Otros dos barcos holandeses parten hoy hacia el Atlántico con más residuos nucleares suizos y belgas

Dos nuevos barcos holandeses, el Marije Smits y el Rijnborg partirán hoy del puerto de Zeebrugge con 7.000 toneladas de residuos nucleares suizos y belgas con destino a la fosa del Atlántico situada a setecientos kilómetros de las costas españolas de Galicia. Los últimos trenes que transportan dichos residuos llegaron ayer al citado puerto belga, sin que las numerosas manifestaciones de ecologistas que se han celebrado a lo largo de la semana hayan conseguido retardar la operación de embarque.

La organizacién Green Peace ha indicado en un comunicado que sus barcos Sirius, en estos momentos a punto de entrar en el puerto francés de Brest, y el Cedar Lea, que se encuentra en la fosa del Atlántico, actuarán de nuevo para impedir el transporte de estos desechos nucleares. Esta será la tercera acción de Green Peace en cuatro semanas desde que se iniciaron los actuales vertidos de desechos nucleares en el Atlántico, iniciados por los barcos Andrea Smits, Cristen Smits y Schelderborg. Hasta el momento, la fosa atlántica situada cerca de las costas gallegas ha recibido 80.000 toneladas de desechos nucleares desde que se iniciaron, hace doce años, los vertidos.Mientras tanto, los barcos ecologistas españoles, fletados por varios ayuntamientos costeros gallegos, el Arosa I y el Pleamar, navegaban a mediodía de ayer a 370 millas al oeste del cabo de Finisterre, remolcado el primero por el segundo.

A unos doscientos metros, por el costado de babor, navegaba en misión de protección el destructor de la Armada española Lángara, enviado el miércoles pasado por la Capitanía General del Cantábrico para acompañar la operación de regreso de los expedicionarios gallegos. Además del destructor Lángara, un helicóptero de la Armada sobrevuela la zona. El destructor va trasmitiendo la posición del convoy, a cuyo encuentro ha salido un remolcador de altura de la Marina de Guerra con el fin de remolcar al Arosa I hasta el puerto de La Coruña.

La Junta de Galicia, por su parte, ha anunciado que desea contar con un representante en la delegación estatal española que asistirá a la conferencia de Londres prevista para el próximo mes de febrero y en la que se debatirá el tema de los vertidos nucleares en la fosa atlántica frente a las costas gallegas. La correspondiente solicitud será cursada a la Administración central, tras el acuerdo en este sentido adoptado el miércoles pasado por el pleno del Gobierno autónomo gallego.

Mientras tanto, el Ministerio belga de Asuntos Exteriores indicó ayer que el Gobierno español no había efectuado todavía ninguna gestión oficial, tal y como había prometido el ministro español de Asuntos Exteriores, José Pedro Pérez-Llorca, a representantes de ayuntamiento de Galicia y de movimientos ecologistas.

El tema de los vertidos está dando lugar a numerosas tomas de posición, una de las cuales es la del Partido Ecologista, que dirige Fernando Enebral, vicesecretario de ecología de Alianza Popular. Dicho partido denuncia en un comunicado "lo desmesurado de la manipulación que está sufriendo la buena fe de la opinión pública". Enebral considera que " no hay justificación para tanto alboroto", ya que "cualquier residuo que alcanza las profundidades marinas queda atrapado en el fondo por la presión del agua", con lo que "podría suprimirse todo el recubrimiento de los residuos sin que éstos pudiesen contaminar nocivamente para el hombre las cadenas biológicas". Por su parte, la Federación de Amigos de la Tierra sale al paso de la información difundida por la Dirección General del Medio Ambiente y por el Consejo de Seguridad Nuclear, información -dice dicha organización- basada en el mejor de los casos en informes elaborados por las partes interesadas, y denuncia la posición adoptada por el presidente del partido ecologista federado a Alianza Popular, que "viene ahora a unirse a la defensa de estos vertidos, en contra, por cierto, de la posición de muchos de sus compañeros aliancistas en Galicia".