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Reagan afirma que la crisis de Centroamérica afecta a la seguridad nacional de EE UU

"El Salvador está tan cerca de Texas, como Texas de Massachussets". Con esta frase, el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, intentó esta madrugada explicar al pleno del Congreso -Senado y Cámara de Representantes-, y a los norteamericanos en general que "los problemas de Centroamérica afectan directamente la seguridad de nuestro pueblo".

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Los ejes del discurso de Reagan ante el pleno de las dos Cámaras -hecho excepcional que demuestra la trascendencia que el presidente concede al tema centroamericano-, fueron los duros ataques contra el Gobierno de Nicaragua, al que calificó de "dictatorial", la petición de ayuda económica y militar para El Salvador y, como única novedad, el nombramiento de un enviado especial para Centroamérica, cargo que podría recaer en el ex senador por Florida Richard Stone.Reagan pidió apoyo para "un programa destinado a impedir una victoria comunista en Centroamérica". Hasta el momento, los comités del Congreso se han mostrado muy reacios a conceder una ayuda militar suplementaria de 110 millones de dólares para El Salvador. "¿Es justo", se preguntó el presidente, "que debamos aceptar la desestabilización entera de la región, desde Panamá a México, hasta el sur de nuestras fronteras?". Para evitarlo, Reagan pidió apoyo al Congreso por encima de consideraciones partidistas. "Si EE UU", añadió, "no puede hacer frente a una amenaza de sus propias fronteras, como podrían creer los europeos o los asiáticos que estamos de verdad preocupados por las amenazas contra ellos?".Reagan explicó que la situación en Centroamérica es un problema de expansionismo soviético que pone en peligro la "seguridad nacional" de Estados Unidos. Insistió en que, en El Salvador, es la guerrilla "la que destruye la economía y va contra el proceso de elecciones dernocráticas". Citó la importancia del canal de Panamá, "por donde circulan dos tercios de nuestro comercio y petróleo", y aludió a la seguridad de México parafraseando al desaparecido líder de la guerrilla de El Salvador Cayetano Carpio: "la guerrilla quiere la liberación total de Centroamérica.

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Ronald Reagan solicita al Congreso un cheque en blanco para aplicar una política de firmeza en Centroamérica

básicos para la región, Reagan expuso el apoyo para la celebración de elecciones libres en El Salvador y Nicaragua, un programa de ayuda al desarrollo económico, el apoyo (en material y entrenamiento) al Ejército de El Salvador, "como respuesta al desafío que presentan Cuba y Nicaragua" y el apoyo "al diálogo y la negociación".

'Garantías' norteamericanas

En apoyo a tales objetivos, la Administración de Ronald Reagan ofreció las "garantías" de respaldar todo acuerdo verificable para la retirada de todas las tropas extranjeras y consejeros de la región, ayudar a los grupos de oposición que deseen participar en el proceso político y apoyar la renuncia de los países a intervenciones exteriores y los acuerdos para la no-importación de armas a Centroamérica.

Ronald Reagan concluyó asegurando que su plan de ayuda económica y militar para Centroamérica, de 600 millones de dólares en 1984, "es tan mínimo que no representa ni la décima parte de lo que los norteamericanos gastarán ese año en juegos de video".

En resumen, Reagan dramatizó la situación en Centroamérica, situó el peligro de una "revolución marxista" al sur del Estado de Texas y pidió casi un cheque en blanco al Congreso para aplicar su política de firmeza en Centroamérica.

La excepcional presencia del presidente ante el pleno del Congreso dio una dimensión política inesperada a la estrategia de la Administración Reagan hacia Centroamérica. Reagan intentó convencer a unos representantes y senadores que, en general, se muestran muy reacios a la idea de que Centroamérica (El Salvador y Nicaragua, en especial) sólo tiene salidas militares.

El Congreso, en sus comités, había rechazado hasta ahora el plan de ayuda militar de urgencia de 110 millones de dólares (unos 15.000 millones de pesetas) para El Salvador. Un rechazo ocasionado en parte por las acciones se cretas de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) destinadas a derribar el Gobierno sandinista de Nicaragua.

Primera victoria

Pero un día antes del discurso presidencial, Reagan logró la primera victoria, aunque no fuese completa, cuando el Comité e Asignaciones de la Cámara de Representantes aceptó dotar con 30 millones Gusto la mitad de los 60 solicitados) la ayuda militar para El Salvador.

Para compensar la parte más expeditiva y que menos gusta de su política centroamericana, Reagan aceptó la solicitud del Congreso, presentada por el representante demócrata Clarence Long, denombrar un enviado especial que intente desbrozar el camino y perfilar un intento de negociación en El Salvador.

Todas las preferencias van hacia el ex senador de Florida Richard Stone, bregado en los asuntos latinoamericanos, un demócrata conservador profundo conoce dor del idioma español y hombre que cuenta con la confianza de los duros del equipo de Ronald Reagan, que controla hoy la estrategia hacia Centroamérica; es decir, la embajadora ante las Naciones Unidas, Jeane Kirkpatrick y el jefe del Consejo Nacional de Seguridad, William Clark.

El enviado especial deberá intentar igualmente un esquema de negociación para que partidos moderados de la oposición participen en las próximas elecciones en El Salvador. Es este un principio que, sin una previa pacificación y respeto de los derechos humanos en ese país, rechazan los representantes del FMLN-FDR (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional-Frente Democrático Revolucionario).

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