La falta de acuerdo para limitar las exportaciones de vino español retrasa el final de las negociaciones con la CEE
Las limitaciones, por medio de montantes reguladores, a las exportaciones de vino español hacia la Comunidad Económica Europea eran en la madrugada de hoy en Bruselas el escollo fundamental para concluir las negociaciones de adhesión. "Ésto es una guerra de nervios para ver quién revienta primero y nosotros no vamos a estallar", declaró el secretario de Esta do para las Relaciones con la CEE, Manuel Marín. "Podríamos seguir hasta el día 11 a medianoche, aunque no lo creo", dijo.Francia es la que planteaba la oposición en el tema del vino. Según el acuerdo político de 29 de marzo, para compensar las diferencias de precios, los vinos españoles se verían gravados a su entrada en la CEE con un montante regulador variable según la situación del mercado. Francia quiere imponer unos montantes fijos.
La negociación final no se llevaba sólo en Bruselas. En Estoril, con ocasión de la reunión de la OTAN, el titular de Exteriores, Fernando Morán, se encontró en la noche del miércoles con sus homólogos francés e italiano, Roland Dumas y Giulio Andreotti, para intentar solventar la situación. Pero las instrucciones que llegaron de esta reunión a la delegación francesa en Bruselas no permitieron, a juzgar por lo que ocurría, flexibilizar la postura gala. Y así de nuevo ayer otra reunión fue convocada en Estoril.
Marín, salvando lo que podía, intentó buscar otras fórmulas que, al menos, no empeoraran las exportaciones españolas de vino respecto a la situación actual.
Los últimos "flecos'
El embajador italiano en la CEE, Piero Calamia, y Manuel Marín estuvieron hasta las tres de la madrugada de ayer prenegociando "Todo, todo está concluido, salvo el vino", dijo el secretario de Esta do. Pero éste era un acuerdo bilateral. Los diez se reunieron ayer, entre un encuentro y otro, para debatir este tema supeditando un acuerdo formal del minipaquete de los últimos flecos a un acuerdo sobre el vino.
En leche, la cuota de producción para España sería de 5,4 millones de toneladas (4,65 millones de entregas a lecherías y 750.000 toneladas de venta directa), junto a 600.000 toneladas de autoconsumo (que no cuenta a la hora de la garantía comunitaria). España se queda así a 800.000 toneladas de distancia del mínimo que buscaba. Pero agrega una declaración unilateral -de duduso valor jurídico y práctico, pues no figurará en las actas de adhesión- según la cual esta cifra es sólo provisional, a la espera de estadísticas fiables tras la introducción del IVA.
La cuota de algodón sería de 185.000 toneladas, y la de tomate transformado de 370.000 toneladas. De la contribución española al reembolso de la CEE a Londres, ni mención, lo que puede traer problemas para el futuro. La mención del desmantelamiento de los monopolios fiscales desaparece, en beneficio de España. Ésta renuncia a los contingentes de importación de cacao, tabaco y café de América Latina a cambio de una aplicación gradual en siete años a estos países y productos del arancel externo común de la CEE.
Portugal también tenía problemas en este final de la negociación, como los montantes compensatorios a adhesión, la contribución británica y el retraso de la presidencia del consejo de la CEE pues le correspondería asumirla tan solo seis meses después de la adhesión.
Por otra parte, la Comisión Europea amenazó ayer a la parte española con presentar una protesta formal ante el Gobierno español por algunas alusiones en la Prensa española referentes a que algunos funcionarios de este organismo habían sido presionados por grupos o empresas privados para favorecer sus intereses en la redacción del tratado de adhesión.
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