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Una red de expertos soviéticos vigila EE UU

Pilar Bonet

Desde su despacho, en el séptimo piso del Ministerio de Asuntos Exteriores, uno de los cinco característicos edificios moscovitas de la época estalinista, Andrei Gromiko, de 75 años, es el líder indiscutido de la política internacional soviética. El papel del ministro, que ocupa el cargo desde los tiempos de Nikita Jruschov, se ha afianzado con los años, y especialmente en los últimos tiempos. Esto es debido a que otros dirigentes han muerto (Leonid Breznev, Mijail Suslov, Yari Andropov, Dimitri Ustinov) o conocen menos que él las arenas Internacionales (Konstantín Chernenko) o han aceptado su liderazgo, aunque en algún momento pudieran considerarse rivales de este político, que era diplomático y fuego embajador en Washington cuando George Shultz era estudiante y Ronald Reagan hacía películas del tipo Naughty but nice (Travieso, pero simpático).

Los criterios de Gromiko se imponen, según sovietólogos occidentales, en el Politburó del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), la institución que en último extremo decide sobre la línea política a seguir y que desde la época de Andropov publica en la Prensa el comunicado de su reunión semanal. Más allá del despacho del ministro, cuyo orden y simplicidad llaman la atención de los visitantes, se extiende, sin embargo, el complejo de instituciones que forman o ayudan a formar la política exterior de la URSS en su gestión cotidiana y en su soporte teórico y documental. El Ministerio de Asuntos Exteriores en sí mismo, el departamento del Comité Central del PCUS, dirigido por Boris Ponomariov, y los institutos de investigación, dependientes de la Academia de Ciencias, además del propio aparato del Comité de Seguridad del Estado (KGB) y el Ejército son algunas de las instituciones cuya función y grado de influencia en el proceso de decisión son determinados sólo en parte por quienes no están dentro de la estructura.En la política exterior soviética, Estados Unidos, en su calidad de adversario principal, recibe una atención particular desde las más altas jerarquías del ministerio, que, al igual que Gromiko, desempeñaron cargos diplomáticos en Washington.

Uno de los dos primeros viceministros de Exteriores, Georgi Kornienko, y uno de los siete viceministros, Víctor Komplektov, comparten por debajo de Gromiko las responsabilidades en control de armamentos y en relación a Estados Unidos, aunque no se sabe muy bien cómo se las reparten. Komienko, de 60 años, estuvo en Estados Unidos desde 1960 a 1965, y en enero pasado acompañó a Gromiko cuando éste acudió a Ginebra para entrevistarse con Shultz. Fuentes diplomáticas occidentales aseguran que Komienko tiene una cabeza tan lúcida como la de su jefe, no necesita ayuda de notas a la hora de negociar y su inglés es excelente, como el de todos los que se ocupan de asuntos norteamericanos en el ministerio.

Komplektov, quien estuvo hasta mediados de los setenta en la Embajada soviética en Washington, es más irónico y más agresivo que su inmediato superior, aseguran las fuentes. Por debajo de él en la jerarquía del ministerio está el departamento de Estados Unidos, uno del conjunto de más de 40, divididos por zonas geográficas y también por temas (Europa está repartida en cinco departamentos, y Latinoamérica, en dos).

El jefe del departamento de EE UU es Alexander Besmiertnik, que pasó 12 años allí y que ha participado intensamente en el proceso SALT y en anteriores conversaciones de desarme. Besmiertnik cuenta con cuatro vicejefes de departamento, especializados en diferentes asuntos. Alexei Obujov, uno de los componentes de la delegación que negociará con los norteamericanos en marzo en Ginebra, es uno de ellos, especializado en su caso en temas de desarme. Los otros miembros de la delegación negociadora, Yuli Kvitsinsky y Víctor Karpov (jefe de la misma), pertenecen a la plantilla del ministerio y son ambos antiguos diplomáticos en Washington.

Un total de 40 personas trabajan en el departamento de Estados Unidos, que no es el único en ocuparse de Washington en el ministerio, según aseguran fuentes diplomáticas occidentales. Éstas califican a los expertos en EE UU como "un excelente equipo que conoce profundamente el mundo norteamericano". Una diferencia característica con relación a diplomáticos de otros países es su larga dedicación a la cuestión que les ocupa, concebido como tarea para toda la carrera profesional.

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En el partido

En el marco del PCUS, la política internacional corre a cargo del departamento de Internacional, dependiente del Comité Central. Este departamento se ocupa de las relaciones con los partidos que no están en el poder -incluidos los partidos comunistas de países no socialistas- y con el Tercer Mundo. Su estructura interna se desconoce, y los medios diplomáticos tienen dificultades para esclarecer los límites de sus funciones. El departamento analiza situaciones, asesora al Politburó y al Ministerio de Asuntos Exteriores y recibe a delegaciones no oficiales.En opinión de medios diplomáticos occidentales en Moscú, el departamento ha perdido importancia ante el liderazgo de Gromiko, pero no existen conflictos sustanciales entre una institución y otra sobre la línea a seguir. Su responsable, Boris Ponomariov, de 80 años, ingresó en el Comité Central como miembro de pleno derecho en 1956, pero hoy es sólo miembro suplente del Politburó, mientras Gromiko lo es de pleno derecho. En opinión de medios diplomáticos, la muerte de Mijail Suslov, que se consideraba su protector, y las habilidades personales de Gromiko le han quitado la oportunidad de ser el máximo protagonista en la política exterior soviética. Por su parte, el adjunto de Ponomariov, Vadim Zagladin, especializado en Europa, sigue, sin embargo, muy de cerca los asuntos norteamericanos.

Entre los institutos dependientes de la Academia de Ciencias, con función asesora hacia el Gobierno y el partido, el más importante en el campo de los asuntos norteamericanos es el Instituto de Estados Unidos y Canadá, cuyo director, Georgi Arbatov, es miembro del Comité Central. Para fuentes diplomáticas occidentales, la influencia de Arbatov en las decisiones políticas o su sintonía con las decisiones adoptadas fluctúa según las épocas, y el académico no se encontraba muy a gusto cuando la URSS se retiró de Ginebra. El instituto tiene un elevado nivel profesional y supone el intento más serio y sistemático de conocer científicamente al adversario.

El Instituto de Eonomía Mundial y Relaciones Incernacionales (IMENO) constituye otro de los pilares académicos de la política exterior soviética. La institución está ampliando su dedicación a Estados Unidos. Su director, es el diplomático Alexander Yakoviev, antiguo embajador en Canadá. YakovIev acompañó a Mijail Gorbachov durante la visita que éste realizó al Reino Unido en diciembre de 1984. Cabe pensar que el ascenso del primero, si Chernenko muriese, aumentaría la influencia del segundo.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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