Cambiar deuda por capital
Nadie sabe cómo se va a renegociar la deuda externa pendiente de México. Ninguna de las fórmulas clásicas -ampliar los plazos, bajar los tipos de interés, conceder nuevos créditos puente- parece suficiente para hacer pagar a un país que en seis meses ha sufrido dos envites como los terremotos y el desplome del mercado del petróleo.
Sin embargo, la banca acreedora busca nuevas vías. Descarta por inconveniente (para sus intereses) poner unos tipos de interés por debajo de los del mercado (es una forma más pícara de seguir perdiendo lo mismo) y plantea una novedad que, al parecer, ha tenido algunos precedentes en Chile y Brasil.
Un portavoz no identificado del comité asesor de bancos con México va desparramando la idea por la capital azteca. Se trata de intercambiar deuda externa por capital de las empresas públicas no estratégicas. Así se iniciaría un proceso de reprivatización de la economía mexicana, que pasaría de capital público a capital extranjero, directamente.
Se trata de cambiar acciones de empresas paraestatales por pasivo exterior. Incluso están hechos los cálculos: por cada dólar de deuda externa convertido en capital, México se ahorraría, a las tasas actuales, entre 9 y 10 centavos de dólar del servicio de la deuda.
La banca internacional "estaría ansiosa y deseosa" de reprogramar la deuda en estas condiciones, afirman algunos portavoces anónimos. Con este canje y una política fiscal y cambiaria que alentase la inversión extranjera y la confianza para que vuelva el capital evadido a Estados Unidos, México recuperaría su lugar en el concierto internacional.
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