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Administración, agricultores y bodegueros buscan soluciones a la crisis del vino de Rioja

Cuando nos encontramos en puertas de la peor cosecha de vino de Rioja en los últimos seis años, la escasez de la oferta y la constante subida de los precios, junto con ciertas compras especulativas para forzar estas subidas en origen, han colocado al Rioja en una situación claramente recesiva. Ante esta coyuntura, agricultores y bodegueros, juntó a la Administración, buscan por primera vez en muchos años un acuerdo interprofesional que pacifique el sector y le proporcione la estabilidad necesaria en los próximos años que le permita realizar una reconversión interna tanto de las plantaciones como del sector comercial de cara a la plena integración en el Mercado Común.

La racha ascendente en las ventas del vino de Rioja se truncó ya a finales del año pasado. A pesar de ello, si en 1983 se vendieron por encima de los 100 millones de litros (31 millones en los mercados internacionales), las cifras que se están manejando para este año indican una reducción del 15%. Este descenso también se ha dejado sentir en la exportación, con un 5% menos de ventas durante el primer semestre de este año. Al comienzo de la actual vendimia, la primera operación de compra ha intentado marcar el precio de referencia en 70 pesetas el kilo de uva, lo que supone un incremento del 40% respecto a los precios medios de la cosecha anterior. Esta operación especulativa, realizada por un almacenista en La Rioja baja con la intención de disparar de nuevo los precios y revalorizar sus existencias de años anteriores, ha forzado a la Administración a convocar con carácter de urgencia estas reuniones entre los sectores profesionales, para buscar una salida a la situación crítica del sector, que ya venía manifestándose en la pérdida de competitividad en los mercados, principalmente en los exteriores.

Los agricultores han asistido desde hace algún tiempo a unas subidas de precios espectaculares que no se esperaban. Tan sólo en los últimos tres años, tanto los precios de la uva como los del vino se han triplicado, y este cambio en la relación oferta-demanda les ha permitido llegar en situación ventajosa a la mesa de negociaciones. Para Antonio Ortiz, de la Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja, "si los agricultores miramos sólo el precio de este año, perderíamos una oportunidad histórica, olvidando los años anteriores, para alcanzar un acuerdo global a medio y largo plazo. Hay que pensar además que los precios volverán a caer en cuanto tengamos una cosecha normal en cantidad".

Precios revisables

Frente a la propuesta de los empresarios bodegueros de comprar toda la cosecha de este año a 50 pesetas el kilo de uva o 75 pesetas el litro de vino, con un compromiso de compra para los dos próximos años según una banda en la que se recoge el incremento del índice de precios al consumo, la Unión de Agricultores ha formulado una propuesta alternativa de acuerdo interprofesional para los próximos cinco años que no contradice radicalmente la fórmula de los empresarios y supone el principio de un acuerdo. Esta propuesta establece una banda de precios revisable cada año automáticamente según el incremento de los imputs agrarios, así como la creación de un fondo interprofesional con participación de la Administración, para reconvertir el sector y regular los excesos de producción por encima de los 130 millones de litros, que es la cantidad que en esos momentos puede absorber el mercado.

Esta estructura, que se acerca al modelo francés de los comités interprofesionales y obligaría a replantear el funcionamiento del consejo regulador, permitiría financiar con cargo a este fondo las replantaciones, sustituciones y arranque del viñedo viejo, ordenando el cultivo para evitar tanto el aluvión de nuevas plantaciones como el descepe masivo según las coyunturas del mercado.

43.000 hectáreas de viñedo

La actual superficie plantada, que supera las 43.000 hectáreas de viñedo en toda la denominación de origen, seria suficiente, según las medias de producción de los últimos años, para alcanzar esos 130 millones de litros anuales en los que de momento se encuentra el techo del mercado del Rioja. Prácticamente nadie se atreve a defender hoy abiertamente una política expansionista en el sector, aunque de manera coyuntural esta idea haya tenido buenos defensores en algunos bodegueros deseosos de que se incrementara la oferta para negociar a la baja los precios, o entre algunos agricultores, deslumbrados por la posibilidad de realizar un gran negocio en años de cosechas escasas con la venta de la uva o del vino.

La política de los últimos años, extremando los controles, lleva claramente a plantear el futuro del vino de Rioja más en el terreno de la calidad que en el de la cantidad, dedicando cada vez un mayor porcentaje de la cosecha a la crianza frente a su consumo como vino del año, y reforzando su implantación en los mercados exteriores.

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