El ex jefe de la Marina, almirante Massera, culpó al Ejército de Tierra argentino de las desapariciones
El almirante y ex triunviro de la primera junta militar, Eduardo Emilio Massera, en sus viajes al extranjero, responsabilizaba al Ejército de Tierra de la violación de derechos humanos en el país. El ex presidente francés Valéry Giscard d'Estaing será llamado a declarar ante el juicio de Buenos Aires a petición de la fiscalía, ya que, siendo presidente de Francia, escuchó de él estas acusaciones. El enfrentamiento entre un testigo y el ahogado de uno de los golpistas motivó ayer el primer incidente del proceso, con expulsión de la sala del público y sanciones contra los encartados en el mismo.
La sesión del jueves, tensa, registró el primer incidente serio de la vista. En la sala del juicio, el diputado de la Democracia Cristiana, Augusto Conte -uno de cuyos hijos permanece desaparecido- tuvo un pequeño roce verbal con el doctor Orgueira, defensor del ex presidente Roberto Viola, recordándole que no debía matonear porque ya no estaba en la época de la dictadura.Orgueira, a los gritos, interrumpió el interrogatorio de un testigo, asegurando haber sido amenazado; la presidencia desalojó la sala y, tras un amplio receso, prohibió el acceso al juicio al diputado Conte y ordenó el arresto por una hora del letrado Orgueira.
De entre las testificaciones expuestas el jueves, cabe destacar las del presidente de Aerolíneas Argentinas, Horacio Domingorena, del magistrado francés Louis Joinet, y del almirante francés retirado, Antoine Sanguinetti. Domingorena reveló que el ex ministro de Interior, Albano Harguindeguy, poseía un fichero para controlar desaparecidos, aunque jamás admitió su existencia.
Asimismo, Domingorena dijo que el almirante Emilio Eduardo Massera le había manifestado en una ocasión que había llevado a la junta de comandantes su temor por los aspectos ilegales de la represión y que el ex presidente teniente general Jorge Videla se había opuesto a tratar formalmente el tema. Posteriormente, Domingorena relató una conversación con el ex presidente Roberto Viola en la que éste admitió el peligro que suponía el reparto de armas a las organizaciones parapoliciales y paramilitares que colaboraban con la represión.
Reconoció también que el se- cuestro del periodista Fernández Pondal -tenido oficialmente por desaparecido en manos de la guerrilla- había sido efectuado por grupos de tareas que nada tenían que ver con la subversión de izquierdas.
El magistrado Joinet, miembro de organizaciones internacionales de defensa de los Derechos Humanos, relató todos los inconvenientes puestos a sus investigaciones sobre desaparecidos por parte de las autoridades argentinas de la dictadura y las presiones de las juntas militares por evitar que trascendieran los trabajos de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU acerca de la situación en el país.
El almírante Antoine Sanguinetti, un brillante marino francés, declaró haberse reunido en Buenos Aires con el almirante Eduardo Emilio Massera en 1978, y cómo éste había "llenado de lodo" a sus camaradas del Ejército de Tierra.
"Reconozco", le dijo, "que hay en el Ejército argentino grupos no controlados de los que se podría decir que son fascistas, si el término no me resultara desagradable. Yo desapruebo la situación y rehúso toda responsabilidad".
Según Massera, el poder real lo ostentaba en la Argentina el Ejército de Tierra, mientras que la Armada y la Fuerza Aérea participaban en la lucha antisubversiva sólo como colaboradores, pero sin verdadera responsabilidad. Massera organizó en la Escuela de Mecánica de la Armada, en Buenos Aires, el mayor, mejor y más sistematizado centro de captura y desaparición de personas, precisamente para competir con el Ejército de Tierra en la lucha contrainsurgente y lograr una mayor parcela de poder dentro de la Junta Militar.
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