Reagan acusó a la URSS, Cuba y Nicaragua de "subversión comunista" en Centroamérica
Con un regreso a la retórica antisoviética de sus primeros meses en la Casa Blanca, el presidente norteamericano, Ronald Reagan, dirigió en la noche del miércoles (madrugada del jueves en España) un mensaje televisado a la nación, en el que acusó a la URSS, Cuba y Nicaragua de provocar "la subversión comunista" en Centroamérica. La Cámara de Representantes aprobó ayer por 212 votos a favor y 208 en contra la concesión de 129,4 millones de dólares (casi 20.000 millones de pesetas) en ayuda militar adicional a Centroamérica para este año. La mayoría de estos fondos irán destinados a El Salvador.
El contenido del discurso del presidente -primero que ha dedicado exclusivamente al asunto centroamencano- fue bien recibidas en el Congreso, que casi seguro aceptará un nuevo paquete de ayuda para El Salvador.Sin embargo, hay serias dudas de que la Cámara de Representantes incluya en el capítulo de apoyo financiero a Centroamérica la partida paraacciones encubiertas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) contra el Gobierno de Nicaragua.
La decisión del Tribunal Internacional de Justicia, con sede en La Haya, de condena a la acción de la Administración Reagan contra el régimen sandinista causó impacto entre los miembros liberales del Congreso.
Reagan mencionó en 17 ocasiones a la Unión Soviética y se refirió constantemente a la "amenaza" que representa para Estados Unidos la "subversión comunista en las puertas de nuestras fronteras. A través de Cuba y Nicaragua, la Unión Soviética quiere convertir en una colonia comunista a los 100 millones de habitantes de Centroamérica". Fue palpable el deseo de Reagan de sensibilizar a la opinión pública estadounidense respecto a la necesidad de actuar en Centroamérica.
Con duros ataques a Nicaragua, acompañados de gráficos donde las columnas en rojo, de enorme ayuda a Nicaragua, contrastaban con las azules, de escaso apoyo estadounidense a Centroamérica, el presidente Reagan calificó a los antisandinistas de "luchadores de la libertad".
Autocensura
Reagan no aludió a las acciones de la CIA contra Nicaragua, si bien en la redacción inicial del discurso se incluía al parecer una justificación de la ayuda a la guerrilla antisandinista como una "presión útil" para que Managua negocie con sus vecinos.Tampoco aludió a la actuación de los escuadrones de la muerte en El Salvador, con vínculos con la CIA, según informaciones publicadas en los diarios norteamericanos The New York Times y The Christian Science Monitor.
Para convencer a los reacios liberales del Congreso, demócratas en general, Reagan no dudó en citar a dos ex presidentes demócratas, Harry Truman y John Kennedy, que debieron "tomar acciones" para frenar la expansión del comunismo, en Grecia en 1947, y en la crisis de los misiles de Cuba, en 1962.
En un momento de campaña electoral en Estados Unidos, el republicano presidente, y candidato a su propia reelección, estimuló a fondo el sentimiento ante el público norteamericano del peligro comunista que amenaza las fronteras de EE UU.
Si, como es previsible, Centroamérica se convierte en uno de los capitulos de la campaña electoral entre Reagan y su adversario del Partido Demócrata (Walter Mondale o Gary Hart), el presidente se presentará con la etiqueta de vigilante de los intereses de la seguridad nacional ante la tantas veces repetida amenaza de subversión comunista.
Reagan concluyó que EE UU debe actuar (probablemente aún más a fondo pasada la elección) y que en el pasado los pacifistas no lograron evitar la segunda guerra mundial, sino que con su pasividad la estimularon.
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