Las cuevas de Altamira, transferidas a la comunidad autónoma de Cantabria

Las cuevas de Altamira, que se encuentran en la localidad cántabra de Santillana del Mar, han pasado, junto al resto del Patrimonio Histórico Artístico, Archivos y Museos y la práctica totalidad de las competencias del Ministerio de Cultura, a ser responsabilidad de la comunidad autónoma de Cantabria. La transferencia de las cuevas de Altamira no supondrá, según manifestó a EL PAIS el consejero de Cultura de la Diputación Regional Cántabra, cambios fundamentales en el proceso de investigaciones que se llevan a cabo.No sin discusión entre las partes, la Administración central accedió a la transferencia de las cuevas de Altamira al Gobierno cántabro, cuatro años después de que el Estado adquiriera la propiedad de las cuevas al Ayuntamiento de Santillana del Mar. El decreto de transferencia establece, no obstante, la posibilidad de que se suscriban convenios entre la Administración central y la comunidad autónoma al objeto de "actuar conjuntamente sobre determinados bienes del Piatrimonio Histórico Artístico transferido, fijándose las condiciones, en cada caso, de mutuo acuerdo".

El consejero de Cultura, Teja, afirmó que "las cuevas de Altamira podría ser uno de los temas que en el plazo de seis meses, que establece el decreto para la firma de dichos convenios, pueda ser objeto de acuerdo". En su opinión, las razones de la medida son especialmente claras dada la "especial problemática" que tienen las cuevas de Altamira en el momento actual debido a los estudios e investigaciones que se encuentran en fase de realización, así como por la importancia y trascendencia que tiene el monumento.

Con la transferencia de las cuevas se traslada, también, la responsabilidad final sobre la apertura de Altamira y la fijación de las condiciones en que se llevará a cabo, determinación que deberá ser adoptada a partir de septiembre, una vez haya sido presentado al patronato de las cuevas el informe definitivo elaborado por el equipo científico que dirige el profesor de la universidad de Santander, Eugenio Villar.

Otro cambio previsible será precisamente el de la composición del patronato, al considerar Teja "una incoherencia" que el presidente sea el director general de Bellas Artes, "mientras que el presidente del Gobierno regional es tan sólo un vocal más". Precisó, no obstante, que los cambios en dicho patronato se realizarán en el marco del convenio conjunto.

Para el consejero de Cultura, el paso de la competencia sobre las cuevas de Altamira al Gobierno cántabro "crea condiciones más apropiadas para que las relaciones con el Ayuntamiento de Santillana sean más fluidas y con menos desconfianza entre las partes", desconfianzas denunciadas por la polémica entre el alcalde y los responsables de Cultura.