Hallazgo en Argentina de más de cuatrocientos cadáveres de 'desaparecidos'

Los desaparecidos argentinos comienzan, tristemente, a aparecer. El descubrimiento de por lo menos cuatrocientas tumbas anónimas fue denunciado ayer en Buenos Aires por varias entidades pro derechos humanos y familiares de desaparecidos. El cementerio clandestino está situado en la localidad de Gran Bourg, en la provincia de Buenos Aires. Fue establecido en 1976 y se inhumaron allí, en 88 fosas comunes, más de cuatrocientos cadáveres sin nombre.

Los enterramientos se efectuaban durante la noche y, según uno de los denunciantes, los cuerpos se transportaban en vehículos de las fuerzas de seguridad y eran sepultados en ataúdes de cartón prensado, uno sobre otro, hasta cinco en cada fosa.Se ha reclamado una investigación para determinar la identidad de los cadáveres y averiguar qué organismo ordenó la creación de este cementerio clandestino, situado a pocos kilómetros del importante centro militar de Campo de Mayo.

De acuerdo con la denuncia, "es fácil presumir que se trata de un cementerio donde pueden encontrarse cadáveres de personas desaparecidas durante el período 1976-1979". Durante esos años, a raíz del golpe de Estado que derrocó a la viuda de Perón, se desarrolló la llamada guerra sucia del régimen militar contra activistas y disidentes políticos.

Las cifras que se barajan de desaparecidos oscilan entre 10.000 y 30.000. Mientras que mucha gente cree que la mayoría de esas personas, secuestradas por organismos parapoliciales o directamente por las fuerzas de seguridad han sido asesinadas, otras insisten en la existencia de centros secretos de encarcelamiento.

El grupo de madres de desaparecidos conocido como madres de Mayo ha causado serios problemas al régimen militar, al exigirle con su protesta pacífica y constante una explicación sobre el paradero o la suerte corrida por sus hijos. Cada jueves, tocadas con pañuelos blancos, las madres de Mayo desfilan frente a la Casa Rosada, en la plaza de Mayo.

El drama de los desaparecidos es uno de los puntos que el Gobierno quiere concertar con los partidos políticos antes de su anunciada devolución del poder a los civiles. En la práctica, se trata de olvidar el asunto y de no exigir responsabilidades. Recientemente, el ministro del Interior habló de una respuesta filosófica a las demandas que constantemente hacen sobre los desaparecidos las madres de Mayo y las organizaciones pro derechos humanos.

El macabro hallazgo de San Miguel ofrece ya una respuesta parcial. No existen dudas de que se trata de personas secuestradas y después asesinadas. Uno de los cadáveres, señalaron los denunciantes, ha sido identificado y corresponde "a un ciudadano que fuera secuestrado por fuerzas autodenominadas de seguridad en el mes de mayo de 1976 y que figuró como desaparecido hasta 1981".

El descubrimiento del cementerio ha tenido lugar en un mal momento para el régimen que preside el general Bignone, que hace frente a una creciente protesta popular y que debe aún explicar a la opinión no sólo el tema de los desaparecidos, sino también la desastrosa guerra de las Malvinas y la creación de una deuda externa de 40.000 millones de dólares.