El general jefe de la zona de Extremo Oriente dio la orden de disparar
El general VIadimir Govorov, jefe de la región militar de Extremo Oriente, fue el oficial soviético que dio la orden de abatir el avión surcoreano, según afirmaba en su edición de ayer el semanario británico The Sunday Times. Los soviéticos dispararon más de dos misiles, probablemente tres, contra el avión, según los servicios de información japoneses.El rotativo londinense cita fuentes próximas a los servicios de información militares norteamericanos (DIA) e informa que este general, de 61 años de edad, tiene bastante influencia en el Ejército soviético y dispone de un cierto grado de autonomía de decisión. Según las informaciones con que cuenta la DIA, parece que el mariscal Alexandre Koldunov, comandante en jefe de las fuerzas aéreas soviéticas, dio al general Govorov la autorización para abatir el Boeing 747.
Los expertos japoneses de los servicios de información de la Agencia Nacional de Defensa han concluido el análisis de todos los datos recogidos, que prueban que los soviéticos lanzaron al menos dos misiles contra el avión civil surcoreano. Se cree que los misiles pudieron ser tres, pero no está claro si todos fueron disparados desde los cazas interceptores o si se trata de misiles tierra-aire, informa France Presse.
En Moscú se habla de que el avión fue alcanzado por un misil disparado por un caza después de varios intentos infructuosos de hacerle aterrizar. Tal parece ser la versión del suceso proporcionada a los dirigentes del partido a lo largo de las reuniones mantenidas sobre esta cuestión en la capital soviética el viernes y el sábado.
Mientras tanto, continúan las tareas de rescate de las víctimas y de los restos del aparato. La Embajada soviética en Tokio ha desmentido formalmente que se haya recuperado algún cadáver, tal y como el Pentágono había manifestado el sábado.
Patrulleras japonesas y aviones militares norteamericanos continúan rastreando las aguas internacionales próximas al islote de Moneron. El sábado se creyó que los aparatos norteamericanos habían descubierto una barca cerca de la zona del siniestro, pero las patrulleras enviadas a comprobarlo no encontraron nada.
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