Apocalípticos e integrados se enfrentan en Pontevedra al teatro de Valle-Inclán
Discusión sobre drama y literatura en el autor de 'Luces de bohemia'
Autores dramáticos, directores de escena, escritores, críticos y profesores de literatura avivaron en Pontevedra el viejo debate sobre drama y literatura en el teatro de Valle-Inclán, escindidos entre los apocalípticos que sitúan el lenguaje escénico del autor de Luces de bohemia en el terreno de la narrativa, o los integrados que dicen encontrarse ante uno de los acontecimientos teatrales más grandes de todos los tiempos. Con esta revisión crítica del teatro de Valle y su tiempo, que dirigió Benito Varela Jácome y obtuvo una importante afluencia de oyentes, se clausuraron las actividades de la Universidad Menéndez y Pelayo en Pontevedra.
La densa producción dramática de Valle aporta innovaciones al teatro contemporáneo en la lengua, los procedimientos técnicos y la creación de nuevos modelos de estructuración dramática, según Varela Jácome. A partir de las Comedias bárbaras, se alteran los esquemas tradicionales de la acción y se introduce una dinámica escenográfica cercana a la del cinematógrafo. Luces de bohemia significa una ruptura radical con la estructura de acción, aparte de desarrollar la teoría estética del esperpento. En la trilogía Martes de carnaval, Valle renueva el teatro en la banda sonora y el continuum escénico, con integración de lo trágico, lo grotesco y lo absurdo transformados por las influencias de la Comedia dell'arte y el Teatro dei Piccoli.
Juzgado como irrepresentable
Luis Iglesias Feijoo, que habló de Divinas palabras, afirmó que coincidía con Sender, que consideraba teatro para leer al de Valle-Inclán. La rosa de papel y La cabeza del bautista se subtitularon "novela macabra" y, al referirse a El ruedo ibérico, Valle habló de "novela esperpento", por lo que cabe hablar de novelas teatrales u obras de teatro noveladas. El hecho de que las acotaciones del teatro de Valle contengan sugerencias que sólo se captan por la lectura, no niega, sin embargo, "la legitimidad, posibilidad y necesidad de la representación, porque no es que don Ramón no hiciese teatro, es que hacía otro teatro".Para Francisco Nieva, el cúmulo de virtudes plásticas del teatro de Valle se justifica por el simbolismo y modernidad de su lenguaje, en la mentalidad y aspiraciones de 1898 y en la plasticidad esencial del concepto de España negra, que aporta los mejores y más sorprendentes recursos dramáticos. El teatro de Valle, juzgado como irrepresentable hace 30 años, "se revelaría hoy como una tentación cara el director de escena, si el teatro español hubiera evolucionado a la par de otros teatros europeos". El teatro de Valle pertenece a un tiempo en que el teatro, con Maetterlinck, D'Annunzio y Pirandello, evoluciona para conformar un teatro del siglo XX: prepara, por tanto, el advenimiento de Brecht, lonesco y Beckett.
La actualidad de la obra de Valle-Inclán está dada, según José Ruibal, por los procedimientos literarios que el autor emplea para que muchos años después podamos reconocer a sus personajes. Esto se debe a que Valle toma elementos de la realidad efímera pero los relaciona adecuadamente con el mundo de lo sagrado. En este mundo, de carácter permanente, implica tanto a la hechicería como a los valores de la justicia o el bien.
Alonso Zamora Vicente parte del supuesto de que todo cuanto se comenta en Luces de bohemia ocurrió en la realidad. Valle se limita a dar una escueta cita, una depuradísima noción, tras la cual está la inconformidad con la sociedad circundante.
Darío Villanueva señala "Ia coincidencia de dos grandes filólogos, de dos genios en el dominio del lenguaje" en Valle y Joyce. Ambos exageraron el castellano o el inglés para interpretar el mundo con un conocimiento antidogmático. El autor gallego y el irlandés superan los límites expresivos de los idiomas en que escriben, poseídos por una suerte de "furor verbal". Joyce, en Finnegan's wake, construyó un crucigrama culto, una metáfora novelística de la Torre de Babel con préstamos gráficos y sonoros de 17 lenguas. En Tirano Banderas, Valle utiliza una koiné hispánica en la que vierte galleguismos léxicos y sintácticos así como aportaciones del castellano de América.
Para Francisco Umbral, las grandes obras teatrales de Valle-Inclán son novelas escenificadas. "Con un prodigioso desprecio por los géneros, Valle se olvida de que hace novela o teatro y escribe en realidad novela escenificada". Es hombre de pocas lecturas, mucho más intuitivo que cultivado, que escribe la prosa más importante de todo el castellano de España y América desde Quevedo y Juan Ramón. Umbral entiende el esperpento como novela en prosa: "La prosa teatral es funcional y sintética y los esperpentos estaban escritos con prosa de novela, lo que me permite hablar del teatro novelesco de Valle". Luces de bohemia es un relato itinerante escenificado y sus acotaciones han sido escritas pensando en el lector, no en el director de escena.
El director del Centro Dramático Nacional, Lluis Pasqual, entiende Luces de bohemia como creación para la escena por excelencia.
Sobre Vida y literatura en Valle-Inclán habló en la sesión de clausura Domingo García Sabell, que desechó las imputaciones de plagio de que fue objeto el autor gallego. "El mundo ambiente de Valle eran en gran parte sus lecturas: ésta es la esencia última de los mal llamados plagios de Valle-Inclán". Existen escritores dominados por su obra y escritores que ejercen dominio sobre su obra, pero Valle pertenecía a las dos clases. La obsesión del autor por las palabras respondía a otra mucho más honda: la obsesión por el tiempo y por que su obra tuviese perduración. Su método estético trascendental está descrito en La lámpara maravillosa, expresión angustiosa de sus aspiraciones. Para Valle, Dios está en el centro de un gran círculo y es intemporal; en la periferia, que es el tiempo, están el hombre y el diablo, que es el tiempo vuelto criatura".
Carol Maier intentó una definición del propósito ético y estético de Valle a partir de La lámpara maravillosa. Baldomero Cores habló de las Comedias bárbaras como una expresión del conflicto social en el que se especifica la función del problema foral en la vida y la historia de Galicia.
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