Escasa participación en el homenaje nacional a Machado, Lorca y Hernández

El homenaje nacional a los poetas Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández, que se ha desarrollado en varias ciudades españolas desde el pasado 29 de septiembre, se clausura hoy en Madrid con la participación del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, reconocido machadiano. Durante casi un mes, se han celebrado, en escenarios en los que vivieron los poetas, un total de 142 actos, con escasa participación de público y multitud de actividades oficiales. El homenaje, organizado por la Fundación Española Antonio Machado, el Patronato Cultural Federico García Lorca y la Asociación de Amigos de Miguel Hernández, con la colaboración de otros organismos, ha costado unos 35 millones de pesetas.

"Yo conocía mucho a don Antonio. Venía frecuentemente a nuestra casa, era muy amable y todos le queríamos mucho, pero cuando se marchaba, mi madre pasaba un cepillo en el sillón donde se había sentado, porque lo dejaba todo sucio, lleno de pelos", comenta una de las organizadoras de uno de los múltiples actos en los que se leyeron los más conocidos poemas de los homenajeados.La organizadora va presentando: "Nuestros poetas hablan de los toros...". El narrador grita de pronto, al límite de su garganta: "Que no quiero verla...". El público se sobresalta y, al final, aplaude entusiasmado. En otro acto, Buero Vallejo pide disculpas a los presentes porque va a referir unos recuerdos ya conocidos de su amigo y compañero de prisión Miguel Hernández. Y, efectivamente, lo hace. Los asistentes al Cento Cultural de la Villa de Madrid son, en su mayoría, señoras de edad, aunque también hay jóvenes, institutos enteros que acuden con sus respectivos profesores.

Sin alcaldes

El público era también de edad en Barcelona el pasado 30 de septiembre, cuando Manuel Núñez Encabo, presidente de la Fundación Antonio Machado y de la comisión nacional organizadora, inauguró el homenaje. No acudió el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, aunque el acto se desarrollaba en el Ayuntamiento y estaba prevista su asistencia. Tampoco lo hizo el de Madrid, Enrique Tierno Galván, al previsto para el día 9 de octubre en la capital de España, junto a Dámaso Alonso, Rafael Alberti y Gerardo Diego, en un aula de poesía que llevaba como título Los homenajeantes, homenajeados. Los actos programados en Fuente Vaqueros y en Víznar-Alfácar, escenarios lorquianos, no se realizaron, y el propio alcalde de Fuente Vaqueros, Francisco Martín, declaró a la Prensa local que "para hacer el ridículo preferimos retirarnos, ya que de lo contrario unos actos aislados y sin relevancia desprestigian a esta ciudad. Se podía haber organizado una cosa digna con sólo haberse propuesto una organización coordinada", según informa Alejandro Víctor García desde Granada. Se suspendieron también algunos de los que debieron realizarse en Granada, Sevilla y Baeza (Jaén).

También fracasó el tren de la poesía, que, partiendo de Colliure, donde esta enterrado el autor de Campos de Castilla, y hasta Sevilla, donde nació, debía recorrer los Iugares más representativos de las vidas de los poetas. El precio era económico (64.000 pesetas, pensión completa durante 15 días, además, por supuesto, del transporte en tren y la participación en todos los actos), pero los organizadores no encontraron más que a 60 entusiastas, cuando el mínimo requerido era de 250 personas, con lo que el viaje se suspendió.

La programación de actos organizada por el Ayuntamiento de Segovia, con la colaboración de la Academia de Historia y Arte de San Quirce, contó con un escaso apoyo popular, dándose el caso de que tuvo que ser suspendido un acto académico en el que estaba prevista la intervención del presidente de la comisión nacional, Manuel Núñez Encabo, según informa Aurelio Martín. En Alicante, apenas unas 150 personas, en su mayoría ligadas a organismos oficiales y organizadores, acudieron al descubrimiento de una placa en la casa natal de Miguel Hernández, en la calle de San Juan, según Joaquim Genís.

Pero no puede tacharse de fracaso este homenaje nacional a tres poetas, cuyo vínculo común es que fallecieron a raíz de la guerra civil y que cuentan con una organización de amigos o fundación. Hubo actos como el recital poético-musical celebrado el día 15, de gran poder de convocatoria. Logró llenar el teatro Real de Madrid. Participaron, entre otros, Paco Ibáñez, Amancio Prada y Caco Senante. Estaba prevista la asistencia de Manzanita y Luis Eduardo Aute, aunque no comparecieron.

Se puso de manifiesto en el homenaje la pujanza de la Fundación Antonio Machado. El presidente y el vicepresidente de la comisión nacional eran de dicha fundación. Las actividades en lugares machadianos estuvieron mejor organizadas y contaron con mayor número de público y autoridades.

La parte académica del homenaje consistió en ciclos de conferencias. La mayoría de las ponencias prefirió lo evocativo sobre lo científico y se conoció, una vez más, buen número de anécdotas sobre los poetas homenajeados, de los que aún no existe una edición crítica completa.