Delicado equilibrio soviético para evitar su segundo gran fracaso en la región
El agravamiento de la situación en Líbano podría saldarse con un nuevo fracaso de la política de la URSS en la zona, que sería ya el segundo en poco más de un año. Moscú trata de mantener un delicado equilibrio para no tener que enfrentarse sobré el terreno a Estados Unidos y para mantener a su único aliado en la región.Cuando, en junio de 1982, las tropas israelíes invadieron Líbano, los soviéticos llegaron, como máximo, a emitir duras condenas contra los Gobiernos de Washington y Tel-Aviv.
Líbano es un frente de batalla en el que se encuentran, cara a cara, fuerzas estadounidenses y soviéticas. Las primeras, como pacificadoras; las segundas, nutriendo los grupos de asesores del Ejército sirio, con unos efectivos que, según las fuentes, oscilan entre 5.000 y 10.000 hombres.
El modo con el que la Prensa soviética ha acogido el conflicto parece de lo más delicado, si se tiene en cuenta la gravedad de la crisis.
Esta prudencia obedecería a dos posibles causas: por un lado, el temor del Kremlin a verse envuelto directamente en una guerra que le enfrentaría a Estados Unidos. Por otro, se considera que las relaciones sirio-soviéticas pasan por un difícil momento. Si bien durante el último año Moscú incrementó su asistencia militar dotando a Damasco de nuevos antiaéreos SAM-5 y de nuevos carros de combate, también -según fuentes occidentales- aumentó su control sobre los arsenales del Ejército de Siria, ante el posible temor de que los flamantes SAM-5 pudieran ser usados en acciones precipitadas.
Por último, Damasco y Moscú mantienen opuestos puntos de vista sobre los problemas internos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Mientras Siria se puso al lado de los sectores disidentes y llegó a expulsar del país a Yasir Arafat el pasado verano, la URSS parece seguir al lado del grueso oficialista de la OLP.
A pesar de todas estas diferencias de criterio, nadie cree que Moscú deje de apoyar, en ningún momento, al régimen sirio, que es su último baluarte en la zona y pasa por tan difíciles momentos.
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