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La versión completa de 'La Orestiada', de Esquilo, se estrena hoy en Madrid, en el templo de Debod

Es la única trilogía griega que se conserva entera, y su montaje presenta grandes dificultades

La Orestiada, de Esquilo, una de las tragedias más trascendentes de la historia del teatro, se estrena hoy, completa, en el templo de Debod, en Madrid, donde permanecerá hasta el 4 de agosto. Se trata de una versión, ya presentada en el festival de Mérida, de Francisco Rodríguez Adrados, Domingo Miras y Manuel Canseco, este último también director del espectáculo. Es la única trilogía griega que se conserva entera, y su montaje presenta grandes dificultades, entre otras la de su amplia temática. En esta versión, el texto ha sido abreviado levemente y el lenguaje se ha facilitado para una mejor comprensión.

La Orestiada, texto fundamental en la historia teatral y política de Occidente, es la única obra de las aproximadamente 90 tragedias que escribió Esquilo que ha llegado completa hasta nosotros. Los otros grandes textos conservados de Esquilo son Prometeo encadenado, Los siete contra Tebas, Las suplicantes y Los persas.Para esta versión de La Orestiada, obra que expresa el nacimiento de lo que hoy llamamos un Estado de derecho, se ha elegido un decorado que cierra toda posibilidad de salida en las dos primeras obras o partes que la componen, Agamenón y Las coéforas. Los personajes se debaten en el escenario entre las convenciones religiosas y sociales que marcan su destino y sus propios instintos. En la última obra o parte de la trilogía, Las euménides, los personajes aceptan al fin un dictamen emitido por un jurado de ciudadanos.

En la presentación de la obra, Domingo Miras, uno de sus adaptadores, explica que se trata de una de esas piezas que exigen un trato muy especial "porque, para bien o para mal, no van a ser olvidadas por quienes las vean". Entre las dificultades, apunta la de que es la única trilogía griega que se conserva entera, "tiene los coros más largos y difíciles del teatro de todos los tiempos", y su "tema es tan vasto que resulta desproporcionado para una simple función teatral". Miras subraya que el público madrileño será más numeroso que el público ateniense del año 458 antes de Cristo, para el que se escribió.

Francisco Rodriguez Adrados, autor de la traducción de la que parte la versión a representar, explica que el "original ha sido abreviado levemente, el lenguaje se ha facilitado, pero nada esencial falta, y si hay alguna adición, se justifica en el intento de hacer más clara la intención del poeta".

Esta Orestiada fue representada en el pasado festival de Mérida hasta el pasado 24 de julio, en una coproducción de la Compañía de Teatro Clásico, la Comunidad de Madrid y el Festival de Mérida. La obra está firmemente vinculada a la tradición de este festival, donde fue montada en 1959, 1960 y 1975 por José Tamayo, a quien se dedica esta nueva versión.

El montaje presentado en Mérida por Manuel Canseco ha sido realizado casi en su totalidad con el mismo equipo con el que esta compañía presentó Medea y Hécuba-Las troyanas.

Con esta obra la Compañia de Teatro Clásico inicia su décima temporada, dedicada de forma casi exclusiva al trabajo de los autores clásicos. Dos planos se mantienen a lo largo del montaje: uno opresor, contenedor, que rodea el espacio escénico y que define las circunstancias o el destino; y otro, interior, que expresa la intensidad de las pasiones de los héroes de la tragedia.

Como responsable de la música, en una tragedia donde los coros y el ritmo son esenciales, figura Miguel del Barco, ex director del Conservatorio de Madrid, concertista y compositor conocedor de la música antigua.

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