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La supresión del impuesto de lujo beneficiará a las artes plásticas, según galeristas y artistas

La supresión del impuesto de lujo sobre adquisición de esculturas, pinturas y grabados, tema que ha sido admitido a debate en el Congreso de los Diputados a instancias del grupo centrista para su posible fijación en una ley, sería muy bien acogida tanto por los galeristas como por una gran mayoría de creadores de este tipo de obras de arte, quienes aseguran que sería muy beneficiosa para las artes plásticas. Los partidos políticos de izquierda (socialistas y comunistas) se han opuesto, por el contrario, a esta medida por entender que no ayuda a solucionar los problemas globales y más graves que tiene la cultura en estos momentos.

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Una recaudación simbólica

La actual legislación fiscal española considera como bienes suntuarios una de las manifestaciones culturales con mayor transcendencia, la de las obras de arte, y grava su adquisición con un impuesto de lujo del 22% la importación de cuadros y esculturas cuya antigüedad no supere los cien años, y del 26,6% a aquellas obras que superen esta antigüedad y a todos los demás objetos artísticos en general.En el aspecto concreto del gravamen de adquisiciones de obras de arte España mantiene prácticamente los tipos impositivos más altos de Europa, lo cual produce, entre otras cosas, que no exista una demanda normal en el mercado o que proliferen los fraudes.

Se produce también la anómala situación de que a un ciudadano español le cuesta un 22% más caro que a los no españoles el adquirir en el extranjero (donde se encuentra, por ejemplo, la mayor parte de la producción de los pintores españoles contemporáneos) un cuadro de Picasso, Dalí, Miró, Juan Gris o Saura, ya que si quiere pasarlo a España tiene que pagar el impuesto de lujo, que en otros países no es tan elevado o no existe.

El impuesto también dificulta la donación de cuadros al Estado. Por ejemplo: de haber utilizado las vías normales de adquisición de obras de arte, la Fundación Amigos del Museo de¡ Prado tendría que haber pagado a Hacienda casi dos millones de pesetas por comprar el cuadro Retrato de la condesa de Santovenia, que más tarde lo regaló a la primera pinacoteca estatal. Esta incongruencia de que el Estado cobrara por la adquisición de una obra destinada a sus coleciones se evitó con una operación indirecta de puro matiz burocrático.

Razones fiscales y culturales

La proposición de ley por la que se suprime el impuesto sobre el lujo que grava la adquisición de esculturas, pinturas y grabados fue admitida a trámite la semana pasada en el Congreso de los Diputados (170 votos a favor y 116 en contra), a pesar de la oposición de los socialistas y comunistas. La proposición había sido presentada, por razones fiscales y culturales, por el Grupo Parlamentario Centrista y fue apoyada por el Partido Nacionalista Vasco.La oposición socialista a la proposición de ley ha sido explicada por la secretaría de Cultura del PSOE (anteriormente el diputado Enrique Barón se encargó de explicar el voto negativo en el Congreso) como una medida a la que ellos se han opuesto con poca satisfacción porque, "aunque en algunos aspectos la supresión del impuesto puede beneficiar a los artistas y ciudadanos que compren obras de arte, no podemos aislar una medida concreta del contexto de la política fiscal y cultural global, porque creemos que se puede beneficiar mucho más a estos sectores con otras medidas más Importantes inscritas dentro de la protección y ayudas al patrimonio artístico". El Partido Socialista ha explicado, no obstante, que sigue y seguirá en contacto con galeristas y artistas para encontrar otras soluciones más favorables a este tema.

Las galerías, satisfechas

En el sector de las galerías de arte la posibilidad de que sea abolido este impuesto de lujo ha sido acogida en general con muestras de total apoyo a esta medida legal."Deberían quitarlo", piensa Juana Mordó, propietaria de una galería con el mismo nombre de Madrid, o ponerlo a la misma altura que en otros países europeos. Dado que el actual impuesto de un 22% es muy elevado, las galerías no podemos comprar obras al artista, quien tiene que esperar a que vendamos para cobrar. Por eso trabajamos a comisión. Son los artistas los que venden

Juana Mordó cree que aunque se suprima el impuesto de lujo las galerías no bajarán el precio de los cuadros, pero podrán comprar cuadros a los creadores. "Este es el único país del mundo occidental en el que no se favorece ya no sólo el coleccionismo, sino ni siquiera la donación por parte de los particulares de obras de arte al Estado".

Para Elvira Mignoni, directora de la galería Theo de Madrid, la supresión del impuesto de lujo beneficiará al arte en general y homologará en el ámbito internacional las exposiciones e intercambios. "Tendremos ahora precios internacionales y se facilitará el comercio del arte".

La medida sería considerada también como muy positiva por la Asociación Profesional de Galerías de Arte, que pretende desde hace tiempo no sólo la supresión de este impuesto, sino también la desgravación fiscal por cada compra. "Estas medidas", explica Enrique Menor, presidente de esta asociación, "beneficiarían a Hacienda y terminarían con mucha de la actual defraudación y empleo de ficciones jurídicas que existen en la actualidad en el comercio de obras de arte".

Entre los artistas plásticos, la postura de la izquierda en este tema ha sido recibida con estupor "porque la supresión de este impuesto", ha dicho el pintor Rafael Canogar, "es una de las reivindicaciones de los artistas plásticos desde hace muchos años, de acuerdo con la idea de libre circulación de obras de arte apoyada por la Unesco. En este caso concreto no creo en la falta de sinceridad del partido socialista al haberse opuesto a la supresión de este impuesto. Probablemente es porque falta una relación más estrecha entre los artistas plásticos y los partidos de izquierda".

Eusebio Sempere, pintor y presidente del Patronato del Museo Español de Arte Contemporáneo, tampoco se explica la postura de la izquierda en este tema "cuando llevamos luchando por la supresión de este impuesto desde hace quince años". "Es disparatado que a un español que quiera comprar un cuadro de Picasso en el extranjero y traerlo a España le cueste esta operación un 26% más que si lo deja en otro país".

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