Los obispos argentinos juzgan 'insuficiente' el informe militar sobre los desaparecidos
La comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina reaccionó publicando una moderada crítica al informe militar 48 horas después de que Juan Pablo II expresara su solidaridad con el dolor de los familiares de los desaparecidos. Afirman los obispos en su nota que el informe de la Junta "contiene aspectos positivos que pueden constituir un paso para la reconciliación, pero es insuficiente".
"Es lamentable", continúan los obispos, "la falta en el documento de una referencia a la búsqueda de soluciones que respeten los derechos de los niños desaparecidos, los cuales queremos creer que viven y han sido entregados en adopción". "Se requiere el reconocimiento de los yerros, su detestación y la búsqueda de caminos posibles de reparación. Ello es exigido no solamente por los excesos cometidos, atropellos a la dignidad humana -inclusive con la muerte de inocentes- y métodos injustos, sino también, y con mayor razón, si se induce a la adopción práctica de un sistema éticamente condenado. Todo ello demuestra la insuficiencia del documento, que requiere una mayor explicitación", agregan.A título índividual, algunos obispos están subiendo a los púlpitos para rechazar el informe militar. El obispo de Río Negro lo acaba de repudiar por "falso, inmoral e hipócrita", y dirigiéndose al general Jorge Videla le pregunta públicamente: "¿No sabe como nosotros que las fuerzas armadas han violado sistemáticamente los elementales derechos del hombre y profanado su dignidad?". Un párroco de Neuquen ha prohibido la entrada en su iglesia de cualquier funcionario civil o militar que no haya abominado previamente el informe de la Junta.
Solidaridad con las 'madres'
La marcha de las madres y abuelas de la plaza de Mayo rompió este jueves su recorrido circular obsesivo y avanzó, voz en cuello, por la avenida Veinticinco de Mayo hasta el deshabitado Congreso, que ahora están limpiando los albañiles. Unas 5.000 personas, pese a la hora laborable, se sumaron en esta ocasión a las habitualmente solitarias madres y, por primera vez, los partidos políticos unieron sus pancartas a esta protesta semanal.El informe ha tenido la virtud de romper el aislamiento de las madres de la plaza de Mayo. Durante media hora atronaron los balcones de la Casa Rosada con sus rítmicos eslóganes e insultos de grueso calibre ante la impasibilidad de los granaderos de la guardia. Después finalizaron la manifestación ocupando simbólicamente las escalinatas del Congreso.
Después de años de soledad, estas madres coraje, viejas, pobres, perseguidas (una de ellas también desapareció), empiezan a recoger su cosecha. Una ancianita diminuta, con las piernas hinchadas y varicosas, con su pañal blanco en la cabeza con el nombre de su hijo, grita desaforada en primera fila ante la casa del Gobierno y los gigantescos granaderos. Es española, Franco fusiló a su marido y aquí los militares han hecho desaparecer a su único hijo.
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