Los procesamientos civiles de militares en Argentina, pueden provocar un golpe

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La causa que alentó las constantes especulaciones sobre un nuevo golpe fueron las nuevas pruebas en la investigación por el secuestro y la muerte de los dirigentes peronistas Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereira Rossi. Las pruebas, que demuestran que ambos fueron torturados antes de morir, han determinado la prisión preventiva de tres agentes a los que el juez negó la excarcelacióm

Ello provocó una inmediata y airada reacción del jefe de policía de Buenos Aires, el general Verplaetsen. Además, de anticipar que no pediría su relevo, el alto mando policial dijo en un discurso público que los agentes eran "tres jóvenes valientes" y que actuaron contra "el enemigo terrorista, a quien las leyes y un sector insensato de nuestra ciudadanía quieren conceder, en igualdad de condiciones con nosotros, perdón y amnistía, y una explicación humilde y arrepentida de los excesos de la represión". El general Verplaetsen aseguró que Cambiaso y Pereira Rossi eran "dos dirigentes montoneros, dos jerarcas de una banda de asesinos".

Ayer el presidente Bignone le restó importancia y calificó este discurso como "un mensaje de un jefe de policía" sin otras consideraciones de carácter político. El jueves, por la tarde la Junta Militar estudió la posibilidad de pedir a la justicia civil que este caso pase. al ámbito militar, ante la evidencia de que la policía había actuado de acuerdo a las instrucciones recibidas por un mando de las Fuerzas Armadas. Una vez fue conocido el discurso del general Verplaetsen, el comandante en jefe del Ejército de Tierra, general Cristino Nicolaides, -respaldó, sus afirmaciones.

El viernes trascendió que la llamada "ley de amnistía o de pacificación nacional" sería sancio nada de inmediato. Esa tarde varios gerentes de distintos bancos de Buenos Aires confirmaron ha ber recibido una comunicación del Banco Central en la que se justificaba la retracción financiera ante la inminencia de un movimiento militar que supuestamente iba a encabezar el general Carlos Onganía, quien en 1966 ya derrocara al Gobierno constitucional del doctor Arturo Illía. Onganía explicó en una entrevista reciente una teoría que justificaba los golpes de Estado.

Esa noche, en un acto. público realizado en un estadio de Buenos Aires, óscar Alende, líder del Partido Intransigente, que integra la MuItipartidaria, denunció- ante las 15.000 personas reunidas las "recientes manifestaciones del terrorismo de Estado que tienden a evitar lás elecciones y la vida democrática".

La multitud le respondió con los estribillos políticos más duros de todos los conocidos hasta ahora. Uno de ellos decía: "Videla, Massera, la horca os espera".

El Partido parala Democracia Social, que encabeza el propio almirante sostuvo ayer en un comunicado qu e la causa judiciatcontra él pareíce haberse abierto "para llegar a una culpabilidad resuelta por alguien, en algún momento previo a la iniciación del proceso".

"Salto en el vacio"

En las redacciones de los periódicos y en las agencias privadas de noticias se recibieron versiones diferentes, y aunque no se confirmó ninguna de ellas, se mantienen guardias permanentes en el Palacio de los Tribunales y en los centros de información más importantes del pais. Los editoriales y comentarios de los observadores políticos insisten en calificar a un posible golpe como "un salto en el vacío" además de señalar que "no hay espacio" para una nueva aventura militar.

Por otra parte, se asegura que los dirigentes políticos habrían advertido a su vez sobre la desobediencia civil" ante la interrupción del proceso de transición a la democracia. Una vez conocidos los resultados de las elecciones internas del peronismo y del radicalismo, celebradas ayer en diez provincias, se espera una reunión de urgencia de los dirigentes que integran la Multipartidaria para dar a conocer un documento sobre la situación del país. También las dos centrales sindicales han dispuesto un plan de lucha" que, además de los paros parciales en distintos gremios, prevén una movilización que podría derivar en una nueva huelga general.

Saúl Ubaldini, líder de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGTRA), dijo ayer que "todos los reclamos tenemos que hacerlos ya mismo", y anticipó que se realizarán medidas de fuerza para que se adelante la entrega del poder después de las elecciones.