"El presidente de EE UU es un amigo que ha cometido un error", afirma Peres
"El presidente Ronald Reagan es un amigo que ha cometido un error. La amistad seguirá siendo amistad, pero el error también seguirá siendo tal", ha manifestado el primer ministro israelí, Simón Peres, en Jerusalén. Esta actitud, firme pero moderada, expresa sólo una parte de la ira y la indignación suscitada en la opinión pública israelí por la visita que Ronald Reagan efectuará el domingo, durante su estancia en la República Federal de Alemania (RFA), al cementerio militar de Bitburg.Los israelíes no entienden cómo un presidente estadounidense ha aceptado honrar a la vez a los asesinos nazis y a sus víctimas, y consideran que ello constituye un insulto grave e imperdonable para la memoria de millones de judíos que fueron exterminados en los campos de concentración administrados por comandantes y oficiales de las SS.
Esta visita también es considerada en Israel como un hecho que, quizá sin hacerlo de forma intencionada, va contribuir a facilitar la rehabilitación de la Alemania de Hitler, de los nazis y las SS. "La reconciliación a la que se ha referido el presidente Reagan puede y debe hacerse con la nueva Alemania democrática de hoy, pero no con la de Hitler, cuyos sirvientes de elite, las SS, tenían una calavera como símbolo de Su obra de exterminio", afirma Gideon Hausner, fiscal en el juicio contra Adolf Eichman, quien fuera teniente coronel de las SS y uno de los ejecutores de la solución final.
Crece el antisemitismo
A la decepción suscitada en Israel por la visita de Reagan a Bítburg se añaden las noticias procedentes de la RFA que apuntan al incremento de un sentimiento antisemita. El diario israelí Yedioth Aharonoth expresaba aver su preocupación ante "el tono francamente antisemita" en el que se desarrolla en la Prensa germanooccidental el debate sobre la visita a Birburg.
Otro diario israleí, Maariv, cita algunos artículos "claramente antijudíos" publicados en las revistas germ anoocciden tales Der Spiegel y Quick, según los cuales, portavoces oficiales en Bonn acusaron al lobby judío en EE UU de haber orquestado la condena de la visita al cementerio de Bitburg por parte del Congreso norteamericano. Según Maariv, al utilizar de nuevo el viego argumento del "compló judío conta Alemania" estos funcionarios intenban justificar este fenómeno a través de 1a naturaleza específica de la religión judía, que -al contrario que el cristianismo- no conoce el perdón".
"¿Dónde están los socialistas, los demócratas alemanes que también fueron víctimas del nazismo, o los jóvenes verdes, de principios e ideales apasionados, para impedir con su presencia a Reagan que recorra el camino hacia el cementerio de las SS?", pregunta un superviviente de los campos de concentración nazis, de unos 60 años, que realiza una huelga de hambre en señal de protesta ante la tumba simbólica dedicada a los "judíos desconocidos que fueron transformados en jabón" erigida en Nahariya, en la costa israelí.
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