Los cachorros del neocapitalismo
"Aunque viviendo en un clima de orden público y últimamente de desarrollo considerable, nos hallamos, sin embargo, en una situación grave y peligrosa; se parece a una pirámide puesta al revés; desaparece un hombre y todo el edificio se tambalea, pudiendo fácilmente derrumbarse"... "Nuestro futuro es inseguro, sin ninguna garantía de estabilidad política cuando desaparezca el actual jefe de Estado"... "Es, pues, urgente promover la existencia, la organización y el diálogo de los partidos políticos que en el futuro tendrán la responsabilidad de la dirección del país"... "Debemos adelantarnos a la precipitación de los acontecimientos y evitar una situación de desconcierto o un choque vio lento"... "Un factor de gran importancia para garantizar un futuro con equilibrio sería la existencia de un partido político democrático de inspiración cristiana que pueda obtener la mayoría de los votos del país".Este era el análisis de la situación que hacía el Círculo en el año 1964. Cuatro años más tarde, Carlos Güell, que ocupaba la presidencia de la entidad, publicó un artículo donde esbozaba un análisis del panorama empresarial en donde se lamentaba de la escasa actividad sindical: "El empresario, al moverse en un ambiente de falta de competencia, de escasez de materias primas, de reducidas posibilidades de adquirir maquinaria, de falta de estímulo a la exportación y de escasa presión laboral vivió una etapa de aletargamiento que dificultó grandemente su adaptación a las nuevas condiciones que las medidas liberalizadoras de 1959 iban a exigir".
Cuando la entidad ya llevaba varios años en marcha surgió la necesidad de buscar una definición en relación con los grandes temas políticos-económicos y sociales que sirvieran de punto de unión entre los socios. Ello implicaba la elaboración de unos Criterios Básicos del Círculo de Economía, con lo que ponía de manifiesto su europeísmo, al definirse sobre los grandes temas económicos, sociales y políticos, al igual como hacían los jóvenes empresarios europeos.
La filosofía de estos criterios básicos definía a los hombres del Círculo como "partidarios de un régimen democrático entendiendo como sistema de diálogo entre todas las partes componentes de la sociedad". Consideraban que "gobernar es saber interpretar las aspiraciones profundas del país"... "Gobernar no es meramente conservar el orden, ni facilitar el mando adormeciendo las conciencias".
En el campo económico se trazaba como objetivo fundamenta el promover un intenso desarrollo económico que asegurase el pleno empleo, una eficaz seguridad social y una estabilidad aceptable. Los circulistas se manifestaban partidarios de una justa distribución de la renta nacional, pero "contrarios tanto del capitalismo monopolista como de la planificación totalitaria".
Para mejorar la formación de los socios, y para facilitar la comprensión de la realidad que les había negado el sistema de educación franquista, en octubre de 1964 se envió una lista de libros, que, según criterios de la Junta convenía leer.
Entre la bibliografía escogida se encontraba Los cachorros del neo-capitalismo de G. Brocca, libró que causó un gran impacto entre la gente de la asociación. Otras obras aconsejadas fueron El coste de la libertad, de Henry Wallick; Rasgos de valor, de J. Kennedy; La República Moderna, de Pierre Mendés- France y El desarrollo económico, de J. K. Galbraith.
La realización del ideario del Círculo implicaba sobre todo participar en la formación de las decisiones públicas. Es decir, "influyendo en el mejor sentido a los Organismos en los que nosotros no participamos, ya sean en la Administración central, ya en la Administración local, tengan en cuenta nuestra opinión atiendan nuestro criterio, nos hagan sencillamente caso y sepan como pensamos; de esta manera, por el alto espíritu que nos inspire, por la profundidad de los estudios que realicemos, podremos influir positivamente en las decisiones de la Administración".
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