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La universidad sevillana suple la falta de asistencia sanitaria en las enfermedades venéreas

Alrededor de 3.000 pacientes han pasado por el Centro de Diagnóstico de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), que desde hace ocho años funciona en Sevilla bajo la dirección del doctor Evelio Perea, catedrático de Microbiología de esta universidad. Tres mil personas que han contraído enfermedades socialmente vergonzosas y que han podido ser atendidas gracias al interés y la vocación de un grupo de profesionales, que han superado con su entusiasmo el abandono de las instituciones hacia estos males que ni siquiera están cubiertos por la Seguridad Social.

Es comúnmente aceptado que las ETS tienen una incidencia cada vez mayor en las sociedades occidentales, fundamentalmente -a causa de las conquistas- operadas en el terreno de la libertad sexual que posibilitan un número creciente, en contactos y, con ellos, de difusión de alguno de los 22 agentes conocidos que las provocan. España, lógicamente, sufre también este incremento, pero con la particularidad de que no existen apenas iniciativas en el campo de la prevención e información al público. A todo ello hay que sumar el hecho de que en nuestros lares la sífilis, el herpes genital y demás compañeros de patología son asuntos delicados que hipócritamente se quieren mantener en la clandestinidad.Y la clandestinidad forzada provoca consecuencias nefastas, porque la Seguridad Social ignora olímpicamente a los enfermos y les deja a la mala de Dios, convirtiéndoles en transmisores de la enfermedad descontrolados y peligrosos.

Para Evelio Perea, se trata de enfermedades infecciosas, que deben ser enfocadas como tales, al igual que la tuberculosis o la gripe, para evitar sus consecuencias. Entre estas consecuencias hay que contar a veces la esterilidad o el nacimiento de niños sifilíticos, amén de la artritis o la endocarditis.

En base a esta situación nada halagüeña y para paliar los riesgos de estas enfermedades se creó en Sevilla el Centro de Diagnóstico de ETS, que actualmente tiene un carácter multidisciplinar, ya que están integrados en él las cátedras de Microbiología, Dermatología y Venereología, Obstetricia y Ginecología Y Psicología, dirigidas por los profesores Perea, Camacho, Navarro y Giner, respectivamente. El dinero para mantener el centro, sin subvenciones institucionales de ninguna clase salvo coyunturas excepcionales, sale de los fondos de investigación asignados a estos departamentos universitarios.

Es de destacar también la colaboración de los jóvenes recién graduados y estudiantes de Medicina. Todos ellos hacen viable que el centro siga funcionando en medio de la desidia oficial, que su ejemplo haya sido asimilado por otras ciudades españolas y que a los enfermos se les, pueda cobrar una media de 1.000 a 1.500 pesetas por consulta, "aunque el que no tiene dinero, por supuesto, no paga nada".

Además, desde 1978, los responsables del Centro de Diagnóstico sevillano mantienen contactos permanentes e intercambian experiencias con expertos de diez países. Una cosa es segura, según Evelio Perea: "Si estuviésemos pendientes de la ayuda oficial, esto no se hubiera puesto en marcha".

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