Türkmen: "En Turquía no hay presos políticos, solo 20.000 terroristas encarcelados"
"Cualquier comparación ' entre la situación turca y la polaca es absurda, porque todo diferencia a nuestros dos regímenes", afirmó ayer a EL PAIS Ilter Türkmen, ministro turco de Asuntos Exteriores. Türkmen, de 54 años de edad, diplomático de carrera y ex embajador de su país en Moscú, Atenas y Naciones Unidas, asumió la cartera de Exteriores el 12 de septiembre de 1980, tras la toma del poder por los militares en Turquía. Desde el lunes se encuentra en Madrid para asistir a la reanudación de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), en la que tomó ayer la palabra. En la capital de España, Türkmen cenó el martes en el palacio de Santa Cruz, invitado por el responsable de la diplomacia española, José Pedro Pérez Llorca, pero no fue recibido por el presidente Leopoldo Calvo Sotelo ni por el Rey don Juan Carlos.
"En Turquía", agregó Türkmen, "donde caían treinta personas al día a causa del terrorismo, la gente dejó de morir tras la operación militar de septiembre de 1980, mientras que en Polonia la gente ha empezado a morír tras la proclamación de la ley marcial el 13 de diciembre pasado""En mi país, además, el restablecimiento de la estabilidad y del orden", añade el responsable de la diplomacia turca, "ha permitido sentar las bases para que ahora podamos elaborar un calendario con vistas a la reinstauración de la democracia, mientras que en Polonia nadie puede predecir cuándo se reemprenderá el camino de la democratización".
"Por último, los acontecimientos de Turquía (golpe militar de septiembre de 1980) se desarrollaron única y exclusivamente bajo la responsabilidad de la nación turca, mientras que no se puede decir que haya ocurrido lo mismo en Polonia".
Tras esta alusión a la responsabilidad soviética en la supresión de las libertades en Polonia, el ministro explicó que si el delegado de la URSS criticó el martes en la CSCE el apoyo norteamericano a los regímenes de Chile, El Salvador y Africa del Sur, y no mencionó a Turquía, les porque Moscú entiende correctamente nuestra situación y no desea suscitar un malentendido, ya que tenemos con la Unión Soviética relaciones estables de buena vecindad".
Para Türkmen, como para el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, otra de las diferencias fundamentales entre Polonia y Turquía es que en este último país "el nuevo régimen cuenta con el apoyo masivo de la población, porque ha hecho lo que el pueblo esperaba de él, poniendo fin a la anarquía y a ,un sistema parlamentario que había dejado de funcionar, como quedó puesto de relieve con su incapacidad para elegir a un presidente".
"Ahora, el pueblo, que está profundamente apegado al sistema parlamentarío, cree en las promesas del Gobierno sobre su próximo restablecimiento en dos etapas: referéndum constitucional este otoño y elecciones legislativas en 1983". "Yo me sentiría muy a disgusto si supiese que representaba a un Gobierno militar instalado en el poder hasta la eternidad", asegura Türkmen.
Por todos estos motivos, Ilter Türkmen dice que "he explicado a mis amigos occidentales la sorpresa ante la equiparación hecha por algunos Parlamentos entre la situación polaca y la turca", así como la reciente condena del régimen de Ankara por la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa y el bloqueo por la Comunidad Económica Europea (CEE) de un protocolo financiero por el que se concedía a Turquía un préstamo de 650 millones de dólares.
"La actual campaña antiturca en Europa Occidental está", según el ministro, "alentada por grupos de extrema izquierda y ciudadanos turcos que, al no póder actuar en su propio país, han encontrado el campo libre fuera".
Modelo no exportable
Pero, ¿son también extremistas los socialdemócratas y socialistas europeos que en repetidas ocasiones han denunciado la violación de los derechos humanos en Turquía? "Los socialdemócratas en el norte de Europa actúan frecuentemente en función de consideraciones internas y, concretamente, para ganar votos", opina Türkmen.En cuantó a los partidos socialdemócratas de Europa meridional, que, según el ex representante turco en el Consejo de Europa, Metin Toker, temen que "el modelo turco dé resultado y pueda ser una tentación para los Ejércitos español y portugués", Türkmen no cree que lo que califica púdicamente de operación turca "constituya un modelo exportable".
"Lo que de verdad deseamos", afirma, "es que tanto España como Portugal consoliden sus democracias, y acogemos cada una de sus pasos en este sentido con auténtica alegría y alivio. Porque la fuerza y solidez de las democracias en Europa contribuirá también a reforzar la nuestra, aún embrionaria".
"También acogemos con satisfacción la inminente contribución española a la defensa atlántica mediante su participación en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)".
Türkmen rechaza de lleno las acusaciones formuladas por Amnistía Internacional y la Asociación Internacional de Juristas Demócratas sobre los encarcelamientos masivos de disidentes políticos, el sometimiento a tortura de los detenidos y la falta de garantías en los juicios de sindicalistas y opositores por tribunales militares.
"No hay presos políticos", contesta. "Sólo hay más de 20.000 terroristas encarcelados y las acusaciones sobre la tortura han sido investigadas. Algunos funcionarios de policía responsables de malos tratos han sido condenados a varios años de cárcel".
Interrogado sobre las probables limitaciones y recortes de la futura democracia turca, Türkmen contesta que "la Constitución que está siendo elaborada recogerá nuestra gran tradición parlamentaria, al tiempo que, conservando lo esencial de la Constitución de 1961, corregirá sus imperfecciones". "Sobre todo", añade, "no nos hagan un proceso de intenciones antes de que sean reveladas sus grandes líneas".
A propósito de las relaciones entre Ankara y Atenas tras la elección para la presidencia del Gobierno helénico del socialista Andreas Papandreu, Türkmen reconoce que "el acceso al poder de los socialistas no facilita nuestras relaciones con Grecia, tanto más si los problemas siguen siendo los mismos. El jefe del Gabinete griego ha suspendido el diálogo, al tiempo que formula una absurda teoría sobre una supuesta amenaza turca".
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