La UIMP celebra un homenaje desmitificador a León Felipe, "gran calumniador incendiario"

León Felipe, el poeta zamorano muerto en el exilio mexicano, volvió, de la mano de un encuentro-homenaje desmitificador celebrado esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), a Santander, donde transcurrieron algunos años de su juventud. Boticario antes que poeta, León Felipe, "víctima de su escaso sentido económico-financiero", en palabras de Francisco Yndurain, acabaría en la prisión santanderina perseguido por los acreedores. Víctor G. de la Concha calificó al poeta de "gran calumniador incendiario". Por otra parte, en el parque León Felipe de Zamora se va a instalar próximamente una escultura dedicada al poeta, obra de Baltasar Lobo.

El homenaje-encuentro celebrado en Santander con motivo del centenario del nacimiento del poeta evitó cuidadosamente caer en la canonización o la nostalgia, tan frecuente en "esta España en la que, parece, cuentan más los muertos que los vivos", como afirmara la coordinadora del encuentro, Fanny Rubio.El catedrático de Literatura de la Universidad de Salamanca Víctor G. de la Concha invitó a los asistentes al curso a "incendiar y calumniar al gran calumniador incendiario que fue León Felipe para consigo mismo y su poesía". El conferenciante, tras calificar a León Felipe del primer metapoeta contemporáneo, creador de un complejo sistema parabólico-simbólico", propuso la conveniencia de proceder a la destrucción del mito creado alrededor del poeta y que propiciaron las circunstancias políticas del pasado inmediato. El exilio mexicano de León Felipe fue analizado por el escritor y ensayista Francisco Giner de los Ríos, quien gozó de la amistad del poeta en el país latinoamericano.

En la última mesa redonda del encuentro, el falso dilema entre los poetas del exilio y los del interior, utilizado por algunos para enfrentar actitudes más que obras desde presupuestos maniqueos, quedaba orillado por la propia autocrítica de León Felipe, que en el prólogo a Belleza cruel, de Ángela Figuera, escribe: "Nosotros no nos llevamos la canción. Os quedasteis vosotros con la tierra y la canción", refiriéndose a los poetas del interior, como Dámaso Alonso, Leopoldo de Luis, Gabriel Celaya y José Hierro, entre otros. Precisamente sería De Luis, junto al también poeta Antonio Hernández y el profesor de Literatura José Paulino, los que dedicaran sus intervenciones a analizar la producción leonfelipista del exilio. De Luis resaltó la condición de exiliado de León Felipe, "no sólo históricamente", precisó, "sino también literaria y aun espiritualmente".

Por su parte, Hernández glosaría la obra titulada El éxodo y el llanto, desde una perspectiva mitológica y proponiendo dicho título como reflejo del espíritu de toda la obra de León Felipe. "El éxodo es el viento inspirador y el llanto el agua que todo lo purifica". En el encuentro intervino también el escritor y director de la revista de poesía Peña Labra, Aurelio García Cantalapiedra, autor de un reciente libro que analiza los años santanderinos del poeta.

Aurora Albornoz, Miguel Nieto, Jorge Urrutia y Claudio Rodríguez pusieron su voz, junto a la de otros participantes en el encuentro, al servicio de los poemas de León Felipe, al que los santanderinos podrán recordar a partir de ahora por la presencia de una placa conmemorativa instalada en una de las farmacias que el poeta regentó durante su estancia en la capital de Cantabria.

'Un hombre libre'

Una escultura de Baltasar Lobo, titulada Un hombre libre, adánico, se apoya sobre una roca para enviar un saludo a la memoria del poeta León Felipe, será instalada en el parque León Felipe, de Zamora. La escultura, fundida en bronce y de una altura de 3,95 metros, fue encargada por la Caja de Ahorros de la provincia, a través del Ayuntamiento Zamora, dentro de los actos conmemorativos del primer centenario del nacimiento del poeta.