Washington propone a sus aliados europeos sanciones económicas contra Polonia y la URSS

La Organización del Tratado del Atlántico Norte está estudiando las medidas diplomáticas que podría adoptar como respuesta a la crisis polaca, aunque en medios oficiales de la Alianza se guarda un mutisrao absoluto.El subsecretario norteamericano para asuntos europeos, Lawrence Eagleburger, se entrevistó ayer durante una hora con el secretario general de la OTAN, Joseph Luns. Eagleburger está recorriendo las principales capitales europeas para explicar la posición de su Gobierno sobre la crisis polaca y sondear qué grado de apoyo puede encontrarse entre los aliados con vistas a una acción conjunta.

Washington, en concreto, está proponiendo a los Gobiernos de los principales países de la CEE que se apliquen a Polonia y a la Unión Soviética sanciones económicas y comerciales y "presiones psicológicas".

Las propuestas han sido formuladas inicialmente en Roma donde el alto funcionario estadounidense inició el lunes su gira europea.

Estados Unidos quiere que los Gobiernos europeos suspendan su ayuda financiera al régimen militar polaco, que impongan condiciones estrictas a la ayuda alimenticia -que debe canalizarse a través de organizaciones internacionales- y que den su visto bueno a la suspensión de la participación polaca en el Fondo Monetario Internacional.

Además de Roma y Bruselas, Eagleburger visitará Borin y Londres. Ayer debería haber llegado a la capital británica, pero el cierre del aeropuerto de Heathrow modificó los planes del funcionario estadounidense.

Represalias contra la URSS

El adjunto de Haig está proponiendo a los aliados europeos que se adopten también represalias, contra la Unión Soviética. Para Estados Unidos, la situación polaca no es un asunto interno, como lo quiere Moscú, sino que, como Estado signatario de los acuerdos de Helsinki, la represión desatada por las autoridades militares de Varsovia legitima la acción de otros signatarios.

En este terreno, sin embargo, Eagleburger ha dado pocas precisiones, aunque ha esbozado dos direcciones de actuación: las "presiones psicológicas" contra Moscú y la reducción de los intercambios comerciales entre la CEE y la URSS. Uno de los temas queridos a la Casa Blanca en este terreno es el del gigantesco gasoducto que unirá Siberia con el corazón de Europa, al que el presidente Reagan se ha opuesto reiteradamente. Washington buscaría ahora que las compras de gas europeas sean semicongeladas.

En una declaración formulada ayer ante la Cámara de los Comunes, la primera ministra británica calificó de "error histórico" la toma del poder por los militares polacos. Margaret Thatcher, que respondíaa las preguntas de los diputados, condenó firmemente la situación desencadenada en el país socialista a raíz de que los militares polacos proclamaran el estado de guerra e implantaran la ley marcial.