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El canciller Helmut Schmidt considera insuficiente la propuesta de Leónidas Breznev sobre una eventual reducción de euromisiles

El canciller federal alemán, Helmut Schmidt, ha acogido con reservas la propuesta soviética sobre una moratoria en la instalación de nuevas armas estratégicas nucleares en Europa. En una larga conferencia de Prensa, el portavoz soviético no llegó a definir por completo el alcance de esta iniciativa lanzada por el secretario general de¡ Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Leónidas Breznev.

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El lunes, durante la cena ofrecida por el Gobierno federal a la delegación soviética, Breznev ofreció, "como gesto de buena voluntad", reducir unilateralmente una parte de las armas nucleares soviéticas de alcance medio emplazadas en la zona europea de la URSS. "Podríamos hacer esta reducción, por así decirlo, como un anticipo de cara a conseguir un nivel más bajo sobre el que podrían ponerse de acuerdo Estados Unidos y la Unión Soviética. Este es un elemento esencialmente nuevo en nuestra posición", dijo el líder comunista.Breznev anticipó que durante las negociaciones sobre limitación de armas nucleares de alcance medio, que se iniciarán en Ginebra el próximo día 30, estaría "dispuesto a la reducción no sólo de docenas, sino de centenares de armas de este tipo".

Ayer por la mañana, en una conferencia de Prensa, el portavoz del PCUS, Leónidas Zamiatin, no pudo o no quiso aclarar los puntos oscuros de la oferta de Breznev. Es decir, si las armas que la URSS está dispuesta a retirar son los modernos SS-20 o sus antecesores SS-4 y SS-5. Tampoco aclaró Zamiatin si estas armas serían destruidas o simplemente trasladadas más allá de los Urales.

Schmidt había considerado insuficiente ya el lunes por la mañana esta propuesta soviética y declaraba al final de la noche de ese mismo día, minutos después de escuchar el discurso de Breznev: "He advertido que no es suficiente retirar más allá de los Urales los cohetes con un alcance de 4.000 kilómetros o más, porque desde allí todavía pueden alcanzar ciudades como Colonia o Hamburgo".

En Bonn se ponía en duda ayer la novedad de la oferta soviética. El pasado 23 de febrero, en el díscurso de inauguración del 26 Congreso del PCUS, Breznev propuso una moratoria enla instalación de los euromisiles norteamericanos en Europa mientras se celebraban negociaciones sobre este tema.

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Ya anteriormente, en octubre de 1979, en Berlín Este, el líder comunista soviético patrocinaba una reducción de las armas nucleares soviéticas si la OTAN renunciaba a los nuevos misiles en Europa. Posteriormente, el pasado verano, el ministro de Defensa soviético, mariscal Dimitri Ustinov, lanzaba en las páginas de Pravda una iniciativa similar.

El canciller Schmidt había rechazado en las conversaciones de la mañana del lunes la moratoria de Breznev con el argumento de que suponía un mantenimiento de la actual superioridad soviética en el campo de las armas euroestratégicas. El portavoz de Breznev dijo ayer en una conferencia de Prensa que la moratoria supone que 1as dos partes, durante las negociaciones, mantengan sus armas de alcance medio al nivel actual".

Con cierta sorna, Zamiatin dijo: "Si, como dicen ustedes, cada semana se instala un nuevo cohete soviético SS-20, les conviene aceptar una moratoria. Hace un ano que hicimos este ofrecimiento y en todo ese tiempo no se aceptó".

Un periodista preguntó a Zamiatin dónde serían congeladas las armas nucleares soviéticas en caso de aceptarse la moratoria. El portavoz soviético, en tono cáustico , replicó: "Con toda seguridad no serán congeladas en su nevera".

Bases avanzadas

Zamiatin sacó a relucir de nuevo la oposición soviética a los sistemas de bases avanzadas -Forward Bases Systems (FBS)- concepto este introducido por la URSS para referirse a aquellos sistemas nucleares norteamericanos estacionados en otros países o a bordo de aviones, submarinos y barcos capaces de alcanzar al territorio de la URSS.

Las tesis del Kremlin afirman que es imposible aceptar una supresión como la propuesta hace una semana por Ronald Reagan de todas las armas euroestratégicas (euromisiles estadounidenses y SS-4, SS-5 y SS-20 soviéticos) sin contemplar también el problema creado por los sistemas de bases avanzadas.

"Los SS-20, en su estacionamiento actual o detrás de los Urales, no pueden alcanzar el territorio norteamericano, pero los nuevos cohetes de alcance medio de la OTAN (euromisiles) pueden llegar al territorio de la Unión Soviética", afirmó Zamiatin, y añadió que "también pueden alcanzar el territorio soviético aviones con base en la RFA".

El portavoz del Gobierno federal alemán, Kurt Becker, replicó que las palabras de Zamiatin demuestran lo difícil que es la discusión sobre las cifras del equilibrio de fuerzas. Este tema, sin duda, será el primer gran obstáculo en las conversaciones para el desarme que se inaugurarán en Ginebra el próximo lunes, día 30. Schmidt se ha mostrado partidario varias veces de que el ámbito de la negociación de Ginebra se circuriscriba exclusivamente a la cuestión de las armas euroestratégicas, sin complicarse aún más con el tema de los sistemas de bases avanzadas, que podría ser discutido en una posterior negociación sobre desarme. El canciller alemán desea que se logren resultados palpables antes de 1983, porque, de lo contrario, no quedará otra alternativa que la instalación de los nuevos euromisiles norteamericanos Pershing 2 y Cruise.

Negociación por etapas

Para conseguir un éxito en Ginebra, Schmidt piensa que el camino más adecuado sería una negociación por etapas. Al final ya de la tormentosa conferencia de Prensa ofrecida por los portavoces soviético y alemán, el primero de ellos, Leónidas Zamiatin, dejó entrever un rayo de esperanza, cuando dijo que "hay que esperar a las negociaciones de Ginebra", y recordó que en 1976 el entonces secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, realizó en Moscú unas propuestas completamente inaceptables para la URSS, lo que no impidió posteriormente la firma del tratado SALT-11.

Breznev -que se mostraba en la misma buena forma fisica que el primer día de su visita- recibió ayer por la mañana en su residencia del palacio de Gymnich a los líderes de los diversos partidos de la RFA. Con él estuvieron el presidente del Partido Liberal (FDP) y ministro de Asuntos Exteriores, Hans Dictrich Genscher; el líder de la formación democristiana (CDU), Helmut Köhl; el social cristiano de Baviera (CSU), Franz Josef Strauss, y el presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), Willy Brandt, quien ya visitó a Breznev el pasado verano en Moscú.

El tema de la salud de Breznev provocó un agrio incidente entre el portavoz soviético y alemán. Becker destacó que a Schmidt le había impresionado "la enorme seguridad fisica con que Breznev cumplió su amplio programa". Este cumplido no fue apreciado por Zamiatin, que corrigió a su colega alemán en tono agresivo y dijo que el estado fisico del secretario general del PCUS "es perfecto".

Entre los asistentes a la conferencia de Prensa la perplejidad por el incidente fue completa, y no acertaban a explicarse si todo respondía a una mala interpretación de Zamitin o si, simplemente, el portavoz soviético se sentía molesto porque se hubiera planteado públicamente este tema, que está considerado tabú en la Unión Soviética.

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