creo honradamente, más rico que el periódico madrileño. Estoy de acuerdo en que la región puede y debe tener más espacio en el periódico: más noticias, más opiniones, dar bien todos los cines y que no se pierda el chiste de Romeu, perdido hoy por problemas de compaginación. Del interés de los lectores dependerá, desde luego, que en el futuro sea así. Lo que sí me parece exagerado es decir que es una edición casi sevillana. Si el ombudsman repasa con detenimiento lo publicado hasta ahora, verá que muchos días dominan en las páginas andaluzas temas de otras provincias o de ninguna en particular. Otra cosa es que Sevilla, como capital de la comunidad autónoma y la mayor ciudad de la región, genere más información. Por último, estamos de acuerdo en que algunas noticias que damos las han dado antes otros compaffieros; otras veces les pasa a ellos. En la competencia entre los medios de comunicacion unas veces se gana y otras se pierde".

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