Moscú admite haber lanzado disparos de advertencia contra el avión surcoreano derribado junto a la isla de Sajalin
La URSS admitió anoche haber lanzado disparos de advertencia contra el jumbo surcoreano desaparecido junto a la isla de Sajalin, pero no reconoció, en cambio, haberle derribado. Sí le acusó de efectuar espionaje al servicio de EE UU. En un comunicado dado a conocer a las nueve de la noche de ayer, Tass afirmaba que el "avión intruso" -cuya nacionalidad y carácter comercial citaba por primera vez- se desvió 500 kilómetros de la ruta convencional, sobrevolando durante dos horas la península de Kamchatka, el mar de Ojotsk y la isla de Sajalin, "violando groseramente las fronteras soviéticas e introduciéndose profundamente en el espacio aéreo de la URSS", informa desde Moscú Félix Bayón.
En la nota se insistía en lo ya advertido el día anterior, respecto a que la aeronave iba sin luces de navegación y no reaccionó a las señales de radio ni comunicó con los controladores aéreos soviéticos.Aviones de la defensa antiaérea de la URSS trataron de entrar en contacto con el avión intruso -prosigue la nota- para conducirlo hacia el aeropuerto más cercano dentro de su territorio.
Ya sobre la isla de Sajalin, un avión soviético lanzó disparos de advertencia con proyectiles trazadores a lo largo del camino seguido por la nave intrusa. Poco después de esto -afirmaba Tass- la nave salió del espacio aéreo soviético y continuó rumbo al mar de Japón. Durante los diez minutos siguientes los sistemas de observación soviéticos mantuvieron localizado al avión que, pasado este tiempo, terminó desapareciendo.
Después de dar esta versión de los hechos, Tass pasaba a acusar directamente a EE UU de haber utilizado el avión intruso para tareas de espionaje. La agencia oficial soviética basaba sus acusaciones en el hecho de que las primeras informaciones sobre el incidente procedieran de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA). El continuo seguimiento hecho por EE UU del recorrido de la nave demostraría, además, según Tass, que ésta efectuaba labores de inteligencia y que el desvío de su ruta no era casual.
Antes de afirmar que son muy frecuentes las violaciones norteamericanas del espacio aéreo soviético en esa zona, el comunicado oficial trataba de responsabilizar a EE UU en el desenlace del incidente, preguntándose por qué Washington no intentó establecer contacto con la URSS para evitar malentendidos, cuando hubo tiempo suficiente para ello.
El comunicado oficial soviético concluye que todo fue un acto "premeditado" y una "provocación", con la que se pretende agravar la situación internacional, como lo demostraría el carácter "difamante e impúdico" de las declaraciones hechas al respecto por el presidente Ronald Reagan.
La nota de Tass finaliza expresando la condolencia de los "círculos dirigentes soviéticos" por la pérdida de vidas humanas y la condena, a la vez, de aquellos que, "conscientemente, o como resultado de un descuido criminal", han causado la muerte a unas personas y ahora tratan de utilizarla "con fines políticos".
Ataque del presidente
Por su parte, en uno de sus más fuertes ataques contra la Unión Soviética, el presidente norteamericano, Ronald Reagan, calificó ayer de "flagrante mentira" la versión de Moscú sobre el derribo del avión surcoreano, que calificó de acto "terrorista" y "odioso", informa Efe desde Washington.
Reagan, que también puso en tela de juicio la credibilidad soviética en lo referente de paz y control de armamentos, insinuó que las relaciones entre las dos superpotencias podrían estar en juego.
El titular de la Casa Blanca, que se reunió ayer con su Consejo de Seguridad Nacional para estudiar la posible respuesta norteamericana al derribo del Boeing-747, preguntó qué clase de relaciones pueden mantenerse "con un Estado cuyos valores permiten semejantes atrocidades".
También preguntó qué credibilidad puede merecer la URSS, ya que "miente tan flagrantemente sobre un acto tan odioso".
Un alto funcionario norteamericano, que requirió el anonimato, rechazó como "inconcebible" la posibilidad de que el jumbo estuviera espiando las instalaciones militares, de suma importancia estratégica, que la URS S tiene en la península de Kamchatka y alrededores, y en la isla de Sajalin. El Departamento de Estado, por su parte, negó la afirmación soviética de que el avión de Corea del Sur avanzara sin luces de navegación.
Las normas tradicionales
"Es esencial que las sociedades civilizadas nos planteemos serias preguntas sobre el carácter de regímenes" que no respetan las normas tradicionales de ayuda a quienes se hallen en dificultades en el aire o el mar, subrayó Reagan.
Tras, acusar a Moscú de haber pisoteado "normas inviolables de comportamiento civilizado", exigió al Kremlin "la verdad de los hechos".
"Ese acto de brutalidad no debe ser agravado por el silencio o una cínica distorsión de las pruebas existentes", agregó, al referirse a la sesión urgente del Consejo de Seguridad de, las Naciones Unidas que se inicio ayer.
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