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ECOLOGÍA

Greenpeace denuncia que el Reino Unido quiere arrojar plutonio en el Atlántico

La organización ecologista internacional Greenpeace ha denunciado que el Gobierno británico ha estudiado la posibilidad de efectuar en la fosa atlántica, a 700 kilómetros de las costas gallegas, vertidos de residuos radiactivos que contienen plutonio, uno de los materiales de mayor peligrosidad potencial. Altos funcionarios británicos mantuvieron una reunión, calificada de secreta, en enero de este año en Londres en la que discutieron las posibles implicaciones de un acto de este tipo, contrario a los tratados internacionales en vigor sobre vertidos radiactivos, por tratarse de residuos de alta actividad.

"Cualquier sugerencia de que el Reino Unido sumerja desechos radiactivos de alta actividad en el mar podría poner en peligro el porvenir de todas las operaciones de inmersión", se afirma, según Greenpeace, en el acta de una reunión mantenida el 28 de enero de 1983 por representantes de los ministerios británicos de Medio Ambiente, de Agricultura y Pesca, de Defensa y los responsables del centro de investigación de armamento nuclear de Aldermaston, situado en Gran Bretaña.El objeto de la reunión fue la posible evacuación el año próximo de desechos nucleares que contienen 500 gramos de plutonio procedentes de la instalación militar de Aldermaston. Desechos de este tipo serían automáticamente clasificados de alta actividad y, por tanto, se incluirían en la categoría cuyo vertido está formalmente prohibido por la Convención de Londres sobre vertidos en el mar, firmada en 1972, ha señalado a EL PAIS Concepción Sáenz, directora general del Medio Ambiente. Sáenz recalcó que, en el supuesto de que la noticia fuera cierta, la futura acción del Gobierno británico sería legalmente punible, aunque señaló que "la legislación internacional en este aspecto es taxativa, y las especificaciones que se deben presentar antes de realizar un vertido son muy estrictas. No creo que pudieran hacerlo".

El Ministerio de Defensa británico no ha querido hacer comentarios sobre el tema, informa Efe. Sin embargo, según medios periodísticos londinenses, en medios oficiales se admite que la reunión tuvo lugar, como afirmó ayer Greeripeace.

Los planes avanzados en la reunión citada indican que el Gobierno británico habría estudiado la posibilidad de desembarazarse de la pequeña carga de residuos de plutonio incluyéndolos en la carga de residuos de baja y medía actividad que piensa verter en el Atlántico durante 1984. Sin embargo, según consta en el acta de la reunión, en poder de Greenpeace, M. Nielson, representante del Ministerio de Agricultura y Pesca, y en su momento jefe de la delegación británica en la Convención de Londres, señaló que "... un pequeño número de nuevos bidones más grandes de lo habitual (que serían utilizados para estos desechos) llamaría la atención y podría suscitar preguntas embarazosas sobre su contenido y origen", y también hizo notar que "la Convención de Londres insiste en nombrar un observador, que podría proceder de un país opuesto a los vertidos, para asistir a las operaciones de vertido".

Conspiración escandalosa

Según un portavoz de Greenpeace, "la transcripción que hoy hemos revelado demuestra la presencia de una conspiración escandalosa llevada a cabo por altos funcionarios británicos destinada a violar los acuerdos internacionales, sin tener en cuenta la opinión pública, los Gobiernos de los demás países y, sobre todo, las necesidades del medio ambiente marino y de la salud pública".Los desechos radiactivos que contienen plutonio son considerados de alta actividad, lo que quiere decir que se trata de los isótopos más radiactivos y con vida media más larga. En el caso del plutonio, se calcula que permanece activo -es decir, emitiendo radiactividad- durante miles de años. Los residuos de alta actividad proceden de centrales nucleares o de centros de investigación militar, a diferencia de los residuos de baja o media actividad, que proceden de centros hospitalarios o de investigación. Los tratados internacionales prohíben taxativamente el vertido de residuos de alta actividad, lo que representa en la actualidad un grave problema para los países más industrializados, puesto que todavía no se ha puesto a punto un método definitivo para su enterramiento.

En el fondo marino

Concretamente, el Reino Unido dejó de investigar las posibilidades de un enterramiento de sus residuos de alta actividad en depósitos rocosos en diciembre de 1981, y parece inclinarse, en la actualidad, por el enterramiento en el fondo marino, una solución controvertida que pretende aprovechar una laguna lingüística del texto de la Convención de Londres, según el cual está prohibido verter "al mar", pero no enterrar en el fondo marino. Este enterramiento se realizaría mediante un, tipo especial de proyectil que se incrustaría en el sedimento del fondo marino y que impediría la dispersión de la radiactividad durante la primera fase de desintegración.El 11 de julio pasado, protestas ecologistas y la actitud de los sindicatos británicos impidieron el vertido de más de 4.000 toneladas de residuos en la fosa atlántica, una zona situada a unas 400 millas al noroeste de las costas gallegas que se viene utilizando desde 1967. La aprobación, en la conferencia de Londres celebrada en febrero de este año, de una resolución no vinculante presentada por España para una moratoria de dos años en los vertidos radiactivos al mar no ha impedido que países como el Reino Unido y Suiza hayan manifestado su voluntad de continuar los vertidos.

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