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Felipe González ha pedido al presidente del Banco Central un informe sobre la deuda de América Latina

Joaquín Estefanía

El presidente del Gobierno, Felipe González, pidió al presidente del Banco Central, Alfonso Escámez, un informe sobre el papel que las instituciones financieras españolas pueden jugar en la refinanciación de la deuda latinoamericana, que, al finalizar el pasado ejercicio, superaba los 300.000 millones de dólares. Este informe, titulado Reflexiones para un programa español sobre Iberoamérica, se encuentra en poder del Rey Juan Carlos, de Felipe González y de numerosas cancillerías y jefaturas de Gobiernos de diferentes países de América Latina. Dicho informe finaliza afirmando que "el presidente del Gobierno puede tener la certeza de que contará con el apoyo ilusionado de la banca y del sector industrial privado español, confiados en que, por su capacidad de liderazgo y su prestigio internacional, puede lograr que España lleve delante esta importantísima función". Alfonso Escámez propone un plazo de 14 años para renegociar dicha deuda, en dos tramos de siete años cada uno.

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El informe le fue pedido a Escámez cuando todavía éste no había conseguido el liderazgo de los siete grandes grandes bancos de este país, y parece justificado por la importante presencia que el Banco Central mantiene en la mayoría de los países latinoamericanos.El interés de Felipe González en jugar un papel a la hora de definir unas soluciones para solventar el problema de la deuda financiera de América Latina tuvo su plasmación más concreta en su reciente viaje a Buenos Aires para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente argentino, Raúl Alfonsín. Tanto en la entrevista de González con Alfonsín como con el vicepresidente de Estados Unidos, George Bush, se afrontaron distintas alternativas sobre la deuda de la casi totalidad de los países latinoamericanos.

Algunas de las ideas que Escámez entregó al presidente del Gobierno fueron hechas públicas en el pasado mes de noviembre, cuando Escámez pronunció una conferencia titulada Iberoamérica, en la incertidumbre, en las Jornadas Jurídicas Gallegas, organizadas por la Academia Gallega de Jurisprudencia y Legislación.

Líneas básicas

El presidente del Banco Central traza en su informe unas líneas básicas para acometer el problema de la deuda. Para Escámez, los promotores de la refinanciación deben ser Ios países del bloque occidental europeos -entre los que España debe tener un papel predominante- que asuman el liderazgo de la negociación con Iberoamérica, con los organismos supranacionales de financiación -Fondo Monetario Internacional (FMI), Corporación Financiera Internacional, Banex) Interamericano de Desarrollo, etcétera-, con los comités de la gran banca y de los intermediarios financieros internacionales, y con Estados Unidos, que tendrán que despejar sus recelos a una iniciativa europea para aquella región".Las condiciones de financiación deberían ser las siguientes:

-Renegociación de la deuda financiera actual y nuevos créditos financieros para liquidar sus posiciones deudoras por operaciones derivadas de compromisos a corto plazo.

-Las líneas financieras deberían estar estructuradas a un plazo de siete años a cargo de la banca internacional y de los mercados financieros comprometidos, y contar con un segundo plazo de siete años a cargo del' FMI. 14 años en conjunto, con un máximo de hasta tres de carencia para iniciar la amortización, según la situación de cada país.

-Toda la deuda financiera tendría que contar con aval del Estado, tanto la comprometida por el sector público como la procedente del sector privado. Este aval debería estar en vigor en los 114 años que duro la refinanciación y garantizar el pago del principal y de los intereses. Se estudiarán en casos concretos afectaciones determinadas de bienes o productos, para dar a algunas operaciones el carácter de riesgo finalista, por el destino de los fondos o la procedencia de los bienes que producirán el pago.

Bajos intereses

Según el programa del banquero, con objeto de reducir la carga financiera, los intereses se establecerían, mediante negociación, a las tasas más bajas del mercado, capitalizando parcialmente a largo plazo los correspondientes a los primeros ejercicios. "Sería conveniente", dice el informe, "que los Gobiernos de países industriales que cuentan con mayor capacidad de reservas estudiaran la aplicación de tasas preferenciales de interés por debajo del mercado para alguna de estas operaciones de refinanciación".Asimismo, se deberían conceder líneas comerciales a medio plazo bajo dos supuestos: compra de mercancías para pago a corto plazo, mediante la fórmula de un límite máximo de cantidad a utilizar en cada país suministrador, establecida en firme a medio plazo con objeto de permitir un programa estable de compras exteriores; o líneas para compras o suministros de bienes de equipo o similares con pago directo a medio plazo, por su mayor tiempo de maduración en el proceso industrial.

Según el informe, los países latinoamericanos deben aceptar, para tener acceso a estas fórmulas de financiación, el programa de ajuste macroeconómico establecido por el FMI, que deberá seguir con facultades amplias de investigación aceptadas por los gobiernos, y sancionar en su caso, el cumplimiento de este ajuste. "Un programa de 14 años, con tipos de interés preferenciales parece en principio suficiente para resolver ¡a generalidad de los problemas financieros en las economías iberoamericanas".

Para Escámez, los países europeos -y dentro de ellos, España- deben definir su liderazgo en la renegociación de la deuda latinoamericana, por estar mucho más afectados por ella que Estados Unidos.

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