Suiza pedirá el aplazamiento inmediato de la Conferencia de Madrid
El ministro suizo de Asuntos Exteriores, Pierre Aubert, anunció ayer durante una reunión informal de las 35 delegaciones participantes en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) que pedirá "el aplazamiento inmediato de la Conferencia de Madrid".La decisión de Aubert, producto de la indignación de los países neutrales y no alineados ante la actuación arbitraria del presidente polaco de la sesión plenaria del martes, será anunciada, en príncipio, el lunes o el martes por la delegación suiza en la CSCE. La conferencia debería reanudarse a principios de octubre.
Tanto el ministro noruego de Asuntos Exteriores, Svenn Stray, como los embajadores de Holanda y, España ante la CSCE, P. van Dongen y Javier Rupérez, respectivamente, acogieron favorablemente la propuesta suiza.
Para el responsable de la diplomacia helvética, "una prolongación de los traba ios en las actuales circunstancias sólo comprometería el fruto de largos meses de esfuerzos, y el espectáculo al que asistimos el martes fortalece aún más nuestra convicción".
Tras expresar su "ansiedad por la situación en Polonia" y lanzar un llamamiento a aquellos que "llevan la responsabilidad de un nuevo deterioro de la distensión", Aubert afirmó: "Nos negamos a asociarnos al la adopción de un documento que estamos seguros será violado en el momento mismo en que lo adoptemos".
La delegación norteamericana, presidida por el embajador Max Kampelman, satisfecha por el eco negativo que ha tenido en Occidente la actuación obstruccionista de las delegaciones del Este, no se mostraba apresurada por concluir los trabajos, para aprovechar mejor la situación creada.
Kampelman se preguntaba ante la Prensa por qué las delegaciones del Este impidieron tomar la palabra el martes a doce oradores, tras haber aguantado los duros ataques de los ministros de Exteriores de Estados Unidos, Bélgica, Italia, Alemania Federal, España e Italia. "Francamente", añadía, "creo que no saben lo que quieren hacer ni a dónde van".
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Temores occidentales de que los países socialistas vuelvan a obstruir los debates en el plenario de mañana
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Suiza, que según fuentes diplomáticas occidentales consultará a los demás países neutrales y no alineados -aunque no coordinarácon ellos su actuación- podía incluso adelantar la presentación de su propuesta al viernes si los países socialistas vuelven a aplicar una táctica obstriccionista porque, como declaró Pierre Aubert, "la neutralidad no implica el silencio cuando la libertad ha sido puesta en tela de juicio"'.
La mayoría de las delegaciones occidentales temen que los representantes del Este vuelvan a obstaculizar el desarrollo de la sesión plenaria, suscitando constantemente puntos de orden, intentado monopolizar la palabra o esforzándose por interrumpir la reunión al final de la mañana.
Existe también cierta expectación sobre cuál será la actitud del Este cuando Suiza se decida a pedir el aplazamiento de la CSCE, ya que esta decisión, como cualquier acuerdo en la conferencia, tiene que ser tomada por consenso de todos los 35 países.
El Este podría, sin embargo, aceptar un aplazamiento hasta el otoño a condición de que se pacte, antes de la interrupción, un calendario preciso y firme para la reanudación de los trabajos.
En todo caso, la tensa situación creada en la Conferencia ha ocultado por completo, opinaban las delegaciones neutrales y occidentales, los objetivos reales de la CSCE en materia de intercambios económicos, progresos de los derechos humanos y el acuerdo de principio para la celebración de una conferencia sobre el desarme en Europa, cuyo mandato queda aún por precisar.
Aunque la próxima sesión plenaria tendrá lugar mañana, las de legaciones celebraron ayer una reunión informal, en la que intervinieron tres ministros de Asuntos Exteriores que no pudieron tomar la palabra el martes: el suizo, el noruego (Sveen Strag) y el turco (Ilter Türkmen).
Claude Cheysson, ministro francés de Asuntos Exteriores, que tampoco pudo acceder el martes a la tribuna de oradores, expresó, por su parte, ante el Consejo de Ministros, su "indignación" por el abuso de procedimiento" del presidente polaco y confirmó su intención de regresar a Madrid mañana para pronunciar su discurso.
Satisfacción polaca
En la primera reunión informal de ayer, la delegación soviética reiteró su condena de algunos Gobiernos occidentales por su "injerencia en los asuntos internos de Polonia", mientras el representante polaco se jactaba de haber aplicado el reglamento con una escrupulosidad nunca vista y se alegraba de que los occidentales fracasasen en su intento de sentar al régimen de Varsovia en el "banquillo de los acusados".
El llamado comité de redacción, cuya tarea consiste en poner por escrito las conclusiones a las que va llegando la CSCE, mantuvo ayer por la tarde una reunión de tan solo diez minutos por falta de oradores.
Una nueva reunión informal se esforzará hoy por la tarde en llegar a un acuerdo sobre la lista de oradores que hablar un en la sesión plenaria de mañana, que presidirá Portugal. Además de las delegaciones inscritas para ese día, la mayoría de los participantes en la CSCE que no pudieron pronunciar el martes sus discursos, desean hacerlo el viernes.
La jornada de ayer empezó con un desayuno de trabajo entre los ministros de Exteriores de Canadá, Estados Unidos, Bélgica, Alemania Federal, Noruega, Dinamarca y Turquía en el que se trató, sobre todo, de cuestiones de la OTAN. Este encuentro, que se prolongó con una reunión "mano a mano" entre el titular turco de Exteriores, Ilter Türkmen, y el secretario de Estado, Alexander Haig, fue la última entrevista mantenida en Madrid por el jefe de la diplomacia norteamericana.
Haig emprendió viaje a Lisboa donde, a su llegada, se declaró "decepcionado" por el desarrollo de la CSCE y acusó nuevamente a la URSS y al Pacto de Varsovia de "bloquear" la Conferencia.
Poco antes en Madrid, en una conferencia de Prensa, el secretario de Estado había considerado que la táctica obstruccionista del Este fue "un desgraciado error de juicio". Haig se felicitó anteriormente de la unanimidad demostrada por los occidentales en la CSCE. Al margen de la Conferencia el ministro español de Asuntos Exteriores, José Pedro Perez-Llorca, se entrevistó ayer con los jefes de la diplomacia de Irlanda, James Dooge, y de Portugal, Andrés Gonsalves Pereira, y ofreció un almuerzo a su homólogo suizo, Pierre Aubert.
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