_
_
_
_
El día más difícil

El presidente austriaco asiste a los actos conmemorativos de Mauthausen

El jefe del Estado austríaco, Rudolf Kirschlaeger, presidió ayer al mediodía la conmemoración del 40º aniversario de la liberación por las tropas estadounidenses del campo de concentración nazi de Mauthausen, situado a 170 kilómetros al oeste de Viena.Casi 20.000 personas se reunieron en el antiguo patio de formación del campo: polacos, albaneses, yugoslavos, franceses, italianos, rumanos, húngaros, soviéticos, israelíes, búlgaros, belgas, luxemburgueses y españoles (unos 200, procedentes tanto de España como de Francia).

Los españoles desfilaron tras la bandera tricolor de la República, que ondeaba también junto al monumento erigido en memoria de "los 7.000 republicanos españoles muertos por la libertad", aunque desde hace 10 años la bandera española bicolor ondea también en los actos oficiales junto a las de los restantes países.

Más información
El presidente de EE UU exculpa a los alemanes del nazismo en su acelerada visita al cementerio militar de Bitburg
Reagan dice nunca más ante el monumento a los 50.000 judíos asesinados en el campo de concentración de Bergen-Belsen
Los socialdemócratas de la RFA se consideran agraviados

Kirschlaeger dijo en su intervención que lamentaba que las atrocidades nazis hubieran sucedido también en suelo austríaco, aunque precisó que antes de la anexión de Austria al III Reich no había en el país campos de exterminio. Como los demás oradores que intervinieron, el presidente dijo que lo sucedido en Mauthausen no debía ser olvidado.

La mayoría de los ex deportados, sus esposas y sus hijos y nietos, lucía ayer sobre el pecho el triángulo que los identificaba en el campo de concentración por nacionalidades: un triángulo invertido de color rojo con la inicial del país de origen, salvo en el caso de los republicanos españoles, cuyo triángulo era azul, color reservado a los apátridas, y la letra S (de Spanien).

El mundo pudo contemplar. con sus propios ojos los horrores de Mauthausen gracias a una austriaca, frau Pointner, que ocultó en su casa los negativos de las fotografías que tomaban las SS, y que les eran robadas a éstos por un español, el catalán Joaquim Boix, que trabajaba en el laboratorio fotográfico del campo. Unos jóvenes españoles, militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas, sacaron los negativos del campo y se los entregaron a Pointner.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_