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Importantes descubrimientos sobre el 'mal de la piedra' de los monumentos asturianos

El departamento de Petrología y Geoquímica de la facultad de Geología de la Universidad de Oviedo realiza un ambicioso estudio sobre la alteración o mal de la piedra que afecta a los monumentos histórico-artísticos, singularmente la catedral de Oviedo y el palacio de Revillagigedo, de Gijón. El equipo de trabajo, codirigido por Rosa M. Esbert y Jorge Ordaz, trata de proporcionar una base científica que pueda servir de utilidad como información previa a cualquier plan de conservación o restauración de los monumentos.

Se trata , además, de aportar los criterios racionales sobre la idoneidad del tratamiento a emplear en este tipo de casos. La investigación del equipo de la Universidad de Oviedo se centra fundamentalmente en el estudio del comportamiento de los materiales pétreos de los monumentos frente a la acción de su medio ambiente. El estudio petrográfico, la determinación de propiedades físicas y los ensayos de durabilidad constituyen la principal fuente de datos para conocer cómo se comporta la piedra.Rosa M. Esbert y Jorge Ordaz han podido comprobar en las piedras de la catedral de Oviedo que la naturaleza de los granos minerales (carbonatos, fundamentalmente), la relación especial entre los granos y la presencia de espacios vacíos (poros) condicionan directamente las formas y tipos de alteración . Así, las piedras más deterioradas son las que tienen mayor número de poros de menor tamaño y mejor comunicados entre sí. Este es justamente el caso de la dolomía de Laspra, y la piedra blanca mayoritariamente utilizada en la construcción de la catedral ovetense, sobre las que se desarrollan diversas y abundantes formas de deterioro, singularmente pátinas y costras.

El estudio de las costras de la catedral de Oviedo ha suministrado ya información sobre alguno de los más generalizados mecanismos de degradación. Las minuciosas observaciones al microscopio electrónico de barrido y el análisis químico mediante difractrometría de rayos X por energía dispersiva han descubierto a los investigadores que el material que forma las costras es esencialmente yeso, resultante de la reacción, en presencia de humedad, del dióxido de azufre atmosférico -procedente en gran parte de la combustión de combustibles fósiles- con el carbonato cálcico de la dolomía.

Las formas de alteración de los monumentos de Gijón son generalmente distintas por la proximidad de la mar, pero responden igualmente al resultado de la interacción piedra-medio ambiente Tanto el palacio de Revillagigedo como la capilla de San Lorenzo ambos construidos con arenisca, y azotados por los vientos marinos, ricos en aerosoles salinos, presentan espectaculares fenómenos de erosión alveolar.

El equipo del departamento de Petrología y Geoquímica de Oviedo ampliará próximamente su investigación a los monumentos de Avilés, ciudad con elevados índices de contaminación atmosférica que podrían haber jugado, en opinión de Rosa Esbert y Jorge Ordaz, un papel preponderante en el desencadenamiento o aceleración de los procesos de degradación de sus materiales pétreos.

Estos dos profesores, pertenecientes al Grupo Petrografía del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos, organismo dependiente de la Unesco, llevan varios años trabajando sobre el mal de la piedra en monumentos de Asturias, León y Salamanca. Recientemente finalizaron un trabajo sobre La alterabilidad de la piedra de Villamayor de los monumentos salmantinos, financiado por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Salamanca.

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