Cientos de gaviotas muertas en Huelva por gambas tratadas con veneno

El presidente de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Huelva, Juan Gil Zamora, ha denunciado públicamente la muerte de cientos de gaviotas en las proximidades de la capital y ha solicitado de la Junta de Andalucía que proceda a la apertura de la correspondiente investigación sobre el tema.Se había -ha añadido Gil Zamora- de que gambas rociadas con líquido venenoso e ingeridas por las gaviotas en el vertedero municipal de basuras han sido las causas de este lamentable suceso.

Fuentes del sector pesquero han informado a EL PAÍS que, efectivamente, el uso de zotal en el marisco fue ordenado recientemente por las autoridades del Ministerio de Sanidad una vez que el personal del INSALUD procediese a decomisar, a los armadores onubenses, las gambas tratadas con ácido bórico para que no fueran comercializadas. Tras ser realizada esta operación, los productos decomisados eran trasladados al vertedero de basuras municipal, en camiones del propio ayuntamiento al objeto de proceder a su enterramiento.

Según el presidente de la citada asociación, se ha efectuado una inspección en las marismas y ha podido comprobarse que solo habrá quedado una docena de gaviotas enfermuchas, que no se sabe si sobrevivirán al veneno ingerido. El basurero municipal que, a todas horas del día, era una algarabía, ahora es un gran cementerio silencioso, como igualmente todo el gran puerto de Huelva y sus marismas adyacentes, ha agregado por otra parte.

Ante las aseveraciones de Gil Zamora, el gobernador civil de Huelva, Ruperto Infantes del Valle, ha señalado a EL PAÍS que va a solicitar toda la información precisa sobre la posible muerte masiva de gaviotas. Por su parte, el alcalde de Huelva, José Antonio Marín Rite ha indicado que no existe motivo de alarma ante la situación denunciada, pero que ha pedido un informe a los servicios técnicos municipales sobre la cuestión.

Por último, el director provincial de Salud, tomás Bueno, ha subrayado a este periódico que no existen pruebas fidedignas sobre la muerte de gaviotas y que, en todo caso, la cifra que se maneja parece excesiva.