Los organismos oficiales desmienten que la patata temprana esté envenenada

La Cámara Agraria Provincial de Valencia, los productores de patatas y la Consejería de Agricultura y Pesca del Consejo del País valenciano desmintieron ayer tajantemente la posibilidad de que las patatas tempranas, cuyo cultivo está extendido en la región, puedan estar contaminadas por un plaguicida, el TEMIK 10-G, de carácter altamente tóxico. Los desmentidos se produjeron a raíz de una información publicada ayer por el diario valenciano Levante, en la que se afirmaba que el empleo de este producto se ha generalizado en las patatas y las consecuencias de ello "pueden ser perjudiciales para la manipulación y el consumo humano".

El presidente de la Confederación Empresarial Valenciana, Vicente Iborra, señaló que esta información podría perjudicar la exportación española de patatas, especialmente a los mercados inglés y francés, muy sensibles a este tipo de alarmas.Por su parte, el presidente de la Cámara Agraria Provincial, Luis Rodrigo, señaló en una conferencia de Prensa que el TEMIK 10-G es un producto utilizado habitualmente en los cítricos, pero que en la patata se ha comenzado a utilizar recientemente con carácter experimental. Anunció la posibilidad de presentar una querella criminal contra Pepe Gonzálvez, autor de la información publicada en Levante.

Autorizado por Agricultura

El TEMIK 10-G, cuyo uso está autorizado por el Ministerio de Agricultura, tiene, según la Cámara Agraria y la Consejería, un período de actividad tóxica inferior al ciclo de la patata, por lo que la peligrosidad ha desaparecido cuando se recoge la cosecha. No obstante, el autor de la información señaló ayer a EL PAIS que en el caso de la patata temprana el ciclo es menor y además el peligro aumenta dado que puede haber agricultores que no sigan las indicaciones de uso.Gonzálvez añadió que la información dada por Levante está basada en una carta enviada recientemente por la Consejería de Agricultura del Consejo del País Valenciano al Ministerio, en la que se advertía del peligro que podría suponer para el consumo humano la cosecha de patata temprana por la utilización de ese producto. Señaló que una vez realizados los oportunos análisis se podrá determinar la peligrosidad exacta de la cosecha.

En cuanto a la nota de la Cámara Agraria y la Consejería, señala táxativamente que "no existe motivo comprobado de alarma, ya que se lleva exportando y consumiendo patata temprana desde hace más de dos meses sin haber recibido ninguna reclamación ni incidencia". Igualmente indica que "por las condiciones del cultivo de la patata y la forma de utilización del producto, en ningún caso se ha realizado la recolección antes de los 100 días de su posible aplicación" (período de peligrosidad fijado por el Servicio de Defensa contra Plagas). Finalmente dice que "se trata de un producto no tradicional en este cultivo y de uso muy poco extendido".

La nota da también una serie de datos acerca del plaguicida, entre ellos que su materia activa es el Aldicarb, "producto de elevada toxicidad aguda", cuyo simple contacto puede ser peligroso, "por lo que la verdadera peligrosidad la puede sufrir el aplicador del plaguicida si no cumple los requisitos establecidos, que se citan en la etiqueta". El producto se aplica al suelo con anterioridad a la siembra, "sin que se pueda aplicar después, ya que no será posible su incorporación mecánica al terreno de cultivo".

El Ministerio de Agricultura, a través de un comunicado remitido a Efe, puntualiza que el insecticida mencionado est á autorizado para su uso y que las patatas tratadas con el producto no presentan ningún riesgo toxicológico, por lo que son perfectamente aptas para el consumo, tal y como ocurre en los numerosos países sonde se utiliza, entre ellos, Estados Unidos, Holanda, Inglaterra, Finlandia, Argentina, Egipto, Brasil, Canadá, Chipre, Gracia, Nueva Zelanda, México, India y Suráfrica, entre otros.