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La Alianza Atlántica y el Pacto de Varsovia absorben más de la mitad del presupuesto militar mundial

Durante 1981, la Alianza Atlántica y el Pacto de Varsovia incrementaron sus gastos militares en un 8,54% y 2,59%, respectivamente, con respecto a 1980, alcanzando su presupuesto bélico, en dólares constantes de 1979, 233.950 millones y 131.590 millones de dólares, según el decimotercer informe anual -publicado hoy jueves en la capital sueca- del Instituto Internacional de Estocolmo para la Búsqueda de la Paz (IIEBP).

El presupuesto militar de los dos bloques asciende a 650.000 millones de dólares de 1982, lo que representa bastante más de la mitad del gasto militar de todos los países del mundo.La carga militar se reparte, sin embargo, de forma bastante desigual entre Estados Unidos y sus aliados europeos, ya que la Administración Reagan asumió un 7,53% del aumento del presupuesto militar atlántico con respecto a 1980, mientras que los países del Viejo Continente sólo un 1,02%. Sobre un total de 233.950 millones gastados para la defensa occidental, Washington pagó 134.390 millones de dólares, y Europa, 99.500 millones.

Algo parecido sucede en el Pacto de Varsovia, donde el 1,9% del incremento presupuestario de los países del Este fue asumido por la URSS, cuyos gastos militares ascendieron a 118.800 millones de dólares mientras que el esfuerzo de los restantes países fue tan sólo de 0,69%. Los países del Este Unión Soviética no incluida, gastaron 12.790 millones de dólares en defensa en 1981.

El presupuesto militar

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El informe señala que la contribución norteamericana se incrementará en los próximos años. El presupuesto militar norteamericano aumentó un 3,7% en 1980, un 5,9% en 1981 y durante los cinco años venideros crecerá un 8%.

El HEBP no detecta, sin embargo, ningún síntoma de aceleración de los gastos militares de los demás países de la OTAN. En 1981, el presupuesto de Alemania Occidental ascendió a 25.500 millones de dólares, lo que la sitúa por delante de Francia (23.600 millones). Los dos países incrementaron su presupuesto militar el pasado año en unos 500 millones de dólares.

Los demás países de la OTAN gastaron en defensa el año pasado cantidades equivalentes a las del año anterior, con la excepción de Turquía, que incrementó su presupuesto en 600 millones de dólares, situándose en 3.440 millones de dólares, y del Reino Unido, que lo redujo en 740 millones de dólares (19.900 millones de dólares).

En opinión del instituto de Estocolmo, la Unión Soviética ha mantenido su supremacía cuantitativa, mientras que Estados Unidos ha conservado su adelanto en materia de ordenadores y microelectrónica. El material soviético ha sido, sin embargo, modernizado y ambas superpotencias han conseguido mejorar la protección y eficacia de sus satélites, cuyo papel resulta cada vez más importante para espiar, elaborar y definir una estrategia nuclear.

El Instituto recalca algunos puntos positivos, como el rechazo por parte de los aliados europeos y Japón de aumentar masivamente su presupuesto militar como se lo pedía Estados Unidos. La progresión del gasto armamentístico europeo es, por tanto, más lenta ahora que en los años que precedieron a 1978, y que en Japón el presupuesto de defensa sigue sin superar el 1% del producto nacional bruto.

China reduce gastos

Por último, China ha reducido sus gastos de defensa en 1981 en un 13%. Su presupuesto militar equivale, en dólares constantes de 1979, a 37.200 millones.

La mayoría de los países latinoamericanos dedica cada vez más dinero a su defensa desde hace unos diez años, señala el instituto de Estocolmo. En América Central y en el Caribe, los presupuestos militares se han triplicado, en dólares constantes, durante los últimos veinte años.

Estados Unidos se convirtió en 1981 en el primer país exportador de armas al Tercer Mundo, por delante de la URSS. La Unión Soviética sigue siendo, sin embargo, el primer vendedor del mundo de armas convencionales, con el 36,5% del mercado, seguida por Estados Unidos, con el 33,6%, y Francia, con el 9,7%. Tras estos tres países se sitúan Italia (4,3% del mercado), el Reino Unido (3,6%) y Alemania Occidental (3%).

Pero tanto Estados Unidos como la URSS vendieron el año pasado menos armas -convencionales y no convencionales- al tercer Mundo que en 1980. En cambio, Francia, China y Canadá consiguieron incrementar sus ventas.

Entre los países del Tercer Mundo, Brasil se destaca como primer fabricante y vendedor de armas, ya que sus ventas repre sentan el 45,6% de las ventas armamentísticas de los países subdesarrollados. Detrás se sitúa Israel, con 21,1%, seguido por Libia (12,3%), Corea del Sur (8,3%) y Egipto (6,2%). En total, las importaciones de armas de los países del Tercer Mundo ascendieron en 1.981, en dólares constantes de 1975, a 8.036 millones, lo (que representa una disminución de unos 1.000 millones con respecto a 1980. Oriente Próximo sigue siendo la primera región importadora, y Libia, el primer país importador del mundo.

Dos observaciones

El informe hace también dos importantes observaciones. La primera recalca que la entrega a Corea del Sur de 36 aviones F-16 de fabricación norteamericana significa la introducción en esa región del mundo de armas de un nivel hasta ahora nunca alcanzado.

La segunda insiste en que la venta de armas se ha convertido nuevamente para Estados Unidos en un instrumento importante de su política exterior tras varios años de restricción impuesta por el ex presidente Jimmy Carter tras su acceso a la presidencia en 1977.

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