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EDUCACIÓN

Maravall califica de "esperpento" el altercado de la inauguración del curso en la Complutense

El ministro de Educación y Ciencia, José María Maravall, calificó ayer de "esperpento" el altercado entre un grupo de estudiantes y de "profesores pugilistas" en la inauguración del curso en la universidad Complutense. Maravall contrapuso "la protesta de una minoría de estudiantes" a la "atención privilegiada" prestada por el Gobierno a las universidades en los próximos presupuestos, que crecerán en un 26,75%.

El ministro Maravall explicó ayer en una conferencia de prensa algunos pormenores de la distribución del medio billón de pesetas destinados a su departamento en el proyecto de Presupuestos del Estado para 1986, que, según dijo, "reflejan la importancia que el Gobierno presta a la Educación y su apuesta por la reforma educativa". Según Maravall, los 560.320 millones de pesetas destinados a Educación -lo que supone un incremento global de 12,31% respecto del año pasado (el 11,52%, si se calcula en términos de gasto real)- significan que el Gobierno concede a la educación, y de modo especial a la Universidad, la máxima prioridad.Con sus 111.000 millones de pesetas, el presupuesto de la Universidad ("el mejor en muchos años", según el ministro) experimentará el próximo año un incremento del 26,75%. En este contexto, el ministro restó importancia a las protestas estudiantiles registradas en los actos inaugurales del curso, muy especialmente en el de la universidad Complutense, donde el pasado viernes algunos profesores se enfrentaron físicamente con media docena de estudiantes.

Maravall se refirió en términos muy duros tanto a la actitud de los estudiantes como a la de los profesores que se les enfrentaron, "dando lugar", dijo, "a un espectáculo de vergüenza, anterior a la casa de la Troya, que no debería restar la atención que merecen los sectores universitarios donde se hace patente cada día la verdadera calidad y dedicación al estudio y a la investigación".

Política de becas

El ministro añadió que los estudiantes, "si tienen un verdedero sentido de la solidaridad, deberían sentirse satisfechos porque, desde 1983 y dentro de una política de austeridad general que afecta a todos los sectores del país, se haya producido un crecimiento del 220% en las cantidades destinadas a becas, mientras las tasas universitarias han crecido entre un 43% y un 51 %, según se trate de enseñanzas experimentales o no.En cuanto a la demanda de una Universidad gratuita, el ministro subrayó la situación de crisis económica generalizada y el dato significativo de que la población universitaria española esté compuesta en más de un 80% por las clases media y alta del país. Señaló también que los partidos políticos de izquierda de la mayoría de los países europeos han abandonado inevitablemente el objetivo de la gratuidad absoluta de la enseñanza superior y que actualmente defienden una política de prudente crecimiento de las tasas, compensado con un sistema ambicioso de becas.

Maravall se extendió en diversas consideraciones sobre la "verdadera democratización de la enseñanza universitaria, que pasa necesariamente por la ampliación de la presencia de los sectores sociales más deprimidos económicamente en ella", y señaló que la sociedad española empieza a estar bastante harta de la demagogia de determinados sectores de la Universidad". Aludió a los estudiantes que necesitan siete años para terminar una carrera de cinco cursos y a los profesores que siguen practicando el absentismo, o que "en vez de investigar, refritan".

Frente a esta imagen negativa, Maravall contrapuso la labor de los universitarios ejemplares que estudian e investigan con absoluta entrega a la Universidad. A este respecto, subrayó el peso creciente de los trabajos de investigadores universitarios españoles en las publicacíones científicas internacionales de mayor trascendencia.

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